La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), un órgano colegiado que se encarga de analizar los accidentes graves en los que se ven involucrados buques españoles o aquellos que navegan en sus aguas territoriales, ha abierto una investigación acerca del accidente ocurrido hace una semana y media entre un ferri rápido y un barco de servicios marítimos al norte de Gran Canaria. El suceso, en el que se vieron involucrados el Alborán de Naviera Armas y el Trames Uno de la empresa gallega Trames, se saldó con daños de consideración en los cascos de ambas embarcaciones, aunque no causó su naufragio ni provocó víctimas más allá de algún herido de carácter leve.

El organismo, que está adscrito de manera formal al Ministerio de Fomento, no tiene sin embargo dependencia alguna de las autoridades marítimas o portuarias estatales o autonómicas, y su informe se elabora de manera paralela al resto de investigaciones -ya sean penales, de aseguradoras o de Capitanía Marítima, por ejemplo- que se llevan a cabo de manera simultánea para dilucidar las causas y responsabilidades en las que puedan haber incurrido los implicados.

De hecho, la investigación del CIAIM no persigue la determinación de responsabilidad ni de culpa, según se recoge de manera explícita en la normativa que regula su funcionamiento, aunque esto no significa que no hayan de incidir en estos elementos a la hora de realizar su análisis. El propio articulado de la Ley de Puertos especifica que el hecho de que del resultado de las investigaciones del organismo puedan extraerse conclusiones de responsabilidad no le exime de informar sobre las causas técnicas que pudieron provocar del accidente.

La comisión dispone a partir de ahora de un año para analizar los hechos que llevaron al abordaje del Trames Uno por el Alborán cuando ambos se dirigían de Las Palmas de Gran Canaria a Santa Cruz de Tenerife desde un punto de vista técnico. Una vez realizadas las pesquisas con exámenes oculares de las pruebas o entrevistas con los testigos, el organismo debe elaborar un informe en el que se recojan las causas específicas que lo produjeron y recoger en él una serie de recomendaciones en materia de seguridad que sirvan como pauta para tratar de evitar nuevos sucesos similares en el futuro.

El organismo aún tiene pendiente de publicación el informe realizado a raíz del accidente del ferri Volcán de Tamasite, también de Naviera Armas, que el 21 de abril de 2017 sufrió una pérdida de control cuando acababa de zarpar de Las Palmas de Gran Canaria y acabó embistiendo contra el exterior del dique de La Esfinge causando la rotura del espaldón y de las canalizaciones de combustible que atravesaban el interior del muelle.

El Alborán continúa mientras tanto atracado en el muelle contiguo a la sede de la Autoridad Portuaria de Las Palmas a la espera de entrar en las instalaciones de Astican para ser sometido a la reparación del boquete causado en el casco por el impacto con el Trames Uno, varado ahora en Zamakona. El barco de la compañía canaria, cuya llegada al astillero estaba previsto en un principio para la semana pasada, será sustituido en el puente marítimo entre las dos capitales canarias por el Milenium Dos, según avanzó la naviera pocos días después de que tuviera lugar accidente, aunque el catamarán de Trasmediterránea -que ya operó esta ruta en 2005, cuando la antigua naviera pública buscaba una solución para sus rutas canarias ante la paulatina desaparición del servicio de Jet Foil- aún permanecía el domingo por la tarde en el puerto andaluz de Algeciras y será necesario comprobar la compatibilidad de las rampas del barco antes de que pueda incorporarse a la ruta.