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El negocio del agua La venta de Emalsa acaba en los tribunales

Sacyr creó Nuinsa y la vendió a Saur en un mes para eludir el derecho de tanteo de la ciudad

El informe jurídico municipal cree que el objetivo era enmascarar con la operación la venta del 33% de las acciones de Emalsa

Sacyr creó Nuinsa y la vendió a Saur en un mes para eludir el derecho de tanteo de la ciudad

Apenas un mes tardó Sacyr en crear la nueva empresa Nuinsa y venderla a Saur, el otro socio de Emalsa. Dentro del paquete de Nuinsa, que se formó con participaciones minoritarias que se sacaron previamente de Valoriza, también filial de Sacyr, iba el 33% de acciones de Emalsa. Saur, cuya mayoría acaba de pasar a manos del fondo de inversión sueco EQT, se convirtió de golpe, con la compra de Nuinsa, en el único socio privado de la compañía mixta y en el máximo accionista al acumular con la compra el 66% de la empresa.

El principal objetivo de esta vertiginosa y sigilosa operación financiera, realizada a espaldas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, era ocultar la venta de las acciones de Emalsa para impedir al socio público de la compañía mixta del agua ejercer su derecho preferente a la compra.

Así lo considera el informe jurídico realizado por la directora general de la Asesoría Jurídica, Felicitas Benítez Pérez, en el que se ha basado el gobierno Tripartito para exigir su derecho de retracto en el Juzgado de lo Mercantil. El informe considera que la transmisión de las acciones es ilegal y fraudulenta. La demanda judicial, acordada por los tres socios del gobierno local, fue presentada ayer, mientras que la empresa Saur, por su parte, ha defendido la "legalidad" de la venta de acciones.

La materialización de la operación comenzó el pasado 11 de junio. En ese momento entraron en escena tres filiales (Valoriza, que se escindió y pasó parte de sus acciones a la nueva empresa Nuinsa, también de Sacyr; y Gestagua, filial de Saur) y dos compañías matrices, Sacyr y Saur. La transmisión concluyó con dos empresas filiales (Nuinsa y Gestagua) y una sola empresa matriz, la multinacional francesa Saur. Ahora en lugar de dos socios privados ha quedado uno solo en Emalsa, que acapara más del 49% de las acciones, lo que supone otro incumplimiento de los estatutos y del pliego de cláusulas del contrato de compra venta, que se llevó a cabo en 1993

El informe analiza de manera pormenorizada cómo se realizó la operación de venta de las acciones, en la que bajo la apariencia de transmisión de la empresa Nuinsa a Gestagua (la filial española de Saur) se ocultaba la venta de las acciones. En el paquete de participaciones minoritarias de empresas de agua que se traspasaron a Nuinsa, y del que previamente se deshizo Valoriza, se incluyó, además del 33% de las acciones de Emalsa, un 20% de la compañía del agua de Soria. El diario Expansión cifró en más de 20 millones el beneficio que obtuvo Sacyr con la venta de Nuinsa a Saur.

"Se puede decir que la transmisión de Nuinsa a Gestagua persigue eludir el derecho de tanteo del accionista público y dar lugar a una concentración de poder, económica y del voto" por parte de Saur , destaca Benítez en su informe. Y añade: "El ánimo fraudulento está desde la escisión parcial de Valoriza, dando lugar a Nuinsa, creada un mes antes de la operación" de compra de Nuinsa por Gestagua, "de lo que se deduce que es una sociedad de mera tenencia de acciones, incumpliendo la verdadera finalidad de las modificaciones estructurales que son, ante todo, un procedimiento de transmisión patrimonial cuyo principal objetivo es facilitar las operaciones de reestructuración patrimonial de las sociedades mercantiles; cosa que aquí no ocurre, puesto que se escindió un mes antes de que fuera comprada para la finalidad aquí expuesta".

En palabras de la jurista, "Nuinsa es sucesora de Valoriza" por lo que el hecho de que "Gestagua (100% Saur) compre Nuinsa es un fraude de ley, por cuanto la escisión" de Valoriza "no se hizo con los fines que prevé la Ley de Modificaciones Estructurales de las sociedades mercantiles", sino "con el ánimo de eludir el derecho de tanteo del accionista público".

El informe se escuda en el artículo 609 del Código Civil para advertir que la "compra indirecta de las acciones a través de la compraventa de una sociedad no elude a Nuinsa de cumplir con la obligación de la comunicación al consejo de administración" de Emalsa, "ni elude de la obligación de ofrecerlas" al accionista público.

Tras recordar que lo establecido en los estatutos de la concesión y en las cláusulas del contrato de compra-venta de Emalsa "tienen fuerza de ley, tanto para la entidad como para sus socios", el informe destaca que "la transmisión" de acciones que "no respeta los estatutos sociales deriva en una nulidad radical de la misma, según predica la jurisprudencia más moderna" y también la tradicional.

El alcalde Augusto Hidalgo indicó la pasada semana que el Ayuntamiento desconocía la operación que entregó a Saur el control de Emalsa. "Yo sabía que iban a vender las acciones minoritarias de Valoriza y en la junta de julio pasado que se celebró para cambiar el nombre de Valoriza a Nuinsa nos enteramos de que se podían vender esas acciones" de Emalsa. "Era consciente de que esto se podía producir y también de que el Ayuntamiento quería plantear su derecho de tanteo, como establecen los estatutos", sostuvo.

Sin embargo, el Ayuntamiento nunca pudo ejercer ese derecho preferente a la adquisición del 33% de las acciones en venta porque nunca se le comunicó ni al alcalde y presidente del consejo de administración ni al propio consejo, según asegura el informe.

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