Cuatro toneladas. Esa es la cantidad de amianto que se ha sacado de las 72 viviendas del Patronato Francisco Franco de Tamaraceite que van a ser derribadas para ser sustituidas por dos nuevos edificios y un parque. Fuentes de la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria han explicado que este compuesto, cuyo uso actualmente está prohibido por ser cancerígeno, se encontraba en las placas de fibrocemento (compuesto de cemento y polvo de amianto) que recubrían los balcones y las cubiertas de los patios de las casas de donde ya han sido quitadas por una empresa especializada, que gestiona este tipo de residuos tóxicos. Una vez terminada esta fase ya se puede proceder al derrumbe de las edificaciones que tan solo está pendiente de que la companía Endesa retire el cableado de la luz, según han informado desde el Consistorio capitalino.

Fue el pasado abril cuando Geursa adjudicó la obra de demolición de los bloques a la empresa Transportes y Excavaciones Herodíaz S.L por un importe de 219.143 euros. Los trabajos, que se enmarcan en el proyecto del Área de Renovación y Regeneración Urbana (ARRU) de Tamaraceite, se iniciaron con la retirada de todas aquellas instalaciones que deben estar fuera de los edificios antes de su derribo tales como baños, aluminios o mobiliario, entre otros elementos. Dicha acción se llevó a cabo en ocho portales de las calles San Daniel, San Juan de Ávila y Fray Luis de León entre los que se reparten los 72 pisos, ocho de los cuales ya estaban inhabilitados del proceso de demolición de otras 86 casas que comenzó a ejecutarse el año pasado.

Durante esta fase inicial ha sido también cuando la empresa Oriol Metalística y Desamiantado, que está inscrita en el RERA (Registro de Empresas con Riesgo por Amianto), ha procedido a quitar las placas de fibrocemento que, según recoge la memoria del Servicio de Urbanismo, fueron embaladas en bolsas especiales y trasladadas a una planta de tratamiento de estos residuos. El procedimiento para sacar este elemento contempla todo tipo de precauciones que van desde la indumentaria especial que debe llevar el personal cualificado hasta no trabajar en días en los que haga viento para evitar que se expandan las partículas; entre otras muchas. Y es que aunque este compuesto fue muy usado durante el pasado siglo como material de construcción, en la actualidad su uso está prohibido por la Unión Europea por su toxicidad y su vinculación al cáncer.

Una vez se han quitado todas estas instalaciones, tan solo queda que se derriben los edificios para empezar a transformar la zona. Según fuentes de la concejalía que dirige Javier Doreste, la demolición está pendiente de que Endesa retire el cableado. Esto liberará el solar en el que se construirá después un parque y dos nuevos bloques con 59 pisos que tendrán una planta baja común destinada a locales, garajes y accesos y trasteros.

La edificación se situará en una parcela de 1.580 metros cuadrados y alcanzará una superficie construida total de 7.160 metros cuadrados en seis plantas y sótano, con dos cajas de escaleras y dos ascensores en cada uno de los portales. Los propietarios de las viviendas que van a ser demolidas han sido realojados en diversas ubicaciones en las que permanecerán aproximadamente dos años, que es el tiempo de duración de las obras de reposición. De estas familias, 37 serán realojadas en régimen de alquiler.

Está previsto que los trabajos de derribo de los ocho inmuebles dure seis semanas. Este proyecto tiene una licitación de 219.143 euros ,que serán financiados a cargo del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) y el Plan Estatal de Vivienda.

El ARRU de Tamaraceite implica la sustitución de las 354 viviendas de los 44 bloques del antiguo Patronato por viviendas de nueva construcción en la misma parcela o en los alrededores. La financiación de todo el ARRU asciende a unos 36 millones de euros que se reparten entre el Estado (35%), el Gobierno de Canarias (30%), el Ayuntamiento (25%) y los beneficiarios (10%).