Al alba comienzan los cacareos de los gallos y las gallinas del barrio, que lo llevan haciendo, a ratos, desde la madrugada. Aprovechando la soledad de las calles, salen de sus escondites y caminan libremente por las aceras. Cerca de los coches. Pero hoy tienen visita. Los operarios de la unidad técnica de Salud Pública del Ayuntamiento acuden por la mañana a la calle Marie Curie, en El Batán. El objetivo es desalojar las decenas de gallos y gallinas que llevan años residiendo en las zonas terrosas, entre edificios, de la calle. La colonia de aves ha crecido exponencialmente gracias a la ayuda de muchos vecinos y al lugar donde se ha ubicado.

Ciudadanos del barrio, y de las afueras, alimentan a los animales con pan, millo y cáscaras de frutas. Esto ha hecho que los ejemplares alados no sientan la necesidad de moverse, ya que también se les ha preparado un bebedero para saciar su sed. Otros del vecindario no viven tan contentos con estos moradores. El olor que han generado los residuos y los alimentos en descomposición, la creciente llegada de palomas y ratas, y los cacareos de madrugada son los principales problemas que han surgido.

Una decena de técnicos acudió a los focos principales de la colonia. Situados en la propia calle Marie Curie, el mayor, y en sus dos adyacentes. Tras haber acudido el año pasado y haber "recogido 50 gallos y gallinas", la colonia de aves ha seguido creciendo rápidamente. Pretendieron dejar para el final la zona con más cantidad de animales, comenzando por los lugares de más fácil acceso. La sorpresa fue para los trabajadores cuando vieron a lo que se enfrentaban. Los vecinos contemplaban la graciosa escena desde las ventanas. Capturaron algunas mientras otras jugaban al escondite. Una se coló a gran velocidad entre las piernas del trabajador y otras volaron hacia su destino cercano. Sin embargo, la zona donde se sitúan la mayoría de gallos y gallinas no es de sencillo acceso. El parterre donde viven termina en una ladera de gran inclinación y de difícil sujeción al caminar. Los animales pueden moverse sin problemas por aquí. Para un humano puede resultar peligroso.

Además, los obstáculos como árboles, tuberías y matorrales hacen imposible la colocación de una red. La veterinaria del Ayuntamiento acudió para aconsejar a los operarios. Decidieron probar en próximas jornadas otras formas de captura diferentes a la red circular que trajeron. Entre ellas prefirieron la utilización de químicos en el agua para dormir a las aves y capturarlas fácilmente o la de trampas utilizando alimentos como cebo. Aun así, "la actuación de muchos vecinos complica estas formas de captura", comentó. Es difícil engañarlas con la comida o la bebida cuando tienen de sobra y pueden acceder a ellas desde diferentes lugares. Ante las dificultades que generan los obstáculos y la cantidad de miembros de la colonia, acudirán otro día con un plan ya organizado y con herramientas adaptadas a las necesidades.

Fuentes municipales declararon que los trabajadores realizarían una" batida de diez operarios con redes manuales y mecánicas". Las única red que utilizaron fue de tipo manual, que poco sirvió para zafar los obstáculos hacia las aves. Terminó siendo una labor manual, pero sin ningún tipo de red. Las pocas gallinas y gallos capturados lo fueron con las manos tras haberlos acorralado contra paredes. Mientras que otros saltaron esas paredes, en un escollo de varios metros. Entre las risas de algunos trabajadores y la mirada atenta del vecindario las asilvestradas corrían sin rival.

Según el propio Ayuntamiento, se capturaron 16 aves: seis adultos y diez pollos. Serán distribuidos entre varias fincas privadas que se han ofrecido de forma voluntaria a acogerlos. Una de ellas en El Zumacal. Se va a insistir en la colaboración de los vecinos para que no alimenten a las aves, delito penado con sanción económica. Además, se pretende desbrozar la zona para destruir los escondites de los animales y así desalojarlos.