La noche de San Juan en Las Canteras tuvo este un año un carácter científico más allá de lo estrictamente popular de disfrutar de los voladores. Un grupo de investigación de Geografía Física y Medio Ambiente del Instituto de oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria puso en marcha esa misma noche un estudio para conocer cómo influyen los eventos masivos en este espacio de la ciudad, considerado como una joya natural.

El estudio ha sido promovido por la Concejalía de Ciudad de Mar, que ha puesto en marcha varias acciones encaminadas a garantizar la sostenibilidad ambiental y social de la playa .

Unas 100.000 personas se dieron cita esa noche entre la playa y la avenida marítima para contemplar los fuegos artificiales y seguir el concierto de Mestisay, que animó a los asistentes desde un gran escenario situado en la misma arena en la zona de La Puntilla. En total, se recogieron 9.000 kilos de basura, según indico el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria al día siguiente.

Durante la tarde- noche, se hicieron encuestas a pie de playa a los bañistas y a los asistentes al evento, se realizaron fotografías desde varios hoteles de la línea de la playa para conocer el número de personas que había sobre la arena, así como su concentración. También se recogieron muestras de agua para averiguar si la basura que generó el público, pese a la puesta en marcha de contenedores por parte del Ayuntamiento, pudo afectar al litoral.

El estudio, dirigido por la catedrática de geografía Física Enma Pérez-Chacón, tiene como objetivo analizar cómo afectan los eventos a la propia playa, a las actividades económicas de la zona y los vecinos y usuarios con la idea de establecer unas recomendaciones al Ayuntamiento sobre el número de actividades que pueden celebrarse en la playa a lo largo del año, así como de qué tipo y dónde para no sobrecargar el espacio natural y conciliar uso y disfrute.

El análisis científico servirá también para establecer un manual de buenas prácticas para los que quiera organizar eventos.

Las encuestas, de carácter anónimo y cerradas, consistieron en trece preguntas para evaluar la percepción que los asistentes al evento tuvieron ese día. Entre las preguntas que se hicieron figuraban: ¿cuál es el principal motivo para venir hoy a la playa?, ¿qué tipo de eventos le atraen más?, ¿cómo llegó al evento?, ¿cómo se enteró de él?, ¿cuánto dinero piensa en gastarse entre transporte, restaurantes, servicios de playa, etcétera?

El estudio también quiso conocer la valoración positiva o negativa que los asistentes tuvieron sobre la accesibilidad a la playa, la experiencia y las emociones que les trasmitió el espacio y el evento, el confort y medio ambiente que experimentaron durante el concierto de música y los posteriores fuegos, así como la opinión que tuvieron sobre los servicios municipales que se prestaron en la playa.

El concejal de Ciudad del Mar, José Eduardo Ramírez, indicó el día de la presentación del estudio, a principios de este mes, que no se trata de prohibir los eventos, sino de planificar acorde con una base científica lo que se puede o no hacer para que el espacio se mantenga en las mejores condiciones medioambientales y naturales en un futuro pese a estar en un entorno urbano y que se haya convertido en un foco de atracción para las empresas.

Precisamente, los ciudadanos han puesto de manifiesto en más de una ocasión a través de las redes sociales el perjuicio que es- tos eventos ocasionan a la playa por la basura que se genera, así por el ruido y ocupación de espacio público para los residentes de la zona y los bañistas. Y la noche de San Juan no fue menos en cuanto a la basura que los ciudadanos dejaron sobre la arena pese a la distribución de 139 contenedores especiales - 8 de vidrio, 35 de envases, plásticos y latas y 96 de resto de residuos - en el paseo marítimo.