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Rincones Playeros Muro Marrero

Los sabios de Muro Marrero

La 'peña del colesterol' se adueña del paraje

Las Canteras alberga pequeños rincones rutinarios para muchos, desconocidos para otros, y el Muro Marrero es uno de ellos. La historia de Las Canteras cuenta que, antaño, existía, al final de Playa Grande, un muro cuyo nombre pertenece a la conocida familia Marrero. Con la construcción del paseo, se vieron obligados a derribarlo, quedando un reducido espacio de arena que era capaz de llenarse cuando sube la marea.

Con o sin muro, pero, eso sí, con el mar en su máximo esplendor, un grupo de señores afables, jubilados y charlatanes, conocidos como La peña del colesterol, muestran su contento con la playa. Sentados sobre la arena, cada uno con una toalla de cada color, cuentan que llegan a ser, en ocasiones, hasta 15 personas los que deciden unirse al resto de la pandilla. En ocasiones, se reúnen todos y hacen "una especie de fiesta de amigos". Todos ellos se conocen de cuidar a sus nietas en la playa y confiesan que comparten, además de una gran pasión por la playa y conocimiento sobre ella, una gran amistad que los mantiene muy unidos.

Uno de los portavoces de la peña explica que, a él, lo que le encanta de Muro Marrero es la posibilidad que le brinda esta para hablar todo el tiempo que desee con sus amigos, pero reconoce que "las mujeres que nos acompañan nos gustan más" porque en Muro Marrero, según dicen, "nos dedicamos a que las bellezas nos den instrucciones". Aparte de la tertulia, el evidente baño en el mar y algún que otro paseito por la orilla, a la gran peña de Muro Marrero le apasiona sacar fotos y vídeos del momento, hacer natación e incluso, como revelaron algunos, hacer parapente y aterrizar en ese tramo. El lugar contiene todas las características de la playa que mejor les sienta, como la tranquilidad y familiaridad de la zona y dicen que, aunque la mayoría son de Guanarteme, un barrio más cerca de la Cícer, "hace unos años que dejamos atrás el surfing y nos pusimos por este sector porque aquí no hay tantas olas y ya los años se van notando". Además, todos coinciden en que estar en ese lugar, cada día, es bueno para su salud y dicen, con la cabeza bien alta y los pies semienterrados en la arena, que "para estar delante del televisor, más vale estar en la playa parloteando".

El aspecto saludable es uno de los motivos más claros por los que, muchos, acuden diariamente a ese punto del litoral. Es, según desvelan los habituales, como la piscina de la película de Cocoon que les rejuvenece y les hace, como dicen algunos, "recargarse las pilas" gracias a que salen como nuevos de la playa. Muro Marrero se convierte, por tanto, en su terapia natural. Insisten en que ir a la playa influye en el estado de ánimo de las personas y mejora, asimismo, las relaciones personales.

La banda de la playa tiene tela para rato así que, mientras se van sumando a la aventura varios compañeros, van desahogando todas aquellas protestas relacionadas con el cuidado del paraje.

Los chachi de Muro Marrero, como se autoproclaman ellos, piensan que la playa se está deteriorando cada vez más y reclaman una mayor presencia policial con el objetivo de que se controlen los servicios de limpieza y a las personas que la dejan repleta de basura. Por otro lado, añaden que les parece perfecto que "se haya prohibido fumar y tirar colillas en la arena". Destacan, además, algunas molestias en cuanto al resto de usuarios que no respetan el espacio de los demás y, como dicen, "con cuatro kilómetros de playa que tenemos, colocan la toalla pegadita a la tuya". No obstante, se sienten felices en su espléndida playa y, según ellos, seguirán "dejando las muletas en casa para seguir disfrutando de esta maravilla".

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