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Maestro de belenes

Ramón Brito Rivero, de la Asociación de Belenistas Canarios Lo Divino, comenzó su afición con tan solo ocho años y hoy enseña a construir escenarios para nacimientos

Maestro de belenes

"La tradición me vino por mis padres y abuelos. Con ocho años iba a los barrancos a buscar piedra volcánica para decorar el belén". Son los recuerdos de infancia de Ramón Brito Rivero, un aficionado a los nacimientos que le ha transformado en maestro de la Asociación de Belenistas Canarios Lo Divino. "Comenzó siendo un hobby pero se ha convertido en una pasión como para otros lo es el fútbol o ir a pescar", recalca.

Brito, comercial de profesión, aunque en paro desde hace varios años, rememora que el primer nacimiento que hizo con sus manos lo colocó sobre una pequeña nevera que había en casa; luego le cedieron un hueco del mueble bar y, más tarde, ocupó la mesa del comedor. La ilusión y la afición fue creciendo con los años y alguno de ellos llegaron hasta ocupar todo el salón de su casa. "Con el permiso de mi mujer claro, porque si ella no es cómplice nada de esto puede hacerse", puntualiza el belenista, que incluso desmontaba los muebles para que el nacimiento cupiera en la sala familiar.

Mientras construye un lagar para el belén canario que expondrá la Asociación de Belenistas Canarios Lo Divino en breve, Brito afirma que se es belenista "todo el año", aunque sea Navidad cuando los artistas tienen mayor protagonismo. Él es fiel al llamado belén estilo hebreo, en el que se trata de dar fidelidad a la época en la que nació Jesús tanto en las vestimentas de las figuras, las edificaciones, el paisaje, así como en las tradiciones que se representan.

"Lo más importante es documentarse. Antes era con los libros que llegaban al alcance de nuestras manos, ahora con Internet todo es más fácil; incluso tener contactos con otros belenistas con los que intercambiamos información, fotos", manifiesta sobre dónde encuentra inspiración para que el nacimiento no se repita cada año. "Un belenista quiere ser lo más coherente posible con la realidad, pero no es tan sencillo porque no hay imágenes de la época en la que nació Jesús salvo la que nos dejaron los pintores orientalistas -siglo XVIII a mediados del XX-. De ahí que muchas personas acudan a ellos para recrear los nacimientos hebreos. Sin embargo, la vida era mucho más sencilla que la que representaban estos artistas que idealizaban o mitificaban lo que veían. Hay además muchas incoherencias, por ejemplo, dibujaban cúpulas y balcones que no existían en la época", señala como experto en la materia.

Su afición le ha llevado también a reunir cerca de quinientas figuras que ha comprado en mercadillos, tiendas y bazares para recrear las escenas religiosas. "En la zona de Triana se encontraban piezas en el bazar Nueva York, en el Palacio de los Juguetes, aunque con precios desorbitados para el poder adquisitivo de entonces", relata el artista que, sin embargo, nunca ha realizado ninguna figura como hacen otros compañeros de oficio.

Durante años ha sido el creador del nacimiento de la parroquia de San Antonio Abad y el de la Casa de Cultura, en el barrio de Tamaraceite. Su afición le llevó incluso a codirigir con otras personas un belén viviente en el colegio Adán del Castillo que luego se trasladaría a la carretera general de Tamaraceite hasta que este tipo de actos dejaron de representarse por las medidas de seguridad exigidas por el Ayuntamiento para celebrar actos públicos en la calle.

La junta directiva de la Asociación de Belenistas Canarios Lo Divino, anteriormente denominada San Juan de Dios, le nombró maestro de belenes después de valorar sus instalaciones, colaboraciones, conocimientos y aptitudes como artista. "Para mí en Las Palmas hay un verdadero maestro belenista: Pedro Armas Bozas, que ha expuesto en el Parlamento de Canarias, el Cabildo", cuenta quitándose importancia a su título de maestro.

En la asociación enseña cómo construir casas, montañas y cualquier accidente geográfico o edificación que sirva como escenario, sin olvidar recrear la vegetación. También instruye cómo pintar para que los resultados sean lo más realistas posible, así cómo a instalar la iluminación, entre otras cosas. El artista, que confía en que su nieto herede su pasión, espera que pronto se obre el milagro de que le llegue un trabajo. Gracias al hobby de los belenes ha logrado esquivar los altibajos de ser desempleado.

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