El 04.211 casi llega a la hora del almuerzo con sus 500.000 euros a la serie, o los 50.000 al décimo. La tecnología confirmaba ayer a Francisco Brito López, dueño de un bazar en el bloque 10 de la Urbanización Las Torres, que había repartido un tercer premio del sorteo del Gordo: el 04.211 se hizo de rogar, salió a las 12.22 hora canaria, y Brito ya estaba más pendiente de cerrar el establecimiento e irse a almorzar a Bañaderos, donde tenía una comida de cumpleaños de su comadre, que de los niños de San Idelfonso.

La pantalla digital conectada a la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (Selae) le reafirmaba que un tercero se había vendido en su establecimiento, donde la venta de colchones y almohadas comparten desde hace seis años negocio con los juegos y lotería del Estado, pero Francisco seguía incrédulo porque nunca había dado un premio en Navidad y no se creía la noticia, más ahora que tiene un punto de venta mixto donde no hay décimos físicos.

"Los vecinos me han dicho: Paco te tocó el premio; y yo les he dicho: sí, un poco. Pensaba que era una broma porque nadie de Loterías me ha llamado para decírmelo", añadía muerto de risa porque la suerte además le había pillado en pantalón corto. "Estoy casi seguro que tiene que haber tocado en el barrio", comentaba tras confirmarlo por la pantalla digital. Es muy probable que el afortunado se encuentre en el barrio humilde de Las Torres ya que el establecimiento, fundado por sus padres hace más de cuarenta años y regentado ahora por él, no está situado en una zona de tránsito, aunque cerca tiene un supermercado de barrio; la zona industrial y el tanatorio de Las Torres.

"El tercero que damos"

En la administración de lotería El Fénix, situada en la tercera planta del centro comercial de 7 Palmas, también reinaba la alegría entre los dueños, aunque al mediodía no sabían aún cuánto dinero habían repartido puesto que había sido por terminal. "Es el tercer premio de Navidad que damos en tres años y además es el tercero. Llegamos nosotros y comenzamos a repartir premios, aunque los anteriores fueron quintos", explicaba con una sonrisa Guayarmina Barreto Santana, mientras su marido Moisés Moreno Santana seguía atendiendo a la clientela, alguna de las cuales ya preguntaba al mediodía si podía cambiar los décimos.

La joven pareja regenta la administración desde 2013 cuando compraron el puesto, pese a que ella es economista y él diseñador gráfico. "Siempre me gustó lo de la lotería y se nos presentó la oportunidad. Además soy economista", resaltaba Guayarmina. Ayer estaban convencidos de que habían traído la suerte desde Telde dado que ambos son de la localidad más afortunada de Gran Canaria con los juegos de azar. La pareja había seguido el soniquete del sorteo por televisión "llevábamos toda la mañana expectante, parecía que iba a pasar de largo por Canarias hasta que llegó el Gordo y el tercero; estamos supercontentos", apuntaba la joven, que añadía que trabajan "de lunes a lunes en diciembre" dado el lugar donde está ubicada la administración. "Nuestra clientela es la gente del centro comercial, la que vive en la zona y también la que viene los domingos a ver el fútbol o el baloncesto al Estadio y al Arena; a los conciertos, también la que viene a comprar por lo que el premio puede habérselo llevado cualquiera".

En Vegueta también se descorcharon botellas de espumoso por la buena fortuna de quienes compraron un décimo del 04.211. El negocio de Reyes Católicos, 9, administración de lotería y estanco, está en racha en este 2018 que agoniza. "Este año es nuestro tercer premio de máquina, todos primeros premios, y ahora nos falta el cuarto, que es el Sorteo del Niño. Dimos uno el 31 de mayo, tres premios de la Lotería Nacional de 30.000 euros cada uno, y otro el pasado 15 de noviembre, también de una cuantía de 30.000 euros", explicaba Yurena Mendoza, empleada, y Laura Rodríguez, amiga "de toda la vida" mientras consultaban la pantalla que confirmaba que había vendido el tercero. "Nos acabamos de enterar ahora", decía la dependienta antes de comenzar a atender el teléfono, e invitar a una pareja de turistas que volvieran en horario de tarde para confirmar si los números que portaban tenían algún premio.

De paso

Mendoza no supo precisar cuántos décimos se habían vendido por máquina. La ubicación del establecimiento en Vegueta, según sus responsables, hace difícil aventurar si el afortunado o afortunada es vecino del barrio, o cualquier turista de los que pasan a diario por la calle Reyes Católicos. Lo único cierto es que la lotería de Navidad se vende bien. "La gente se los llevaba de dos en dos", apunta Laura Rodríguez, que celebraban el premio junto a su amiga como si les hubiera tocado a ellas.

"Lo importante es la felicidad", subraya Yurena Mendoza, la de los afortunados y la suya, porque como bien exclama, "es una ilusión muy grande que venga alguien a decirte que le has dado un premio, y seguramente una persona a la que le hacía falta, y que le viene bien". Y si no ha tenido recompensa en el Gordo, "que la gente no se desanime, y a todo el que no le tocó, el primer premio de El Niño seguro que cae aquí".