Los trabajos de construcción de los muelles interiores de La Esfinge concluirán antes de que acabe 2018, según el director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Salvador Capella. La construcción de esta zona permitirá añadir 307 metros de línea de atraque al Puerto de La Luz, un 2 % más de la existente en la actualidad.
A la espera de que el Puerto alargue el muelle Reina Sofía en 409 metros -la obra recibirá el visto bueno definitivo del Ministerio de Fomento mañana-, cada nuevo metro de muelle permite al Puerto descongestionar, aunque sea de forma mínima, una ocupación que llega a superar el 90 % en determinados momentos, según ha asegurado en varias ocasiones el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan José Cardona.
La construcción ha sufrido algún retraso con respecto a las previsiones iniciales de conclusión debido a la demora en la llegada de algunos de los elementos con los que se construye el muelle, pero Capella asegura que una vez solucionadas las trabas, las obras continúan adelante sin problemas. Los nuevos muelles dispondrán de un calado de 14 metros en la mayor parte de su recorrido -239 metros-, mientras que en el resto -68 metros- este será algo menor, de 10 metros.
Los trabajos para levantar los muelles interiores corren a cargo de la constructora SATO, del grupo OHL, que se adjudicó el contrato por 11.540.558,09 euros. La obra arrancó con el dragado de los fondos del que se encargó la Abeko Server I, llegada desde Holanda. Esta draga preparó los fondos excavando zanjas con un ancho de entre 12 y 18 centímetros para poder cimentar las piezas que se colocaron a continuación y después ha realizado diversos trabajos para mejorar la maniobrabilidad, aunque ésta también depende de la extracción de varios restos localizados en el lecho, como el pecio del Kalais. El Puerto ha tenido que declarar desierto el procedimiento que inició este verano para adjudicar los trabajos tras constatar la ausencia de compañías licitadoras en el concurso.
De la construcción de los cajones que conforman la estructura del muelle se encargó la cajonera SATO Asturias, que llegó a Gran Canaria en septiembre de 2017. A un ritmo de 17 centímetros por hora (lo suficiente como para construir un cajón nuevo cada seis días), la cajonera ha ido dando forma a las estructuras, que cuentan con una longitud de 33,9 metros, un puntal de 17 y una manga en fuste de otros 14,5. Para darles forma fueron utilizados 1.600 metros cúbicos de hormigón y otros 125.000 kilogramos de acero.
Tras completar la línea del muelle los trabajos continuaron con la construcción de la superestructura, a la que se añadió un voladizo de medio metro con respecto a la cara exterior de los cajones y el allanado de los terrenos ahora ganados al mar.
El destino de los muelles interiores de La Esfinge continúa siendo una incógnita, ya que el principal proyecto que estaba destinado a ser instalado en esta zona no ha terminado de cuajar. La importación de granos alimentarios -soja, sorgo y otros cereales- procedentes de América Latina con vistas a su reexportación a países africanos, que durante años han buscado los responsables del Puerto y la comunidad empresarial a través de varios viajes a los estados productores. aún no ha podido cerrar acuerdos definitivos, por lo que el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan José Cardona, ya anticipó esta primavera, al comienzo de su mandato, que buscaría otros usos para la zona en caso de que la operación no estuviera consolidada antes de finales de este año, justo cuando está prevista la conclusión de los muelles.
