La caída de un fragmento de mármol de una obra de Francisco Navarro en la fachada de la Catedral de Santa Ana que representa los siete libros del Apocalipsis, ha alterado la vida de Vegueta y ha provocado una revisión general de la portada del monumento arquitectónico más importante de Canarias. La fachada es obra de Luján Pérez y se dio por terminada en 1905, siendo obispo de Canarias el Padre Cueto.

La zona de la calle Obispo Codina a su paso por la plaza de Santa Ana está precintada por la Policía Local y los Bomberos. El pasado viernes cayeron los primeros cascotes. El lunes, los últimos, según una empleada de la zona. Desde el primer momento los bomberos procedieron a cerrar la calle con cintas, amarradas a varios de los característicos perros que simbolizan la canariedad de la plaza, en una de las zonas más transitadas por los visitantes del barrio históricos y sus museos.

Pese a que las pretensiones iniciales de la diócesis y del Cabildo Catedralicio eran habilitar la calle el pasado lunes, sin embargo, por precaución y por la inestabilidad que ha demostrado la fachada se ha decidido retrasar la apertura. La Diócesis instalará una gran grúa desde la que los expertos revisarán toda la fachada para decidir las medidas a tomar. El vicario general Hipólito Cabrera cifró ayer en RTVC el coste de las obras en 10.000 euros. Al ser la catedral un monumento nacional la diócesis debe conveniar con las administraciones públicas las medidas a realizar en el templo.

El objeto desprendido del edificio fue un trozo de mármol que pertenecía al tercer libro de los "siete del Apocalipsis" que están en el frontal bajo una escultura del cordero. La obra pertenece a Fernando Navarro. Una de las partes de esos libros sobresalen unos 10 centímetros de la fachada y ha sido la que ha provocado la caía de cascotes, según explicaron en la Catedral.

Aunque se mantiene el culto sin ningún riesgo en el interior de la Catedral, donde se continúan realizando visitas, la entrada se ha trasladado temporalmente al Patio de los Naranjos. Además de alterar la entrada, el cierre de la calle del Obispo Codina afectará al programa de la romería del Rosario, que no podrá circular por una de las tradicionales rutas por el barrio de Vegueta, al tener que evitar el paso ante la fachada de la catedral de Santa Ana.

La catedral empezó a construirse en 1497. La primera etapa se desarrolla entre 1497 y 1570. Comenzó a los pies del templo y se irguió 20 metros, con el edificio dividido en tres naves bien diferenciadas. La fachada se diseñó en tono clásico mientras que el interior se terminó en el siglo XVI con un original estilo gótico.

El incansable viajero Jules Leclercq, afirmó en su Viaje a las islas Afortunadas (1879) que "la catedral de Las Palmas es el más bello monumento religioso de Canarias, que resiste su comparación con las más suntuosas basílicas españolas".

Lo que hizo sorprenderse al escritor no fue construido tan solo entre dos siglos. Las obras continuaron en el XVIII, bajo el cargo del canónigo Diego Nicolás Eduardo.

Fue en 1794 cuando concluyeron las obras importantes del edificio. Sin embargo, esta construcción no se daba por cerrada aún. La fachada se terminó de diseñar durante el XIX, bajo las ideas de varios arquitectos. Entre ellos, el destacado Francisco Jareño. Se le encargó un proyecto de la facha al considerado por muchos como el principal urbanista canario de todos los tiempos, Manuel Oraá, que no gustó al Cabildo de la época.

Tras este fracaso surgieron nombres como el del propio Francisco Jareño, Laureano Arroyo o Fernando Navarro. Estos terminan encargándose de finalizar la fachada ya a finales del siglo. Brilla la aportación del artista Luján Pérez en diferentes escenarios del edificio, esculpiendo el Santísimo Cristo de la Sala Capitular, y en la fachada hoy en revisión.