"Coqueto piso ubicado en Ciudad Alta y en una cuarta planta, consta de un salón comedor y es luminoso con vistas a la calle, su estado es a reformar y esta incluido en el plan de reposición de Las Rehoyas, con lo cual es una gran oportunidad de inversión de cara al futuro". ¿El precio? Unos 45.000 euros. Los anuncios inmobiliarios referentes a viviendas situadas en Las Rehoyas, como este publicado en Idealista.com, han proliferado en los últimos meses en los portales web. Con valores que oscilan entre los 40.000 y los 70.000 euros, los vecinos muchos vecinos del barrio han decidido poner a la venta sus casas antes de que estas acaben bajo la piqueta como parte del proyecto de reconversión de la zona.
Calle Virgen de los Volcanes, bloque número 6, entre las paredes de una fachada desconchada una gran cartulina con el lema "se vende" cuelga desde la ventana del segundo derecha. Carmen Delia Hernández, propietaria del inmueble, es una de las vecinas de Las Rehoyas que ha decidido poner en venta su casa en los últimos meses, a pesar de existir un plan de reposición ya aprobado para esta urbanización por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Entre los residentes del barrio los motivos para deshacerse de sus casas son variados, pero en el caso de Hernández sus problemas de salud y la escasa accesibilidad del edificio en el que vive la han llevado a tomar esta decisión.
"Es una casa que no reúne las condiciones para una persona con problemas de movilidad", señala Hernández. En su caso, una negligencia médica tras una serie de operaciones para curarle un infarto pulmonar le provocaron una lesión medular. Tras pasar un largo periodo en silla de ruedas, ahora necesita para moverse un andador, un "rompecabezas" cada vez que tiene que bajar a la calle. Además, el baño tuvo que adaptarlo con un plato de ducha de reducidas dimensiones.
El precio de venta en este caso son unos 45.000 euros, negociables. Tres dormitorios, salón, cocina y baño. "Si me los ofrecen ahora, me voy ya mismo, en mi situación no puedo esperar", asegura. Lo cierto es que Hernández pasó toda su niñez y adolescencia en esta vivienda. Heredó la casa hace unos años y volvió en la primavera pasada, tras divorciarse y no encontrar alternativa. Durante estos meses ha tenido que lidiar con las inmobiliarias, quienes no paran de llamar. También con individuos a título personal que ofrecen cifras de hasta 37.000 euros a "tocateja".
Lo cierto es que el rumor se ha extendido por el barrio, hay inversores que están comprando inmuebles por precios irrisorios, muy por debajo de los que dicta el mercado. En el portal inmobiliario Fotocasa hay anuncios como el siguiente: "Compro piso en Las Rehoyas, si el piso está totalmente a reformar ofrezco en torno a 28.000 euros; si está para vivir, ofrezco en torno a los 35.000". "En mi calle ha comprado dos el mismo señor", señala una vecina de Virgen de Begoña. Otra propietaria, en este caso en Virgen de Fátima, asegura que le han llegado a "poner sobre la mesa" 38.000 euros por la casa, cuando vende por 50.000.
No obstante, muchos de los anuncios apelan a inversores. En los portales inmobiliarios existe una quincena de publicaciones. Y, aunque, la mayoría se mueven en el rango de los 40.000 a 70.000 euros, existe alguno de hasta 100.000 euros por un cuarto sin ascensor en plena Carretera General del Norte.
Mientras en la antigua urbanización del patronato Francisco Franco los precios de venta son más económicos, las cifras en el entorno de la Carretera General del Norte son más elevadas. Precisamente, la mayor parte de las familias que se oponen a la reposición del barrio viven en esta última zona, conocida popularmente como barriada de La Paz. El pasado jueves, 31 de enero, la plataforma Las Rehoyas Avanza, que representa a esta parte de los vecinos del barrio, anunció durante el pleno municipal que llevarán ante los tribunales el plan de reposición de las 2.500 viviendas de Las Rehoyas y Arapiles, el cual se aprobó en junta de gobierno la semana pasada, y la construcción de un bloque sobre parte del parque homónimo. De esta manera, el proyecto podría alargarse en el tiempo.
Mientras, los carteles de "se vende" proliferan en las fachadas junto a los desconchones de pintura. Las humedades corroen las tuberías y la caída de cascotes dejan al descobierto las estructuras. "A cada momento tienen que venir los bomberos a recoger trozos de cornisas que se han caído", señala un vecino de la calle Virgen deBegoña. "Al final los bloques se caen antes de que nos den pisos nuevos", comentan en corrillo un grupo de mujeres.
"Los que iban a vender ya lo han hecho", señalan. "En mi calle van tres ya", apunta Desiré Sarmiento Suárez, vecina de Montejurra. "En mi edificio compraron unos ingleses, se pensaban que había azotea, un día subieron a mi descansillo [vive en un cuarto, último piso] con ropa para tender, yo creo que no les han informado sobre la reposición", apunta Gloria Suárez. Lo cierto es que son pocos los anuncios en los portales inmobiliarios que hacen mención a los planes de reforma integral, incluso alguno hace mención a un supuesto plan para colocar ascensores por parte de la comunidad de vecinos.
Ambas son vecinas de Las Rehoyas desde niñas, llevan allí desde el nacimiento del barrio hace 55 años, y no terminan de ver como una realidad la tan mentada reposición que nunca llega. "20 años nos llevan hablando de esto, así normal que la gente venda, la vida sigue", señala otra residente en Virgen de Begoña. "Me parece ilógico que vendan, porque ahora les van a dar una nueva", apunta otro señor en Virgen de Las Angustias.
La disparidad de opiniones está servida, al fin y al cabo, muchos se niegan a mudarse a otras zonas de la capital grancanaria. "Me da pena por mi casa, pero con tantos problemas, lo importante es que no nos vayamos del barrio, lo tenemos todo cerca", señala una vecina de Virgen de Begoña. No obstante, parte de las familias que hoy habitan en el conjunto de Las Rehoyas y Arapiles tendrán que ser realojadas en el edificio que se construirá en la calle Doctor Chiscano, en las inmediaciones del Hospital Doctor Negrín, cuyas obras previsiblemente comenzarán en los próximos meses según pronostica el Ayuntamiento; y además, otros se tendrán que mudar a León y Castillo.
Mientras tanto, la población no para de envejecer. No obstante, un estudio sociológico encargado por el Ayuntamiento capitalino reveló el pasado verano que el 42% de los vecinos en el barrio son pensionistas. Justamente, muchos residentes en la zona achacan a esta realidad las numerosas ventas de los últimos meses. "Eran pisos de gente mayor que ha muerto o ya no viven aquí, sus hijos no quieren hacerse cargo de estas casas y por eso las venden", señala Gloria Suárez. Cabe resaltar que, una vez iniciado el plan de reposición y la Administración entregue las nuevas viviendas, los propietarios no podrán venderlas hasta pasados diez años, de esta manera, evitarán la especulación.
