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El quirófano más inquieto del mundo

El mayor buque hospital de una ONG, el 'Africa Mercy', llega a Astican para una puesta a punto

El 'Africa Mercy', atracado ayer en el muelle de Astican. JOSÉ PÉREZ CURBELO

Casi 2.800 intervenciones quirúrgicas de todo tipo de especialidades, desde la cirugía ortopédica hasta la plástica reconstructiva pasando por la oftalmológica. Cerca de 10.000 pacientes de consultas dentales. Más de 1.400 participantes en cursos y talleres formativos para profesionales de la Medicina. Estos no son los datos de un centro médico universitario del Archipiélago, sino los del mayor buque hospital del planeta perteneciente a una organización no gubernamental, el Africa Mercy, que una vez más ha confiado en los servicios de las empresas del Puerto de La Luz. El barco llegó a la Isla durante el fin de semana al muelle norte de Astican.

Es a la campaña de la ONG Naves de Esperanza en ese estado del golfo de Guinea a la que pertenecen esas rotundas estadísticas cosechadas desde que el barco llegó en agosto del año pasado a la ciudad de Duala, la más poblada del país. Desde 2007, la organización envía este barco a distintos países africanos cada año para facilitar la asistencia médica y quirúrgica a personas sin recursos que de otro modo se verían privados de la atención profesional necesaria. A finales de 2007, durante su estancia camerunesa, el Africa Mercy alcanzó las 30.000 intervenciones desde su puesta en funcionamiento.

No es extraño que el Africa Mercy visite Gran Canaria entre misión y misión para ser sometido a reparaciones o mejoras de sus instalaciones, como la que en 2013 permitió actualizar los quirófanos y ganar espacio de atención a los pacientes. Consignado en el Puerto de La Luz por Agmar, el buque llega en esta ocasión para ser sometido a una puesta a punto necesaria antes de continuar con su tarea.

La tripulación del buque está compuesta en su mayor parte por voluntarios que dedican un tiempo de sus vidas a este proyecto. Entre ellos hay marineros, pero también personal administrativo, de enfermería o médicos que se inscriben para trabajar en el buque a través del sitio web internacional de la organización -Mercy Ships-, donde suele haber información sobre las vacantes disponibles en cada momento. A bordo disponen de equipamiento similar al de cualquier hospital: el barco cuenta, por ejemplo, con dispositivos para realizar tomografías computarizadas y rayos X, servicios de laboratorio o microscopios digitales de última generación, además de comunicaciones por satélite que permiten transmitir datos para pruebas diagnósticas hasta otros centros.

El Africa Mercy es, desde el punto de vista naval, un clásico que lleva surcando los mares desde el verano de 1980 con sus 152 metros de eslora y sus 16.571 toneladas, aunque en su primera vida fue un ferri, se llamaba Dronning Ingrid (en referencia a la entonces reina consorte de Dinamarca) y en vez de acoger a pacientes médicos, sus bodegas facilitaban a las compañías ferroviarias sortear la accidentada geografía escandinava gracias a los raíles instalados en su interior.

El barco trabajó primero para el operador público danés de ferrocarriles y después para una naviera, aunque a comienzos de este siglo la mujer más rica de Escocia, Anne Gloag, lo adquirió por cuatro millones de libras esterlinas (unos 4,5 millones al cambio actual) y lo donó a Naves de Esperanza tras un costoso proceso de reforma que convirtió el antiguo transbordador ferroviario en un hospital con todo el equipamiento necesario para llevar a cabo cirugías completas y mantener a los pacientes en observación.

Tras su estancia en Gran Canaria, el Africa Mercy tiene previsto realizar su siguiente campaña en otro país cercano, Guinea. El buque se instalará en su capital, Conakri, en agosto de este año, y permanecerá allí hasta junio del próximo año.

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