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Sensores para las escaleras mecánicas

Patricia Hernández graba un vídeo en la única escalinata motorizada de la capital que funciona como ejemplo de "buena gestión" socialista en una Alcaldía

Sensores para las escaleras mecánicas

Las redes sociales arden con el vídeo en el que la candidata socialista a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, Patricia Hernández, sube felizmente las escaleras mecánicas de La Cícer para afrentar al regidor de su ciudad, Manuel Bermúdez, por el supuesto buen funcionamiento de estas instalaciones en la capital grancanaria, al contrario de lo que ocurre en su casa. En esta demostración es fundamental la aparición, al final de los peldaños, del alcalde Augusto Hidalgo, que no duda en afirmar que "no solo funcionan, sino que las hay repartidas" por todo el municipio. No tardaron los vecinos en poner el grito en el cielo, ya que la de Las Canteras es la única de estas infraestructuras que sube y que baja. Preguntado por el desliz, el socialista aseguró ayer que para garantizar el buen mantenimiento de los aparatos pretende instalar "sensores" y el mismo sistema de control remoto que hay en las de la playa contra el vandalismo.

Precisamente la falta de civismo es la causa por la que todas las escaleras mecánicas de la capital -menos las de La Cícer- estén completamente paradas, en su gran mayoría, desde hace años. De hecho, menos mal que la candidata tinerfeña eligió las de mayor tecnología punta, estrenadas hace apenas unos meses, porque si llega a decidir grabarse en las primeras que se instalaron en la ciudad, las que conectan Primero de Mayo con el Risco de San Nicolás, igual hubiera llegado asfixiada a la punta de arriba. Este es el pan de cada día de los residentes de la zona que si quieren usar las escaleras mecánicas tienen que tirar de piernas y pulmones para afrontar los 12 metros de escalones.

Más de lo mismo ocurre con la infraestructura motorizada que une San Juan y San José o con la que conecta San Antonio con Paseo de Chil. Ninguna de ellas funciona como tampoco lo hacen las escaleras de Lomo Verdejo que por estar, estaban hasta valladas hace unos meses. Un verdadero problema para los vecinos de estos barrios que, como en el caso del último citado, tienen que subir y bajar hasta 300 escalones para realizar cualquier tipo de actividad cotidiana como ir a la compra o al médico.

Los únicos que parecen salvarse de la paralización son los tres ascensores que hay repartidos por la ciudad, aunque su supervivencia también ha estado marcada por el vandalismo. El récord lo obtuvo en 2016 el que une el parque de Las Rehoyas con Schamann, cuando el Ayuntamiento registró hasta una veintena de incidencias, algunas tan graves como lanzar un libro en llamas y quemar el cuadro de control. A pesar de existir una partida presupuestaria de 60.000 euros para solventar este tipo de actitudes incívicas y de que se ha sacado a concurso el mantenimiento de estas instalaciones, las empresas no quieren correr con el gasto de los continuos desperfectos tal y como explicó en su día concejala de Fomento, Inmaculada Medina.

De ahí que el cambio de filosofía para el alcalde pase por la instalación del sistema de reparación por control remoto y de cámaras para disuadir a los gamberros. "Ya se está preparando un pliego para que todas las escaleras, ascensores y funiculares tengan un sistema de seguridad parecido", aseveró el regidor municipal quien resaltó que la tecnología de la infraestructura de La Cícer permite, entre otras cosas, que si alguien le da al botón de stop no haya que llamar a los técnicos.

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