"Mamá, no puedo dormir porque estoy nerviosa". La vocecilla que se dirige a la una de la madrugada del domingo a Marta Figuerola es la de su hija de siete años, Gabriela Hernández. El insomnio se ha apoderado de ella a tan solo unas horas de que empiece su "día favorito de las Fiestas del Carmen". Ese en el que las calles se llenan de color gracias a las decenas de manos que, como las suyas, crean alfombras que transforman el asfalto en obras de arte. Una auténtica diversión para los más pequeños y un 'sacrificio' para las espaldas de los más mayores que, sin embargo, tiene el mismo fin: venerar y dar la bienvenida a la patrona que hoy recorrerá La Isleta.

La previa a la jornada grande de la festividad que congrega a miles de personas en el barrio arrancó también temprano. A primera hora de la mañana los más madrugadores salieron a las puertas de sus casas para empezar a dar forma al colorido tapiz a base de sal teñida, arena y virutas de caucho. "Hemos utilizado reglas para obras, tiralíneas y también lo hemos hecho a mano alzada", explica Néstor Domínguez Quevedo. Él ha sido el encargado de elegir el diseño para la calle Menceyes que ayer se cubrió de pintaderas canarias bajo la atenta mirada de una réplica de la Virgen del Carmen que Manuel Martín Lasso coloca desde hace algunos años en la ventana de la puerta de su casa. Esa que sus antepasados construyeron en 1902 y que "desde el año 58" ha sido testigo de la tradición de las alfombras que Martín y su familia llevan en el ADN.

No muy lejos, en Faicanes, un grupo de jóvenes se afana en remover la sal sobre un plástico para que se mezcle con el tinte azul con el que han creado un mar a pie de acera para que naveguen dos botes muy especiales: el número 7, de la Unión Muelle Grande y el 28, que no es otro que el Virgen del Carmen. Así se lo ocurrió a Florencio Domínguez Pérez, conocido por todos como Pipo, quien observa desde su silla motorizada cómo va quedando la idea que él sugirió. Lo que tiene delante hace que alguna lagrimilla recorra su mejilla, "de emo-ción", como él mismo aclara con dulzura. Y es que los recuerdos de la estiba a la que se dedicó por 42 años y de su gran pasión, la vela latina, afloran ante semejante espectáculo de color. No obstante, aclara, lo que se está haciendo en su calle es, ante todo, un homenaje a la patrona.

Así son los isleteros. Fieles a su Virgen del Carmen e inquebrantables en fe y voluntad de hacer todavía más grande su festividad. Tanto es así que los hay que como Maica Gil Quevedo han ido al rosario de la aurora antes de ponerse a dar forma a la alfombra que, en su caso, se extiende en uno de los tramos de la calle Tecén en la que han hecho brotar flores en pleno asfalto. Un trabajo laborioso para el que se han inspirado "en internet" y se han ayudado de una pequeña hormigonera para mezclar las decenas de kilos de sal con los tintes en polvo que han dejado los "colores mucho más brillantes". Y para no desfallecer, que no falten la comida y la música, "si hace falta", hasta que empiece la procesión.

Lo que no falta tampoco en Tecén es la ilusión de los más pequeños que han encontrado en otro de sus tramos el lugar idóneo para expandir su creatividad y divertirse. Para ello, Elena Simancini promueve un diseño de doce dibujos diferentes que su hija Giulia Martín le ha ayudado a decidir cómo distribuir. Ella misma, a sus nueve años, ha ideado uno de los bocetos que su hermano mayor se ha encargado de plantear con tiza en el suelo junto a un amigo. "Cuando vi que ya estaban hechos salí de casa", cuenta junto a su aportación, un enorme círculo negro lleno de puntitos de colores que representan una noche llena de voladores. "Es mi favorito", confiesa mientras su vecina Gabriela Hernández se concentra en terminar el fondo marino "con pececitos" que hay a apenas unos pasos de distancia.

"Está quedando preciosa, como todas", asegura Saro Santana, quien al acabar su alfombra en la calle Malfu se ha ido a dar una vuelta por el resto del barrio para animar a sus vecinos. "Esto es un verdadero sacrificio", garantiza, "pero vale la pena porque esto es La Isleta". Y en La Isleta todo es poco si es para la Virgen del Carmen.