Hace apenas 15 días que Miguel Ángel González Díaz repartió 1.000 euros en la Quiniela y otros tantos en el rasca de la Once, entidad en la que trabaja desde hace seis años. "Parece que la suerte estaba llegando", asegura después de que el pasado viernes fuese él quien vendiese los diez boletos con el 80.106 premiados con el Cuponazo que dejaron 250.000 euros en Las Palmas de Gran Canaria el pasado viernes.

"Imagínase cómo me sentí, siendo la primera vez que doy un premio tan grande", asegura el vendedor que cuenta que tuvo que mirar tres veces en la máquina porque no terminaba de creérselo. "Le pedí a un cliente que lo comprobase él que era verdad", confiesa sin ocultar por teléfono la ilusión que le produce su estreno en el mundo de los premios que esta vez ha bendecido a una decena de vecinos de la capital.

A cada una de las diez personas que adquirieron el pasado viernes las cifras afortunadas les ha tocado 25.000 euros, lo que hacen un total de 250.000 euros. Según recuerda González Díaz, los boletos fueron expendidos en los tres puntos que abarca su área de venta: la zona de cementerio de San Lázaro, el barrio de San Lorenzo y el Hipercor de Siete Palmas. Una ruta que hace semanalmente y que parece estar en racha.

"No es ningún número que yo tuviese abonado a algún cliente", explica quien tiene las miras puestas en premios aún mayores para repartir entre su clientela. "La verdad es que algún día me gustaría dar los 90 millones del Eurojackpot, ¿se imagina que yo diese esa cantidad de dinero?".