El portaviones de la Armada Española Juan Carlos I Su primera acción en aguas canarias tiene lugar este mismo miércoles con la participación en una demostración naval en la capital. El buque, que hizo su entrada en la bocana del Puerto en torno a las 16.00 escoltado por tres remolcadores, no atracó en las instalaciones del Arsenal, sino en el Muelle de Cruceros de la capital grancanaria.

El Juan Carlos I, que forma parte de la flota de la Armada desde 2010, tiene previsto desplazarse durante la mañana de hoy a la bahía del Confital, donde realizará una demostración aeronaval frente a la playa de Las Canteras. El portaviones tiene previsto llegar a la zona antes de las 12.30, hora a la que está previsto que den comienzo los ejercicios.

Junto al portaviones también se desplazará a la zona la fragata Álvaro de Bazán. A lo largo de esta mañana, las naves se ubicarán en un punto próximo a la costa, por lo que aquellas personas que se encuentren en la playa podrán ver despegues de aviones de caza -los conocidos Harrier V8- y helicópteros SH3D. En las maniobras de este miércoles también está previsto que los equipos de operaciones especiales muestren una de sus habilidades, las maniobras de descenso con cuerda desde un helicóptero sobre la fragata. Sobre el cielo de Las Canteras se podrá ver, asimismo, la pasada de varios aviones de caza y helicópteros por encima del barco, además de vuelos en formación sobre la playa y maniobras de estacionamiento sobre el mar, tanto de los helicópteros como de los cazas del Ejército.

En las Islas se han desplegado durante estos días 3.100 militares, de los que 1.200 forman parte de las fuerzas desembarco. Entre ellos figuran 300 italianos, 100 portugueses y otros 30 estadounidenses, ya que estas maniobras tienen un carácter multinacional. Además del Juan Carlos I y de la Álvaro de Bazán, estos días navegan por distintos puntos de las aguas canarias las fragatas Almirante Juan de Borbón y Santa María, así como el buque de asalto anfibio Galicia y ocho lanzas de desembarco anfibio que forman parte de la flota del grupo naval de playa.

Esta es la primera ocasión desde el año 2002 en la que el Archipiélago acoge las que son consideradas como las maniobras más completas de la Armada. Hace 16 años, otros ejercicios causaron un gran impacto social en las Islas debido a los daños que causaron en la biodiversidad marina. Numerosos cetáceos aparecieron muertos en las costas canarias en las fechas posteriores a las maniobras, aunque en esta ocasión los responsables militares afirman que esto no ocurrirá.

"Se evitará cualquier impacto medioambiental y se extremarán las medidas de cuidado", aseguró el almirante comandante del Mando Naval de Canarias, Juan Luis Sobrino, durante la rueda de prensa en la que presentó Gruflex-18. En los ejercicios actuales no se realizarán operaciones antisubmarinas en Canarias con equipos sonar, según añadió.

Además de Las Canteras, la playa de Veneguera -y el barranco homónimo- será escenario de los ejercicios previstos por la Armada. En Tenerife, la zona de Los Abades será testigo de una incursión anfibia similar a la de la costa moganera. Por último, Fuerteventura acogerá diversas operaciones tanto en la costa de sotavento como en la de barlovento. Serán, en concreto, en Puerto del Rosario, en la playa de Tarajalejo y en la de La Solapa. En esta Isla las autoridades han mostrado su desacuerdo con las maniobras. Coalición Canaria, que gobierna en el Cabildo, aprobó el pasado jueves en Pleno una moción de rechazo en la que incluyó el compromiso de que no vuelvan a repetirse.

Tras todos estos ejercicios las naves visitarán los puertos principales de las Islas, donde está previsto que realicen varias jornadas de puertas abiertas para visitas escolares, y tras reconstituirse en fuerza anfibia partirán de las Islas rumbo a su nuevo destino. El golfo de Cádiz y el campo de adiestramiento de la Sierra del Retín, en la misma provincia andaluza, son los lugares escogidos para completarlas.

El portaviones Juan Carlos I es el mayor barco con el que cuenta la Armada Española. Encargado a mediados de la pasada década y ensamblado en los astilleros ferrolanos de Navantia, el portaviones que sustituyó al Príncipe de Asturias fue botado en 2008 y pasó a formar parte de la flota de forma oficial dos años después, en 2010, con el distintivo L-61. El Juan Carlos I tiene 231 metros de eslora, 32 de manga y un desplazamiento de 26.000 toneladas. Dispone de tres radares (uno de exploración aérea, otro de superficie y un tercero de aproximación para las aeronaves que se le aproximan) y equipos de guerra electrónica. Está previsto, además, que se le instale un sistema antimisiles de defensa de punto.

El buque está configurado con una naturaleza híbrida. Por un lado es anfibio, por lo que puede transportar a una fuerza de infantería para realizar un desembarco. También puede dedicarse al transporte de fuerzas militares y servir como plataforma para la aviación que lleve embarcada, aunque el Juan Carlos I no dispone de vehículos propios, sino que sirve como base de operaciones en el mar para los del Tercio de Armada. Su dotación está compuesta por 295 militares. De ellos, 31 son oficiales y 53, suboficiales. También cuenta con 66 cabos primeros y 145 cabos y marineros.