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Turismo Reconocimiento municipal a los pioneros

"El premio quiero hacerlo extensible a mi padre, fue un guía muy bueno"

"Somos gente amable. Aquí reciben un buen trato. Pero aún hay cosas que se pueden mejorar", manifiesta el guía turístico Armando Sosa

"El premio quiero hacerlo extensible a mi padre, fue un guía muy bueno"

Empezó con 14 años a trabajar, ¿cómo sucedió?

Empecé antes. Mi padre a partir de los 50 y pico años empezó a estudiar idiomas. Empezó con el inglés. Se lo debo todo y quiero reclamar la atención hacia la figura de mi padre. Él me enseñó este idioma. Antes siempre faltaba gente para atender a los ingleses que llegaban en los barcos. A estos primeros guías se les llamaba "guías de muelle". A los 13 años empecé en esto, a los 14 me dieron mi primer título. Seguí con el francés y el alemán hasta los seis idiomas que he terminado hablando. Las visitas se hacían en taxi. Más adelante en micro-buses para terminar, como ahora, en guaguas grandes.

¿Que ha cambiado?

El turismo que llegaba era más refinado, vestía mejor. Sin prejuicios, claro, que la gente viste como quiere. Trataban de ir cuidaditos, al igual que nosotros. Además, gastaban bastante dinero. Era gente que venía por trabajo o de camino para ir a la India o Sudáfrica. Antes, por propinas, se ganaba muchísimo más de lo que sacaba por la tarifa. Hoy esto ha cambiado mucho, con el low-cost. Hoy las propinas son las mínimas.

¿Qué recuerdos se han quedado marcados de estos años?

Recuerdos hay muchos. He hecho muchas amistades y he aprendido idiomas con ellas. Yo ganaba aquí el dinero y luego lo gastaba por Europa, viajando. Terminaba en casas de familias que conocía aquí durante su paso por la Isla. Sigo manteniendo relaciones con ellas, en Francia, Gran Bretaña, Alemania... Ya no me gusta viajar. En su época empecé por Europa, seguí por África y América. El dinero me servía para realizarme. No me arrepiento de gastar el dinero viajando, era algo que podía hacer muy poca gente. Y claro, tengo recuerdos muy agradables y muchas anécdotas. Por ejemplo, un señor, que vino dos veces, me preguntó en la segunda: "¿qué significa Caja Insular de Arrojo?" (risas). El chófer y yo nos descojonamos. Una amiga pidió una "sopa de marica", y no de mariscos. Y bueno, empecé trabajando en la capital, que es donde había trabajo, y terminé en Playa del Inglés.

¿Hay algún lugar de la Isla que le guste especialmente?

Vegueta. Y luego toda la Isla. Ademas, desde los 20 años soy senderista. Me conozco casi toda Gran Canaria. Eso me lo inculcó mi padre. Participó en un concurso de Televisión Española que se llamaba Canarias, paso a paso y trataba de conocer las islas. Siempre me dijo que amara la naturaleza. Esta Isla tiene lugares maravillosos para andar. Y si vas en coche, hasta donde te lleve.

¿Qué opinión tienes del trato que recibe el turismo?

Somos gente bastante amable. Los que vienen reciben un buen trato. Pero aún hay cosas que se pueden mejorar. Las excursiones se podrían realizar de otra forma, enseñando cosas y lugares más interesantes. Pero claro, hoy todo se mueve por agencias de viajes. Algunas si hacen este tipo de recorridos. Siempre depende del grupo y de si te dejan hacer a ti o viene ya organizado con unas directrices desde la agencia. Pero, en general, creo que al turista se le trata muy bien aquí aunque haya fallos. Muchas veces los fallos vienen por la promesa falsa de las agencias y los organizadores en sus países de origen.

¿Alguna cosa que añadir?

El premio que me van a dar quiero hacerlo extensible a mi padre. Se lo merece porque siempre fue un guía muy bueno. Como muchos decían. Él se llamaba Isidro Sosa. Además, pienso que el reconocimiento también es para todos los guías titulados y oficiales que trabajan en Canarias y en cualquier lugar del mundo. Intentamos dar la mejor información del lugar.

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