La presidenta de la Asociación canaria de cáncer de mama y ginecológico (Accmyg), Marisa Herrera Ramos, es hija adoptiva por segunda vez, aunque en esta ocasión el cariño se lo dé la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y no alguien de carne y hueso. La fundadora de la asociación, nacida en Teror, vivió de jovencita durante 14 años en Londres con unos tíos maternos -exiliados políticos- que la adoptaron para poder estudiar en el extranjero. Tanto la impactó su estancia en la capital inglesa que hoy no concibe la Navidad sin un viaje a aquellas tierras.
"Era el boom de que los ricachos mandaban a sus hijos a estudiar inglés a Inglaterra. Mi padre no tenía entonces medios y mis tíos dijeron que se hacían cargo de mi; yo me había criado prácticamente con la hermana pequeña de mi madre, que me quería como una hija", cuenta la fundadora de la asociación (2002). Pero el amor se cruzó en su camino y regresó a Gran Canaria. "Mi mejor amiga fue a verme con su hermano y allí nos enganchamos mi marido y yo; si no hubiera sido así aún estaría allí [Londres]".
El título que le concede el Ayuntamiento le ha cogido a Marisa Herrera por sorpresa, acostumbrada a que los reconocimientos sean hacía la asociación. "Estoy sorprendida y agradecidísima; se lo dedicó a mis padres porque si ellos no me hubieran educado como lo han hecho no estaría aquí, estaría viajando que me encanta. De ellos aprendí grandes valores y uno de ellos es que había que ser desprendida, dar a los demás aunque a uno le falte. Y eso es lo que ha hecho que me haya implicado tanto en la asociación, y eso es lo que les inculcó a mis hijos", dice quitándose méritos tras años de lucha para que las administraciones públicas y la sociedad, en general, vieran lo necesario que es ofrecer atención psicológica, terapéutica y social a las mujeres diagnosticadas con un cáncer.
La muerte de una prima con apenas 28 años y recién casada le puso en contacto por primera vez con la enfermedad. "Me pidió que hiciese algo por la gente joven enferma de cáncer". Años después (1995), una caída en la plaza de España de Roma sería el detonante para la detección de la misma dolencia en ella y la necesidad de pasar por el quirófano. "Se te viene el mundo encima; viene toda tu vida como un relámpago, pero en lo que más pensaba era en mis hijos y en mi marido".
Marisa recuerda que pensó: "Dios me castigó donde más me duele" por lo coqueta y presumida que era pese a ser creyente del Corazón de Jesús y del Cristo del Gran Poder. Hoy su fortaleza y recuperación es ejemplo para otras mujeres. "La paz interior que a mi me vino después no sé de dónde llegó pero pasé página y me dije que no iba a perder un minuto en autocompadecerme". Y en 2002 decide fundar la asociación teniendo como madrina de honor a Mariam Suárez, hija del expresidente Adolfo Suárez. "Fue una suerte conocerla".
Luchadora y muy activa, Marisa no cesa en el empeño de seguir batallando por los enfermos de ahora y por los que han pasado por la experiencia por las secuelas que quedan tras los tratamientos pese a la mejora que se ha experimentado en este campo en las últimas décadas. "En cuanto sales del hospital te sientes desprotegido".
RECUERDOS DE VIDA
- Los bailes de las azoteas, prohibidos: Marisa Herrera llegó a Las Palmas de Gran Canaria con apenas 14 meses de vida desde el municipio cumbrero de Teror. Toda su infancia está ligada al barrio de Las Alcaravaneras, a la esquina de Alemania con Alfredo Calderón, donde la familia se instaló. La presidenta de Accmyg recuerda lo puritana que era la sociedad canaria de entonces en comparación con Londres cuando en una de sus visitas a la capital se le ocurrió con 15 años -mediados de los 60- ir a la playa solo con el bañador y una toalla. "Mi madre era súper estricta; era una mujer de campo. Entonces no existía la avenida, y cruzabas dos calles y ya estabas en la arena. Todas las viejas me miraban por las ventanas y cuando volví a casa mi madre me dijo que si estaba loca. No me dejaba ni ir a los bailes que se hacían en las azoteas, pese a que las madres hacían de carabinas, porque decía que era pecado. Me vuelvo [a Londres] decía yo".
PERFIL
- Hija predilecta del municipio cumbrero de Teror: Nacida en Teror el 8 de diciembre de 1948, Marisa Herrera Ramos pasó su infancia entre la capital y el municipio cumbrero, de donde es Hija Predilecta. Siendo una jovencita marchó a Londres a estudiar inglés y canto y, a su vuelta a la Isla, trabajó como secretaria personal de Pilcher, uno de los mayores exportadores ingleses de tomate, pepino y pimiento. Tras el cierre de la empresa, ingresó por oposición en el Insalud. Allí trabajó en los departamentos de Gerencia y Recursos Humanos e incluso llegó a fundar el Sindicato independiente canario de Sanidad. En 2002 crea la Asociación canaria de cáncer de mama y ginecológico en Gran Canaria. Más tarde las delegaciones de Fuerteventura y Tenerife junto al catedrático de fisiología Nicolás Díaz Chico. La labor de la asociación ha sido reconocida con la medalla de oro de la ciudad (2012) y el premio a la Igualdad (2010), entre otros.
RETOS DE LA SOCIEDAD
- "La Sanidad no debe ser politizada": La presidenta de la Asociación canaria de cáncer de mama cree que la Sanidad no debe ser politizada, sino que lo que hay que hacer es "luchar por la salud" de las personas, mientras elogia la labor del actual consejero de Sanidad, José Manuel Baltar. En este sentido, señala que las mareas de batas blancas deberían de trabajar más por mejorar la atención a los pacientes que dejar de funcionar como "correas de transmisión" de los intereses políticos. Marisa Herrera solicita además que si las organizaciones de atención a los enfermos y a sus familias están realizando una labor que debería de hacer la propia administración pública ésta, al menos, debería colaborar mejorando las instalaciones en las que trabajan o solventando los problemas administrativos a los que tienen que hacer frente. "Estamos en precario, estamos haciendo acupuntura para los enfermos y no tenemos espacio"
