El barrio de Hoya de la Plata cuenta con tres grandes problemáticas urbanísticas: falta de accesibilidad, deterioro del espacio público y dificultades en los edificios que componen la urbanización; problemas que se podrían solventar con escaleras mecánicas, ascensores y zonas verdes. Son las conclusiones a las que han llegado las arquitectas Elsa Guerra y Noemí Trujillo, miembros de Arquitecturas ANCA, tras realizar un estudio y diagnóstico de las problemáticas con las que cuenta este enclave.

Ambas participaron ayer por la tarde en un foro de debate en el Club LA PROVINCIA junto al dúo artístico PSJM, formado por Pablo San José y Cynthia Viera. Con la colaboración de la también arquitecta Sonia Mauricio, presentaron un Esquema estratégico de Rehabilitación de Hoya de La Plata, el cual deriva del proyecto vecinal La Hoya Horizontal, iniciativa impulsada en un primer momento por PSJM. Se trata de una iniciativa de participación ciudadana con el objetivo de buscar ideas y propuestas para regenerar en su conjunto este barrio del Cono Sur.

Según el estudio que han realizado desde Arquitecturas ANCA, Hoya de La Plata cuenta con importantes problemas estructurales. Para empezar, se trata de una urbanización que se asienta a lo largo de una ladera con unos 50 metros de desnivel. El conjunto de edificaciones se distribuyen a lo largo de las calles Candelaria de León y María Amador. La urbanización se construyó entre 1966 y 1976 por el Instituto Municipal de la Vivienda.

Guerra resalta que, al igual que en muchos otros barrios de la capital grancanaria, la orografía del terreno supone un gran impedimento para la accesibilidad a las viviendas. "Es paradójico, porque hablamos de crear sociedades horizontales y el mayor problema de la Hoya de La Plata es que no lo es", manifestó la arquitecta en la presentación. A falta de concretar ideas en un futuro estudio, Trujillo afirma que la solución debería pasar por "vías mecanizadas". Es decir, instalar ascensores y escaleras mecánicas públicas en la calle. De esta manera, los vecinos podrían salvar la distancia que existe entre la parte baja del barrio, donde se encuentran varias grandes superficies de alimentación y un importante intercambiador.

Precisamente, Guerra asegura que una actuación adecuada sería construir una escalera mecanizada entre la futura estación de la MetroGuagua, que estará parcialmente subterránea, y los bloques de viviendas. "De tal manera que el transporte público te lleve de verdad a tu casa", afirmó. "La apuesta por la movilidad urbana a través de este tipo de medios es la tónica que se sigue en las ciudades europeas y es el ejemplo que debemos seguir", recalcó Guerra. Otra de estas infraestructuras podría unir la calle María Amador con el parque del barranco de Gonzalo.

Otro de los problemas a tratar se centra en el estado en el que se encuentran los servicios públicos del barrio. Según la arquitecta, se deben revisar muros y taludes de contención, todo el sistema de alumbrado público y se deben de mejorar de forma exhaustiva los caminos peatonales. En referencia a estos últimos, Guerra afirma que "muchos son impracticables para personas con movilidad reducida o para quien lleve un carrito".

Por tanto, mejorar el aspecto de los espacios comunes en las zonas aterrazas sobre las que se asientan los edificios debería ser otra de las grandes prioridades. Dentro de su estudio, ANCA ha dictaminado que la mayor parte de estos espacios entre bloques están inutilizados. "Son poco accesibles y no tienen uso", expuso Guerra.

El tercer eje de este Estudio Estratégico se centra en las edificaciones. "Es curioso, porque los vecinos nos han expuesto que están bien con sus casas", afirmó Guerra. Pero, a pesar de esto, la mayoría presentan problemas en el exterior, con fachadas y cubiertas deterioradas o problemas de humedades. "Cuando se hagan los análisis de edificabilidad se podrá determinar un tratamiento para este tipo de afecciones", apunta.

Los 36 bloques que conforman el barrio carecen de ascensores. Se trataría del principal problema de este apartado. Pues, la carestía de esta tecnología impide la movilidad interna dentro de los edificios, los cuales cuentan con entre cinco y siete plantas. En el barrio solo las dos torres, con más de 10 pisos cada una, tienen elevadores.

Además, habría que analizar en profundidad el estado en el que se encuentran los muros y taludes que aterrazan la ladera sobre la que se asientan los edificios. "En principio, las grietas que se observan no revisten peligro y se puede solucionar con una inversión pequeña, pero habría que realizar un diagnóstico más exhaustivo para descartar mayores problemas", explicó Guerra en su intervención.

La idea de transformar la Hoya de La Plata surgió el pasado mes de enero por parte del dúo artístico de PSJM. Ambos ganaron entonces una subvención del Cabildo Insular para generar proyectos de participación ciudadana. Inicialmente iban a realizar una serie de actuaciones de carácter estético funcional, tal y como ya hicieron en 2016 en la plaza del Pilar del barrio de Guanarteme, pero, la situación "desastrosa", en palabras de San José, les obligó a replantearse su estrategia. "Ambas circunstancias eran totalmente distintas, aquí los muros se estaban cayendo, literalmente", apuntó Viera.

Tras recorrerse esta ladera del sur de la ciudad decidieron poner a la ciudadanía como primera prioridad y marcarse una serie de objetivos a seguir para despertar la atención de las instituciones públicas. Y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de esta parte de la capital. De momento, han conseguido que tanto el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, como el alcalde, Augusto Hidalgo, hayan visitado el barrio para conocer la evolución del proyecto vecinal La Hoya Horizontal y conocer algunas de las demandas que tienen los lugareños desde hace años.

Cuando San José y Viera llegaron a La Plata se encontraron un vecindario desunido, poco implicado en las cuestiones comunitarias. La única asociación de vecinos apenas disponía de 10 miembros, y "se limitaban a jugar al dominó, poco más". Desde que PSJM puso en marcha el proyecto participativo, han conseguido que el nuevo colectivo haya logrado acercarse a los 200 miembros, "y seguimos aumentando", afirmó Viera.

Esta nueva asociación ha pasado a llevar el nombre del proyecto, La Hoya Horizontal. De esta manera, en los últimos seis meses han realizado multitud de reuniones para poner en común los problemas del barrio y consensuar de manera deliberada estrategias.

Entre sus logros, la nueva asociación ha conseguido que el Ayuntamiento reubique un árbol de gran parte de una de las zonas comunes del barrio y colocarlo en la parte baja del mismo. "Lo plantó un vecino hace años, sin saber y sin consultar a nadie, y sus raíces estaban destrozando la acera y penetrando hacia los edificios", señaló San José. Se trata de una petición a Parques y Jardines por parte de los vecinos de la zona que se ha demorado diez años.

Pero, su principal actuación de participación llegó a los despachos de Augusto Hidalgo a finales de febrero. El colectivo envió al alcalde un total de 300 postales con mensajes de los vecinos y vecinas, reivindicando sus necesidades. Cabe destacar que 150 de estas fueron escritas por alumnos del colegio Doctor Juan Negrín.

"Pusimos en valor algo de lo que pueden estar orgullosos los habitantes de la Hoya de La Plata: sus vistas", matizó Viera. Cada una de estas postales cuenta con un amanecer fotografiado desde el barrio. Estas imágenes se contraponen a otras de muros deteriorados, caminos impracticables y fachadas sin mantenimiento. "Jugamos con la contra-publicidad y la ironía", apuntó San José.

En esta misma línea, a modo de campaña publicitaria con el lema "Hoya de La Plata, las mejores vistas de Las Palmas", crearon un spot turístico, además de una pieza documental, en los que se habla de los "encantos" del barrio pero se muestra en la grabación todos estos problemas descritos. Se trata de concienciar a través del arte la participación e implicación ciudadana, tal y como describen en el último libro de PSJM: Arte y procesos democráticos.