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Entrevista | Ramón Placeres Suárez

"Antes entraban muchos ladrones, pero ahora el Puerto es muy seguro"

"Creo que necesitamos más personal. En temporada de cruceros hay medio servicio en Santa Catalina" señaló el jefe de la Policía Portuaria

Ramón Placeres, en el recinto portuario. YAIZA SOCORRO

¿Desde cuándo trabaja usted en el Puerto?

Entré en mayo del 78, así que si contamos son ya 40 años. Entré con 20 y en aquella época éramos celadores guardamuelles. Yo entré por oposición como funcionario de carrera, saqué plaza y después de estar trabajando como unos seis meses me llamaron al servicio militar, que me tocó en Cataluña y cuando acabé, regresé a mi trabajo. Tendría unos 22 años cuando volví y a partir de ahí empezó mi carrera profesional porque primero estuve como celador guardamuelles, pero al poco tiempo, con 24, ascendí a subcabo, al año siguiente a cabo y después ya suplí a mi antecesor y hasta la fecha.

Usted es uno de los últimos conocidos como guardamuelles del Puerto. ¿En qué consistía su labor cuando comenzó?

Al principio éramos celadores guardamuelles, luego le quitaron lo de celadores y al final cambió a policías portuarios. Nosotros trabajamos para las autoridades portuarias, que es un organismo público dependiente del Ministerio de Fomento, y lo que hace el celador guardamuelles es velar por los intereses de la Autoridad Portuaria que, como organismo, lleva el control del recinto portuario tanto en el tráfico marítimo-terrestre como en instalaciones. Nosotros controlamos que todo funcione. Por ejemplo, miramos que el tráfico que entra rodado cumpla con las normativas de tráfico y en el agua igual. Tenemos una embarcación que controla la bahía en la que salimos a navegar y también tenemos el control de los fondeaderos y del tema del Medioambiente. Después controlamos todas las concesiones para que cumplan con lo que tienen estipulado. Y algo que se nos añadió hace unos años y que es lo que más nos está tirando de recursos humanos es el Plan de Protección del Buque, que donde más se incide es en Santa Catalina, por los pasajes. Es por la interfaz entre el barco y el muelle, casi siempre, por tema de terrorismo para que se cumpla con medidas de seguridad estrictas.

En los años que usted lleva, ¿se han encontrado con alguna situación compleja?

No ha habido temas de terrorismo, que yo sepa. Han sido más emergencias. Pero sí que hemos practicado mucho y hemos hecho muchos simulacros en los que intervienen muchos cuerpos como la Policía Nacional, Aduanas, Guardias Civiles... Y casi siempre son en el entorno de Santa Catalina. Pero hasta ahora, gracias a Dios, no se han dados casos reales de esos.

¿Qué es lo más difícil a lo que se ha enfrentado como policía portuario?

Hubo una época, hace muchos años, en la que el Puerto era una zona muy insegura porque se daban muchos robos en la bahía. Había mucho amigo de lo ajeno que actuaba de noche en embarcaciones. Yo viví ese tema porque era el jefe de servicio que estaba a cargo de una embarcación que tuvimos un tiempo para evitar los robos. Éramos cuatro los que íbamos a bordo, un compañero y yo íbamos armados y luego llevábamos un patrón y otro chico. Estuvimos un tiempo en la bahía y logramos evitar un montón de robos, llegando al punto de localizar a gente que estaban subiendo a los barcos. Pero este servicio acabó porque una mañana amaneció la embarcación a la deriva con un hierro clavado en el motor porque no se le ponía la vigilancia adecuada. A partir de ahí la dirección del Puerto vio la cosa más seria y el servicio pasó a la Guardia Civil que es quien lo desarrolla en la actualidad.

¿El Puerto es ahora seguro?

El Puerto siempre ha sido un recinto seguro y actualmente más. Date cuenta que aquí hay guardias civiles, policías nacionales y policías portuarios transitando con los coches 24 horas al día. Antiguamente no, porque a pesar de que éramos bastante en número, no teníamos los vehículos, no teníamos los medios. Además la mercancía no venía como viene ahora en contenedores y esos contenedores están actualmente dentro de terminales con seguridad propia. Antiguamente eran mercancías sueltas que se colocaban en parcelas donde había un guarda, que casi siempre provenían de los antiguos estibadores. Pero el Puerto en sí ha cambiado un montón y a mí me satisface ver que tú te puedas echar a caminar por la noche y no te va a pasar nada porque no vas a dar con nadie.

Entonces la evolución del Puerto ha marcado la de su profesión.

Ha cambiado mucho a mejor y han mejorado nuestras condiciones de trabajo. Tenemos mejores equipos, tenemos como unos ocho coches patrulla, un centro de control que antiguamente no existía y hoy está activo las 24 horas y cualquier cosa que pase lo canalizamos por el centro, que tiene contacto con el 112, la policía, con quien sea y la respuesta es muy rápida. Antiguamente no. Hay una cosa que a mí se me ha quedado grabada y es que hace muchos años, siendo yo cabo, estaba el Puerto abierto y entraban los coches por Santa Catalina y venían por el interior para salir por Belén María. Una noche entró un coche con una pareja y tuvo un accidente en la rotonda. Los chicos salieron despedidos, él a un jardín y a ella la encontramos en una zanja. Recuerdo que a través de las emisoras, llamamos para que viniesen las ambulancias y yo me desesperé viendo cómo estaba la pobre. Pasó mucho tiempo hasta que vino la ambulancia y al final la chica murió. Pero estos casos ya no se dan.

Y la plantilla, ¿es suficiente?

Yo siempre digo que lo que tenemos es poco. Ahora mismo somos como unos 80 y nos repartimos en tres turnos. Estamos durante las 24 horas apoyados por el centro de control, pero considero que la gente que tenemos, en momentos determinados es suficiente y en otras no como puede ser ahora, que están las vacaciones. Además, cuando empieza la temporada de cruceros se nos van muchos efectivos por el plan que comenté y se puede dar el caso de tener en un momento determinado a la mitad del servicio.

¿Qué es lo que más va a echar de menos de su trabajo?

Sobre todo al equipo humano porque tengo muy buena gente trabajando conmigo y la verdad es que me voy a tener que acostumbrar a no tenerla. Es verdad que antes esto era más familiar pero al final, este trabajo me ha permitido conocer a mucha gente, tratar con diferentes caracteres y uno termina asumiendo el rol de padre con los que manda y de amigo con los que están por encima de él.

¿Cómo ve usted el rumbo de la Autoridad Portuaria con el último cambio?

Desde que yo entré hasta ahora habré conocido, por lo poco, a siete u ocho presidentes. Al principio era un cargo emblemático y el que mandaba era el director, pero eso fue cambiando con los años y ahora el que manda es el presidente. En la parte que me ha tocado vivir a mí no tengo nada que decir, cada presidente ha actuado de una forma, cada uno es un mundo. Pero al Puerto yo siempre le veré futuro, porque debe de tenerlo.

¿Cuál cree que es el mayor reto para Juan José Cardona?

Por lo pronto creo que es quedarse, porque como son cargos políticos todo depende de la política y ahora en el poder está el Partido Socialista. Los cargos de la Autoridad Portuaria de Gran Canaria y Tenerife están puestos por el Gobierno de Canarias junto con los que estén gobernando en el momento. El que ha salido en Tenerife también es del PP, así que bueno, dependerá de la política. Pero el reto es que se puedan quedar porque si tú le das poca cancha a una persona poco podrá hacer, ahora si le das margen de tiempo seguro que consigue cosas. Me consta que todos los presidentes quieren hacer cosas y han pasado presidentes muy buenos.

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