Santa Catalina pide ayuda. La asociación de empresarios de la zona reclama al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria soluciones a distintas situaciones que, consideran, hacen mella en la imagen del parque al haberse convertido en problemas sociales. Se refieren a las personas sin hogar que hacen vida en los bancos del barrio sin que nadie de servicios sociales intervenga; pero también a la preocupación por la supervivencia de los negocios que no encuentran respaldo municipal en la equiparación de horarios durante la celebración de eventos o se topan con trabas para poder realizar actividades propias para dinamizar la zona. Es por ello que, según denuncian, se sienten desamparados por la Administración local con quien aseguran haber "involucionado" en estos últimos casi cuatro años.
La celebración del Womad el pasado fin de semana ha sido el detonante de las quejas por parte del colectivo. Y es que para el festival se cortaron al tráfico varias calles y se reorganizaron las líneas de guaguas para facilitar su desarrollo. "Ojo, que no decimos que no se haga, pero ¿por qué cuando nosotros solicitamos permisos para hacer una feria no nos permiten ocupar el tramo que va de Eduardo Benot a Santa Catalina? Nosotros animamos a la autorización de estos eventos, pero queremos que haya correspondencia en la normativa con nosotros ", alegó ayer Angélica Rodríguez, gerente del colectivo empresarial que demandan unas condiciones igualitarias para todos.
De hecho, ante la citada prohibición para ocupar la vía pública en un tramo que consideran importante para el desarrollo de la actividad, la asociación ha decidido no realizar más mercadillos en la zona y, por consiguiente, "dejar sin trabajo a 70 familias que participaban en este espacio que se realizaba tres días al año, así como a las distintas empresas que también se beneficiaban de él como las de sonido, iluminación, diseño...", apuntó. "El problema", apostilló Rodríguez, "es que de entrada nos dicen que no vamos a tener problemas y después llegan las pegas".
Eso cuando desde el Consistorio les contestan. "Todavía estamos esperando a que nos den una respuesta a la solicitud para poder equiparar los horarios para el Womad", aseveró la gerente del colectivo que se constituyó en 1995. La hora de cierre es otra de las batallas, hasta ahora perdida con la corporación local, que tienen los comerciantes de la zona. "Cada vez que se realiza un evento en Santa Catalina solicitamos equiparación de horario con referencia a los eventos externos, pero mientras ellos pueden estar hasta las dos o las tres de la mañana, nosotros tenemos que cerrar a la una. Entonces, ¿para qué hacen una actividad en el parque si no podemos beneficiarnos del mismo? Esto antes de esta legislatura era automático porque además es de sentido común", aseveró.
Otro de los aspectos en los que tampoco han recibido intervención municipal es el tema de las personas sin hogar. Los empresarios denuncian la falta de interés hacia estos hombres y mujeres que malviven en la calle donde hacen hasta sus necesidades. Así se puede ver en el vídeo que Rodríguez cuenta que le mandó hace dos meses al concejal del distrito, Sergio Millares, quien tampoco les contestó. "Nos reunimos con Inmaculada Medina y nos prometió soluciones en breve, pero tampoco han llegado", contó la gerente. "La solución no pasa por quitar los bancos del parque, sino en ayudar estas personas a que puedan reinsertarse en la sociedad", señala la gerente.
Para muchos esta situación perjudica a la imagen de la zona que, además, es la entrada a la ciudad para los cruceristas. A esto también hay que sumarle la enorme malla verde que se encuentran de fondo. Se trata del vallado de la segunda fase de peatonalización de Luis Morotepeatonalización de Luis Morote que mantiene cerrado el tramo de la citada vía entre Veintinueve de abril hasta Tomás Miller. Una intervención que empezó hace unos meses, pero que "es como la obra del Escorial", ya que no saben cuándo van a acabar, criticó Sara Pérez, propietaria de Besito Volao. Un pequeño negocio en cuyo descenso de ventas hasta en un 30% influyen factores como estos trabajos en los que "tan solo hay uno o dos operarios", añadió Angélica Rodríguez. Y es que "muchos extranjeros cuando llegan a General Vives y ven la obra cambian de dirección", por lo que pierden clientela.
Otro de los comerciantes de Santa Catalina, Anil Shamdasani, no termina de entender por qué la intervención no se hace a tramos. "Estas obras nos están perjudicando por la manera que se están haciendo", asegura el empresario que vivió también la primera fase de peatonalización durante la cual cuenta que el concejal de aquel momento pasaba una vez al mes para controlar los trabajos, así como semanalmente personal del Ayuntamiento se preocupaba por conocer las necesidades de los empresarios. "Nos pedían opinión y nos escuchaban para todo".
