La vida en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria estos días es un no parar. Faltan solo siete días para que arranque la primera de las tres competiciones que conforman la 33 edición de la Atlantic Rally for Cruisers (ARC Por este motivo, en las últimas semanas han llegado decenas de veleros hasta la bahía capitalina con la intención de prepararse antes de partir rumbo al Caribe. Según fuentes de la organización de la prueba ya hay inscritos 272 barcos entre las tres salidas que conforman la competición.

Desde el pasado mes de agosto empezaron a llegar las primeras embarcaciones a la dársena deportiva de la capital. Aunque ha sido en las últimas dos semanas cuando se ha producido el acelerón, de tal manera que las embarcaciones prácticamente copan algunos de los pantalanes del muelle. El próximo domingo, 11 de noviembre, tendrá lugar la primera de las tres salidas, la ARC Plus; la segunda, la ARC San Vicente, pondrá rumbo a esta isla de Cabo Verde el jueves 15 de noviembre; por último, la prueba que pondrá rumbo a Santa Lucía, en el Caribe, será el domingo 25 de este mes.

Cada año esta competición atrae a participantes de medio mundo. Precisamente, el alto interés y el gran número de inscritos han motivado a la organización, a cargo del World Cruising Club y bajo la dirección de Andrew Bishop, a ampliar la carrera a tres pruebas con la incorporación de la ARC San Vicente en esta edición.

La Bohéme, de bandera británica, es uno de los 20 barcos inscritos que pondrán rumbo al archipiélago de Cabo Verde dentro de poco más de una semana. Al frente del navío están Peter y Simone, un matrimonio de Londres que ha decidido echarse a la mar por primera vez junto a dos amigos. No obstante, en los últimos meses han vivido en la embarcación. "Ya no tenemos casa en tierra preferimos vivir en el mar", afirma el empresario. Antes de alcanzar Gran Canaria pasaron por Lanzarote y Fuerteventura, recuerda su esposa, después de pasar el verano en las tranquilas aguas del Mediterráneo.

En las últimas semanas Peter ha preparado su embarcación, con 12 metros de eslora, para poder realizar travesías en el Atlántico. Desde su llegada a la capital grancanaria el pasado 25 de octubre han reparado los paneles solares y supervisado o cambiado todas las cuerdas y amarres del barco. Todas las medidas de seguridad son pocas cuando la intención del marinero es estar varios días en alta mar.

En esta ocasión hay muchos principiantes en esto de la ARC. Para David, también de nacionalidad británica, esta también será su primera edición en una de las competiciones transoceánicas más relevantes en el panorama internacional. Aunque, no obstante, se encarga de recordar que el mar no es algo nuevo para él. "Llevo metido en los barcos desde que era un niño", matiza, mientras recuerda su infancia con su padre en el puerto de Southampton, su ciudad natal.

En esta ocasión competirá con el Kelpie, un barco con doce metros de eslora y casi veinte años de antigüedad, "pero se mantiene en muy buenas condiciones". Realizará la travesía hasta el Caribe con otras tres personas. En la mañana de ayer se afanaba en limpiar la cubierta y repasar los nudos, falta muy poco para cruzar el Atlántico.

Su barco, bautizado con el nombre de una criatura marina de la mitología escocesa, lleva atracado en el Muelle Deportivo desde el pasado mes de agosto. "Llegamos en verano, pero durante gran parte de este tiempo ha vuelto a Inglaterra por trabajo", afirma este informático. No obstante, para poder competir en una prueba de esta magnitud se necesita mucho tiempo libre. Aquellos que partan de Gran Canaria el próximo 25 de noviembre está previsto que lleguen a la isla caribeña de Santa Lucía a principios de diciembre.

Los vecinos de pantalán de este informático también compiten en la ARC. Pero, mientras David baldeaba su cubierta en la mañana de ayer, estos corrieron rumbo a la oficina de la organización antes de que les cerrara. Estos son días en los que hay que atar todos los cabos para evitar cualquier inconveniente antes de zarpar.

Reponer fuerzas

Unos barcos más allá Tina lee tranquilamente una novela en la cubierta de su barco, el Festina Lente. Tiene un esguince en el tobillo y necesita reponer fuerzas porque dentro de veinte días pretende cruzar el Atlántico hasta el Caribe junto a su esposo. "Es nuestra primera vez y estamos nerviosos", exclama esta empresaria de nacionalidad alemana. "No estamos acostumbrados a viajar tan lejos, pero tenemos muchas ganas de sentir esa sensación de satisfacción al llegar a nuestro destino, alcanzar el Caribe será un sueño cumplido", apunta con claro entusiasmo. Un torpe resbalón hace un par de semanas al desembarcar en Pasito Blanco casi le cuesta el viaje, pero ni siquiera eso le amedrenta y espera recuperarse en poco tiempo.

A pocos metros de allí en otros barcos con bandera británica o estadounidense se afanaban en dejar todo listo para la gran cita. La ARC se ha convertido en estas más de tres décadas de actividad en una de las competiciones más relevantes en la capital grancanaria, pues consigue atraer a decenas de nacionalidades. Otras carreras a destacar son la Mini Transat, la Rendez-Vous Tall Ships y la Discoveries Race Los Alisios.