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El Puerto extrae parte del mayor pecio de Canarias de los fondos de La Esfinge

El 'Kalais' fue un templo del buceo hasta que se inauguró la dársena de África

El Puerto extrae parte del mayor pecio de Canarias de los fondos de La Esfinge

Lo había aprobado el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria en su última reunión y estos días ha llegado la confirmación oficial a la Plataforma de Contratación del Sector Público: los Puertos de Las Palmas han iniciado un procedimiento para contratar a una empresa que elabore un proyecto y ejecute las obras de "demolición con extracción de restos hundidos para aumento de calado y mejora de la operatividad en la Dársena de África y Alcaravaneras".

En la práctica, estas obras, necesarias para facilitar las operativas portuarias, acarrearán el corte parcial -en un caso incluso la desaparición total- de algunos de los mayores y más significativos pecios de la Isla. Serán en total siete los buques cuyos restos serán extraídos de los fondos, seis de ellos en La Esfinge y otro más en la playa de Las Alcaravaneras.

El más famoso de todos -el único, además, cuya identificación ha podido ser completa- es el Kalais, considerado por los buceadores de las Islas como uno de sus templos, tanto por sus grandes dimensiones -es, de hecho, el mayor pecio de Canarias- como por su disposición, yacente sobre su propia quilla. Durante décadas fue punto de peregrinación, hasta que la puesta en funcionamiento del dique Nelson Mandela de La Esfinge supuso el fin de las inmersiones en el pecio conformado por este antiguo carguero griego.

El Kalais se conserva casi intacto. Su casco está prácticamente completo, aunque tiene dos grandes grietas simétricas en los costados a la altura de la bodega en la zona central del barco, según se recoge en un informe encargado por la Autoridad Portuaria a la empresa Arqueocanarias sobre seis de los pecios presentes en los fondos marinos que hoy conforman la dársena de África.

El Kalais, localizado cerca del extremo sur de La Esfinge, solía ser recorrido con detalle por los buceadores, que paseaban entre sus cubiertas y camarotes, en algunos de los cuales era posible encontrarse hasta con camas o bañeras. A medida que continuaba el descenso iban surgiendo la sala de máquinas y distintas pasarelas hasta llegar a la cota más baja, desde donde se contemplaba el eje de la hélice del barco. Mientras transitaban por las distintas dependencias del barco, sus visitantes se solían encontrar con bicudas, gallos, bogas o chuchos nadando a su alrededor.

Antes de convertirse en el templo para buceadores que fue durante tres décadas, el Kalais ya había llenado páginas de periódicos. Llegó al Puerto de La Luz transportado por un remolcador alemán en febrero de 1978 procedente del cabo Bojador, donde había embarrancado mientras se dirigía hacia el puerto nigeriano de Warri con un cargamento de 100 toneladas de cemento. El buque se mantuvo a su suerte en las aguas interiores de La Luz durante más de un año, tiempo durante el cual fue objeto de sucesivos saqueos. Algunas semanas antes de que acabara sumergido, el barco fue trasladado hasta lo que entonces no era más que una zona de fondeo "ante el peligro que suponía que debido a la vía de agua se pudiera hundir en el interior del Puerto", según relató en su día LA PROVINCIA. En la madrugada del primer día de diciembre de 1979, el Kalais desaparecía: "Esta mañana el citado barco no se encontraba en el lugar en el que se hallaba fondeado", narraba José Ferrera en el Diario de Las Palmas solo unas horas después de que tuviera lugar el hundimiento.

El Kalais abandonará ahora los fondos de La Esfinge, aunque no por completo. El pliego de prescripciones técnicas publicado por la Autoridad Portuaria especifica que sus restos serán cortados hasta la cota de 24 metros por debajo del nivel del mar, lo que supondrá que desaparezca buena parte de la cubierta de popa o los dormitorios, aunque no el casco, asentado sobre un fondo arenoso a 35 metros de profundidad.

Los restos del Kalais no estarán solos en su último viaje desde La Esfinge: el Puerto también tiene previsto extraer otros cinco pecios que complican la navegación en la zona, aunque en este caso no ha sido posible identificar las naves por completo. El primero, bautizado simplemente como A, se encuentra a la misma altura que el Kalais, pero cercano a los muelles interiores de La Esfinge. Con el casco casi completo, pero boca abajo, los expertos de Arqueocanarias consideran en su informe que "cabe la posibilidad de que se trate del buque de cabotaje Rosita Soler, hundido en 1983".

Situado más al norte, el pecio B será extraído, igual que el A, hasta la cota de 22 metros. También se encuentra en posición invertida, con la quilla hacia arriba, y al igual que en el caso anterior, todo el castillaje del barco está aplastado en el propio interior del casco. El informe indica que puede que sean los restos del frigorífico Unique, que se hundió en la zona el cuatro de enero de 1984.

El pecio C se encuentra aún más cerca de los muelles interiores. Tiene el casco completo, aunque invertido, y presenta dos grandes grietas en el costado de babor. En este caso no ha sido posible realizar tan siquiera una identificación parcial del buque. Será extraído hasta los 14 metros.

Los dos últimos, el D y el E, son los más cercanos a los pantalanes de Naviera Armas. Al igual que los anteriores tiene la quilla hacia arriba. Los técnicos de Arqueocanarias estiman que pueden ser los restos, respectivamente, del mercante Maestrín y del pesquero Arano.

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