La nueva terminal de pasajeros que la naviera Fred. Olsen construye en el interior del Puerto de La Luz estará lista a tiempo para recibir a los primeros usuarios de la nueva ruta que la compañía establecerá el próximo mes de octubre entre el recinto grancanario y el de Arrecife, en Lanzarote. La transformación del antiguo pabellón de Fransari junto al Muelle Grande en el nuevo centro para los viajeros de las líneas regulares de la compañía de origen noruego con origen o destino en Gran Canaria avanza a buen ritmo y ya se encuentra ejecutado "al 90%", de acuerdo con fuentes de la empresa.
El progreso de los trabajos de acondicionamiento resulta visible en el exterior del edificio ubicado en las inmediaciones de la glorieta de Juan Bordes Claverie, junto al acceso principal al recinto portuario. Allí ya se puede apreciar la silueta que adoptará el inmueble, compuesta por una serie de paneles que representan el casco de los catamaranes de la compañía en sus mismos colores corporativos. Aún resta por concluir parte de la nueva fachada, así como los detalles de los espacios interiores y la zona administrativa que utilizarán los empleados de la compañía. El objetivo de los responsables de la naviera pasa por tener concluidos los espacios destinados al tránsito y recepción de pasajeros de cara al día 15 de octubre, fecha en la que está previsto que dé comienzo su nueva operativa directa entre la capital grancanaria y la lanzaroteña a bordo del catamarán Bonanza Express.
Fred. Olsen también ha completado durante los últimos meses el cerramiento del recinto desde el que opera en La Luz, una parcela de 13.200 metros cuadrados localizada entre el Muelle Grande y el pantalán de Fransari en la que también se ha procedido a la instalación de un sistema de lectura de matrículas a través de cámaras que facilitan la llegada de los vehículos que viajan en las bodegas de los buques de la compañía. Una vez concluida la obra, la naviera retirará los contenedores que hasta ahora servían como zona de servicios y atención al cliente.
Mientras los operarios concluyen la nueva sede de Fred. Olsen en el Puerto de La Luz, el catamarán Betancuria Express, última incorporación a la flota de la naviera, se encuentra ya en un astillero a 4.000 kilómetros de Gran Canaria, en el puerto sueco de Landskrona. Allí ya han comenzado los trabajos de acondicionamiento del buque de cara al inicio de su nueva vida tras cubrir durante años la ruta entre las localidades de Ystad (Suecia) y Roenne (Dinamarca).
Durante las próximas semanas, los trabajos consistirán en una revisión de los sistemas que conforman la estructura del buque, así como sus instalaciones eléctricas y mecánicas, según avanzó la naviera la semana pasada. El nuevo Betancuria Express también sufrirá modificaciones en sus garajes y en las zonas de pasajeros, de modo que cuando los trabajos estén concluidos podrá transportar a un máximo de 1.600 pasajeros y 350 vehículos. En el casco adoptará los mismos colores corporativos usados en el resto de la flota interinsular de Fred. Olsen.
Antes de llegar a Gran Canaria, el hasta ahora conocido como Leonora Christina -con este nombre venía navegado desde su botadura en 2011- será rebautizado recuperando una de las denominaciones históricas de Fred. Olsen en el Archipiélago. El topónimo Betancuria ya fue usado para dar nombre varias naves desde los tiempos en los que la compañía era conocida como Ferry Gomera. De hecho, bajo esta misma denominación -aunque sin la coletilla 'express' que identifica a sus buques rápidos- navegó el último barco que cubrió la ruta entre Gran Canaria y Lanzarote. Ahora navegará entre Fuerteventura y Gran Canaria para reforzar los servicios de la compañía en este trayecto.
Estos días también se ha dado a conocer la motorización que tendrán los dos nuevos trimaranes que Fred. Olsen encargó el año pasado a los astilleros australianos Austal. Rolls Royce Marine ha anunciado que suministrará al astillero australiano que los construye ocho motores MTU -cuatro para cada buque- con 9.100 kilovatios de potencia a 1.150 revoluciones por minuto, lo que permitirá a las embarcaciones mantener las velocidades de 38 nudos con las que suelen circular los ferris rápidos. Su incorporación a la flota no tendrá lugar hasta el año 2020.
