La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las aguas fecales de una calle del Risco de San Nicolás desaguan al Guiniguada

La conexión a la red de saneamiento forma parte de los proyectos aprobados en los presupuestos participativos 2018, de los cuales solo se han realizado tres de 49

29

Viviendas sin alcantarillas en el barrio capitalino de San Francisco

Los vecinos de la calle Padre Francisco Rodríguez Pérez, en el Risco de San Nicolás, siguen esperando que sus casas dejen de verter aguas fecales al barranco Guiniguada tras más de 40 años. La conexión de estas viviendas a la red general de alcantarillado se aprobó dentro de los presupuestos participativos de 2018, pero por el momento el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria sigue sin ejecutar la obra. Hasta ahora, el Consistorio solo ha hecho realidad tres de los 49 proyectos que se aprobaron bajo voto popular el pasado mes de abril.

La obra cuenta con una partida de 140.000 euros, prácticamente la mitad del monto correspondiente al distrito Centro en los presupuestos participativos de este año, el cual asciende a 282.326 euros. Cabe resaltar que, con 541 votos a favor, esta propuesta fue la que más apoyos logró recabar de entre todos los proyectos que aprobó la ciudadanía. Las asociaciones de vecinos de San Nicolás movilizaron a una buena parte del barrio con la intención de que esta propuesta no cayera en el olvido.

La falta de alcantarillado afecta a unas 28 viviendas de la citada calle. Concretamente, las situadas en los números impares de la vía. Los números pares están conectados a la red general a través de la cercana calle Real del Castillo. Un desfase que se debe a la fuerte pendiente en la que se han construido los edificios, pues hay viviendas por debajo del nivel de la calzada.

Los propios vecinos han ido "empatando tuberías" de tal manera que no desagüen justo al pie de sus viviendas para evitar así filtraciones. Es más, el continuo goteo de las aguas fecales han reverdecido la ladera, hasta tal punto que hay cañas con varios metros de alto y una espesa vegetación visible desde el otro lado del barranco.

Los vecinos notan especialmente la proliferación de malos olores y plagas en la zona. "En vez de mosquitos hay helicópteros", apunta Paqui Peña, residente en esta calle. Unos insectos que, según relata, se propagan especialmente en episodios de calor. Por su parte, Marusa Trujillo señala cómo las ratas suben por el muro del solar que cierra la ladera del barranco y después "caminan sobre los cables" hasta alcanzar su vivienda.

Israel Medina Quintana, presidente de la Asociación de Vecinos Cofiris y residente en esta calle, señala que se trata de una "necesidad de primer grado que tendría que haber asumido el Ayuntamiento hace tiempo, pagamos impuestos por un servicio que no tenemos". No obstante, se trata de una situación que se solventó en otros barrios como San Roque hace ya varias décadas.

Por el momento, el Ayuntamiento solo ha ejecutado tres obras del casi medio centenar de proyectos aprobados. Concretamente, se han mejorado las instalaciones deportivas de la Nueva Isleta, con nuevo pavimento tanto para la cancha de fútbol como para la de petanca; se ha pintado el Polideportivo García San Román en Schamann; y por último se han hecho arreglos en la cancha de fútbol de Las Torres.

Fuentes del Consistorio aseguran que la mayoría de las obras están en fase de licitación y que estas empezarán antes de comenzar el año. Argumentan que los presupuestos participativos se votaron en abril pero hasta julio no se aprobó disponer del dinero. "Y a los servicios no les llegaron esas cantidades hasta principios de agosto, a partir de ahí hay que iniciar el trámite de licitación y adjudicación que lleva un par de meses", señalan dichas fuentes.

Mientras todo esto se resuelve, el Ayuntamiento ha abierto la aplicación LPGC Decide a todos los ciudadanos para que presenten sus propuestas de cara a los presupuestos participativos 2019. En esta ocasión el Consistorio dedicará a esta partida dos millones y medio de euros, un millón más que en el ejercicio anterior.

Entre los proyectos pendientes de este año quedan obras de pequeña factura, inferiores a los 10.000 euros. Entre ellas, está instalar pasamanos en las calles de La Isleta y La Paterna; dotar de equipos informáticos a los locales sociales de Copherfam y Lomo Blanco; poner una puerta en el huerto urbano La Chimenea; colocar espejos y una puerta nueva en el Centro Cívico Suárez Naranjo; implantar lomos de asno en calles de San Juan y Siete Puertas; asfaltar la calle Conde Albrit, en El Polvorín; acondicionar la trasera de Santa Luisa de Marillac; eliminar un parterre en el barrio de San José; suelo antideslizante en la calle San Francisco Javier; y mejorar el parque Juan Brito, en San José.

Los proyectos más costosos, los cuales no superan los 160.000 euros, consisten en reparar zonas del Parque de las Edades, en Jinámar; construir una acera en Lomo de los Frailes; recuperar un estanque en San Lorenzo; y hacer una escalera entre La Paterna y Siete Palmas.

Colocar semáforos sonoros en multitud de calles, tales como Mesa y López, Primero de Mayo, Carretera del Norte o Luis Doreste Silva; mejorar las alcantarillas de La Paterna; cambiar la iluminación en calles de Guanarteme y La Isleta; instalar un quiosco en la plaza del Pueblo; crear un hueco urbano en un solar de Juan Rejón; hacer un parque infantil en Ciudad del Campo y remodelar el que se encuentra tras la iglesia de San José; también se aprobó instalar juegos biosaludables en El Batán, La Feria, Las Torres y San José.

Compartir el artículo

stats