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Vistas incomparables.JUAN CASTRO

Patrimonio Histórico El deterioro de la Cueva de los Canarios

La casa aborigen abandonada

El yacimiento de la Cueva de Los Canarios es habitado con frecuencia por personas sin hogar

Las Palmas de Gran Canaria tiene la suerte de contar con numerosos lugares impregnados por el pasado. Uno de ellos es la Cueva de los Canarios. El complejo arqueológico ha conseguido sortear el devenir del tiempo y aún se erige, majestuoso, en las entrañas de la montaña de El Confital que un día sirvieron de morada a los primeros pobladores de la Isla como señalan numerosos estudios. Puede que sea la ubicación o tal vez el trabajo pulido que hicieron en su momento los indígenas lo que ha favorecido a que cavidades sobrevivan incluso al abandono en el que se encuentran. Y es que a pesar de ser uno de los vestigios prehispánicos más importantes de la capital, continuamente está habitado con el peligro para sus inquilinos y el deterioro para el yacimiento que eso implica.

Según el libro Las Canteras y Bahía de El Confital, se trata del "conjunto arqueológico de mayor entidad" que queda en la zona donde presenta una "situación estratégica de atalaya natural" con unas vistas inigualables de la costa capitalina. En concreto, son una veintena de cuevas repartidas a tres niveles diferentes las que componen el poblado, de las que doce "están perfectamente definidas". De hecho, hay dos grandes habitaciones mientras que el resto de cavidades hicieron las veces de silos o almacenes. "En el interior de algunas existen dependencias anexas, alacenas en las paredes, y hoyos o cazoletas en el suelo", y mientras que unas fueron excavadas en su totalidad, otras "aprovechaban las condiciones naturales favorables".

Asimismo, la publicación explica que a unos 25 metros de distancia de esta primera agrupación de orificios hay otro conjunto de nueve, de los cuales "uno presenta una planta casi cuadrada, con alacena y dependencia lateral", según detalló en los años 40 del pasado siglo el arqueólogo Sebastián Jiménez Sánchez en cuyos trabajos recogió "abundante material arqueológico durante sus visitas al yacimiento".

Por otro lado, la Cueva de los Canarios está "intercomunicada por veredas que acceden a los diferentes niveles del conjunto" cerca del cual, a apenas unos 200 metros, también existen vestigios de una cantera de molinos circulares. En ella señalan los autores, "se pueden observar los restos de extracción y las huellas de vaciado en la roca". De ahí que el enclave cuente con una puntuación de dos estrellas que la cataloga en la Guía del patrimonio arqueológico de Gran Canaria dentro de los yacimientos con un interés cultural e histórico muy alto.

Este libro recoge varios parámetros como el acceso o el estado de mantenimiento que tienen los restos prehispánicos que se reparen por toda la Isla. Sobre el último punto, el texto señala en su página 212 que las cavidades de La Isleta presentan un "estado de conservación muy deficiente". Afirmación que se ve refrendada en la otra publicación en la que se afirma que "la reutilización de este poblado en los últimos treinta años ha significado una alteración importante del conjunto". Y es que en algunas cuevas se colocaron "pisos de hormigón, azulejos en las paredes y tabiques de bloques".

Todo ello se debe a que continuamente las cavidades han sido ocupadas por personas que, a falta de otro techo, encuentran en ellas una morada. De hecho, actualmente hay al menos dos personas viviendo en el conjunto arqueológico, a pesar de que hace años que el paso hacia su interior está cerrado por motivos de seguridad después de que se produjeran varios desprendimientos de rocas. Así lo corroboraron técnicos de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, administración de la que dependen las cuevas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 2009, después de que este periódico denunciase la situación que requiere de una acción conjunta de los ejecutivos insular y local para ser resuelta.

Según explicó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, para iniciar el protocolo de este 'desahucio', el Gobierno grancanario tiene que presentar un escrito para que el Consistorio requiera al propietario del terreno a tomar medidas. "Las cuevas están en el suelo que se le devolvió a Confitalsa", apostilló el edil. Se refiere a los 50.000 metros cuadrados de superficie de El Confital que la citada empresa cedió en 2004 y que la Administración local tuvo que devolver en el año pasado -si bien el pleito continúa en litigo ya que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias reconoce a los dueños su derecho a edificar en la zona, posibilidad que Consistorio no contempla-.

El abogado de Confitalsa, José Mateo Díaz, aseveró al respecto que los propietarios no tienen nada que ver con el tema ya que el Ayuntamiento "mantiene aún la tenencia de los terrenos". Esto supone que si desde la compañía no intervienen, tendrá que ser "el propio Consistorio el que acuda a los juzgados para interponer una ejecución subsidiaria", arguyó Doreste, para que se pueda proceder a desalojar a los inquilinos de las cuevas. De ocurrir esto, el concejal de Cohesión Social, Jacinto Ortega, aseguró que se podrán a disposición de estas personas todos los servicios municipales para atenderles.

Esta no es la primera vez que las cuevas hacen de 'casa'. En 2011 se desalojó a un grupo de indigentes tras cuya marcha se produjo un incendio que tuvo que ser sofocado por los bomberos. En esta ocasión no se produjo ninguna muerte, a diferencia de la que tuvo lugar en 2015 cuando una mujer que residía en el yacimiento se cayó a más de 10 metros de altura. Apenas un mes después le ocurrió lo mismo a uno de sus compañeros. Hechos que, sumados a los desprendimientos de grandes rocas en 2015 motivaron al cierre del acceso al conjunto por motivos de seguridad.

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