Trece días después del accidente que tuvo al embestir un barco de servicios marítimos en aguas al norte de Gran Canaria, el catamarán Alborán de Naviera Armas entró ayer miércoles en las instalaciones de Astican para ser sometido a unas necesitadas reparaciones en seco que le permitan volver a navegar. La entrada del barco en el astillero a través de su syncrolift y su colocación posterior en una de las calles del recinto permiten contemplar por primera vez desde el ocho de noviembre el estado en el que quedó el casco del buque tras el impacto con el Trames Uno.

Los daños en el Alborán se concentran en su costado de babor, el mismo que chocó contra el barco gallego de servicios marítimos que se desplazaba, al igual que el ferri de Armas, de Las Palmas de Gran Canaria a Santa Cruz de Tenerife. Del extremo anterior del patín, que fue la primera parte del barco que golpeó contra el Trames Uno, no queda rastro en su parte inferior.

Los daños continúan por casi todo el costado de babor, primero con unos roces y después con un boquete que recorre por debajo tres de las letras que conforman el nombre de la compañía en el casco del Alborán. En total los destrozos afectan a algo más de 40 metros a lo largo del catamarán, es decir, casi la mitad de su eslora total de 92 metros.

Los orificios producidos en el casco del Alborán se llenaron de agua inmediatamente tras el accidente, lo que provocó una escora a babor de modo que cuando llegó a La Luz de vuelta -el barco retornó a su puerto de origen en cuanto pudo virar tras la embestida- las letras del costado prácticamente rozaban la superficie del mar. El barco viajaba hacia Santa Cruz de Tenerife con 129 pasajeros y 21 tripulantes en el momento del suceso.

Ferris tradicionales

Una vez extraído del agua, los responsables de Astican y de Naviera Armas pueden valorar el grado de afectación del barco, el tiempo que será necesario para su reparación y el coste que podrá alcanzar. Mientras tanto, la compañía prevé incorporar a su puente marítimo entre las dos capitales otro catamarán y por el momento continúa operando la ruta con ferris tradicionales de carga y pasaje y una frecuencia de tres trayectos diarios en cada sentido.

De forma paralela a las reparaciones -el Trames Uno está en seco desde la pasada semana en las instalaciones de Zamakona- continúan las distintas investigaciones abiertas esclarecer el accidente. Además de la iniciada por Capitanía Marítima y las aseguradoras involucradas en la asignación de responsabilidades del suceso, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) estudia desde la semana pasada los aspectos técnicos del choque para tratar de averiguar las causas técnicas. El organismo, adscrito de manera formal del Ministerio de Fomento aunque independiente de otras autoridades tanto en sus métodos de trabajo como en sus conclusiones, dispone de un año para concluir sus pesquisas y elaborar un informe completo.

El accidente que ha paralizado las operaciones marítimas rápidas entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife tuvo lugar en la tarde del ocho de noviembre. El Alborán había partido ese día de La Esfinge a las 15.45 y a las 16.24 horas embistió contra la embarcación que había salido algo antes del Puerto. Días después del accidente, el capitán y armador del Trames Uno aseguró a este periódico que solo dispusieron de un minuto para reaccionar y salvar sus vidas desde el instante en el que vieron cómo se aproximaba el catamarán y el momento del impacto. Acabaron saltando al agua para salvar sus vidas.

Aunque el Alborán regresó a La Luz inmediatamente haciendo uso de su propio motor, el Trames Uno quedó volcado tras el accidente y fue necesario remolcarlo hasta el Puerto de La Luz enganchándolo al Miguel de Cervantes de Salvamento Marítimo. La operación, en la que participó el propio armador de la embarcación, se prolongó durante toda la noche de aquel jueves. Lo mismo ocurrió con uno de los contenedores a bordo del barco, que hubo de ser transportado semisumergido de regreso hasta el recinto de la capital grancanaria.