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La Isleta propone recuperar la memoria de los seis obreros asesinados en 1911

El barrio portuario sugiere en los Presupuestos Participativos rescatar del olvido el homenaje que hizo la II República a las víctimas del triste suceso de Arenales

Cortejo fúnebre en Triana de los seis obreros muertos en noviembre de 1911. FEDAC.

Las elecciones municipales del 15 de noviembre de 1911 acabaron manchadas de sangre. Seis estibadores murieron a balazos por parte de la Guardia Civil durante una concentración popular a las puertas del colegio electoral de la calle Molino de Viento, en Arenales. Veinte años más tarde, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en su primera sesión plenaria bajo la II República, decidió otorgar a seis calles de La Isleta sus respectivos nombres. Posteriormente, tras el golpe de Estado de 1936, la dictadura borró sus memorias del callejero capitalino. Siete décadas después los vecinos del barrio portuario han propuesto al Consistorio recuperar la huella de estos trabajadores asesinados a través de los Presupuestos Participativos del 2019.

Domingo Guerra del Río, primer alcalde de la capital grancanaria durante la II República, y nueve concejales republicanos socialistas aprobaron por unanimidad renombrar un total de seis calles de La Isleta, todas en el entorno de La Puntilla. Una decisión que tomaron en el pleno ordinario del 25 de abril de 1931, a pocos días de proclamarse la nueva forma de gobierno en España. De esta manera, la calle N se convirtió en Pedro Montenegro - actualmente Alonso Ojeda-; la calle Quintana pasó a ser Cosme Ruiz Hernández -ahora Américo Vespucio-; la calle Sexta sería Juan Vargas Morales -hoy Mary Sánchez-; la calle Séptima se renombró como Juan Pérez Santana -Vasco de Gama-; la calle Octava pasó a ser Juan Torres Santana -Juan de la Cosa-; y, por último, la calle Novena se convirtió en Vicente Hernández Vera -Caleta-.

El recuerdo de estos vecinos de La Isleta quedó oculto a inicios de la dictadura franquista, pues las nuevas autoridades militares pasaron a retitular la totalidad de las calles mencionadas. La mayoría de los nombres escogidos corresponden a conquistadores y exploradores de los siglos XV y XVI, con la excepción de Caleta, un accidente geográfico, y General Orgaz -hoy Mary Sánchez-. El militar Luis Orgaz, desterrado en Canarias por la República, fue jefe del Alto Estado Mayor en los años cuarenta y participó en la Guerra Civil. Ya en democracia, la vía tomó el nombre de la folclórica.

La propuesta de los vecinos de La Isleta, a la que se han sumado miembros del Instituto Canario de Estudios Antropológicos, no pretende volver a renombrar por enésima vez estas calles. Instan al Ayuntamiento a colocar nuevas placas nominativas a modo de homenaje a los seis asesinados el 15 de noviembre de 1911. De esta manera, los rótulos en las paredes, además del nombre actual, llevarían frases del estilo: "Antes Cosme Ruiz Hernández, obrero asesinado el 15 de noviembre de 1911."

En la actualidad ya existe en Las Palmas de Gran Canaria una calle con el nombre Quince de Noviembre, situada en el barrio de Arenales, zona en la que se sucedieron los terribles acontecimientos entre Guardia Civil y obreros hace un siglo. Paralela a León y Castillo, esta vía se llamó hasta principios de los años ochenta 18 de Julio, fecha en alusión a la conmemoración del golpe de Estado de 1936.

Los acontecimientos de 1911 marcaron a la opinión pública de la época. A raíz de un pequeño altercado el día de las elecciones, las votaciones tuvieron que repetirse en el distrito de Arenales dos días más tarde. "Los ánimos, por tanto, se encontraban muy crispados", matiza Pedro Socorro, en su libro Sucesos históricos de Gran Canaria, donde narra con detalles lo ocurrido en aquella jornada.

El 15 de noviembre a medio día se lanzó un rumor, desmentido luego, que desencadenaría una serie de protestas: el abogado laboralista y político republicano Franchy y Roca había sido detenido. Una multitud se agolpó a las puertas del colegio electoral, situado en la calle Molino de Viento. Al llegar la hora de cierre de la mesa se produjo alboroto ante la sospecha de un nuevo pucherazo. Los obreros lanzaron una serie de piedras, "sin herir a nadie", por lo que la Guardia Civil terminó cargando contra la multitud "fríamente", relata Socorro en su libro.

Como resultado del altercado, fallecieron un total de seis trabajadores portuarios, además de numerosos heridos. Dos años después, el teniente Juan Abella, quien ordenó las cargas aquel 15 de noviembre, fue sometido a un Consejo de Guerra del que resultó absuelto. Todo pese a verse demostrado que no hubo aviso previo a las cargas, señala Socorro.

Tras su llegada al poder, los republicanos rescataron la causa del olvido, pues en dicho pleno ordinario no solo trataron el cambio de calles en La Isleta. Según recogió LA PROVINCIA en aquel entonces, los nuevos concejales abrieron una comisión de investigación sobre los sucesos de noviembre de 1911, además de intentar averiguar posibles "coacciones y atropellos" en las últimas elecciones municipales. Propuestas que llegaron de la mano de los concejales socialistas Antonio Suárez Morales y Mario Pons, electos por los distritos del Arrecife -Las Canteras- y de Santa Catalina respectivamente. Este último, junto con La Isleta, fueron los únicos distritos en la ciudad de mayoría republicana.

Los concejales trataron también la retirada del nombre de calles que hicieran alusión a la dictadura de Primo de Rivera, además de sustituir la vía Alfonso XIII por Galán y García Hernández. Cambios que se sumaron a los ya tomados el día de proclamación de la II República, el 14 de abril, tarde en la que decidieron que la plaza de Santa Ana pasó a llamarse de la Libertad y San Bernardo se renombró como Pablo Iglesias, fundador del PSOE. Ahora habrá que es esperar a finales del mes presente para ver si el Ayuntamiento acepta esta propuesta vecinal. El distrito Isleta-Puerto-Guanarteme cuenta con un presupuesto 464.770 euros.

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