En su paseo matutino se encuentran, prácticamente solos en mitad de la playa de El Confital, Doraya y Marcial jugando a la pelota con su perra Leya. Mientras su mascota va chapoteando por los diversos charcos de agua que reposan en el suelo rocoso, explican que ellos van a esa playa desde siempre ya que viven y han vivido toda su vida en la Isleta, pero admiten que no frecuentan el área cada día del año pues, dicen, "si los días están buenos venimos una vez en semana o dos, dependiendo del trabajo que tengamos". Doraya añade que el motivo principal por el que elige ir a El Confital es la intimidad y privacidad que posee esta, sobretodo, para sacar a su perra. Ambos aclaran que son conscientes y que "si el día está malo y sabemos que no va a haber mucha gente venimos con el perro temprano, sino no, porque sabemos que hay gente que le pueda molestar". Cuentan que la playa ha mejorado mucho en cuanto a a la accesibilidad: "antes te podías caer al venir a la playa porque antes no había nada de nada", ahora, en cambio, pueden disfrutar de una avenida segura y en buen estado que recorre todo el paraje. Según señalan, gracias del acondicionamiento del camino, El Confital se está empezando a dar a conocer. También, afirman que se ven familias de la zona, muchos surfistas y personas de fuera que se bañan en el lugar y, por tanto, "la playa se suele llenar, especialmente, los fines de semana". Del mismo modo lo ve Esther que, muy pendiente de su perrita Negra, asegura que "normalmente, en verano, casi no se tiene sitio para acostarse". Esther destaca que El Confital tiene un color peculiar. Para ella, la playa es fantástica dado que tiene un espectacular paisaje. Desde sus vistosos callaos se puede vislumbrar, a lo lejos, el paseo de Las Canteras y la barra que detiene las olas procedentes del mar, además de la montaña de Gáldar y parte del sector Norte de la isla. Por otro lado, comenta que le encanta el rastro de la brisa que deja un sutil olor a marisco y que refleja el toque característico de El Confital.
Uraida y Jonás describen El Confital como una zona tranquila y natural. Uraida, madrileña experta en el mundo turístico, considera que el encanto de la playa está en su pureza y apariencia virgen y, junto a Jonás, suplica que se mantenga tal cual, sin edificaciones ni chiringuitos, dado que es un paraje muy encantador y adecuado para que la visite cualquier persona.
