Con el mar como un plato y un cielo amenazante de lluvia, una quincena de veleros zarparon ayer del Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria rumbo al Caribe. La segunda de las regatas de la Atlantic Rally for Cruisers (ARC) vivió un discreto estreno, a diferencia de otras ocasiones pues fueron pocos los curiosos que se acercaron hasta la avenida marítima para contemplar el espectáculo deportivo. La dirección, a cargo de World Cruising Club y con la colaboración de varias instituciones públicas, dio el pistoletazo de salida a una experiencia piloto. En esta ocasión, los participantes navegarán por una nueva ruta con destino final en la isla caribeña de San Vicente. Un viaje a modo de preámbulo de la carrera del domingo 25 de noviembre, fecha en la que un centenar largo de embarcaciones partan a las costas de Santa Lucía.

Según fuentes de la organización, en la mañana de ayer pudieron salir de la dársena deportiva de la capital grancanaria un total de doce veleros. Otras tres embarcaciones sufrieron problemas técnicos, por lo que tuvieron que esperar a poder solucionarlos y salir a lo largo de la tarde. Estas embarcaciones realizarán una parada previa en el archipiélago de Cabo Verde y, a continuación, viajarán a través del Atlántico hasta el Caribe. En total, los participantes estarán casi una veintena de días en alta mar antes de lograr su destino, donde previsiblemente pasarán una navidades rodeados del ambiente tropical de las costas y playas de las Pequeñas Antillas.

Tortola 2.0 y Josefine fueron de los primeros veleros en salir del Muelle Deportivo, a eso de las once de la mañana. Una vez en la bahía, los participantes se mantuvieron pacientes hasta la una de la tarde, hora del pistoletazo oficial de salida. Las tímidas embarcaciones pronto se camuflaron entre los distintos barcos petrolíferos que hay fondeados en aguas de la capital grancanaria.

El domingo pasado unas 70 embarcaciones participaron en la ARC Plus, la primera de las tres pruebas de esta regata. Esta fase, ya consolidada en el tiempo, llega hasta Santa Lucía pero, a diferencia de la prueba mayor de la semana que viene, los veleros recalarán primero en el archipiélago de Cabo Verde en lugar de navegar directos hasta el Caribe.

En total, las tres pruebas de la regata han congregado a casi 300 embarcaciones de múltiples nacionalidades. El grueso de estas zarparán al Caribe el 25 de noviembre. Una competición que cumple en esta edición 33 años de historia y ha logrado consolidarse como una de las más populares a la hora de cruzar el Atlántico. Bajo la dirección de Andrew Bishop, la ARC cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el Patronato de Turismo de Gran Canaria y la Autoridad Portuaria de Las Palmas.

Durante los últimos meses, la organización ha establecido una oficina en el Muelle Deportivo para atender las necesidades de los participantes. Además, el Ayuntamiento ha instalado un punto de información turística de la capital. No obstante, la prueba atrae cada año a más de 30 nacionalidades y, en muchos casos, sus participantes son familias enteras. Este domingo, 18 de noviembre, se procederá al izado de banderas en la dársena deportiva, además de una cabalgata con los tripulantes.