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Tribunales

"Hui de la violencia y me encontró"

La joven hondureña que quedó hemipléjica y ciega de un ojo por las puñaladas que le asestó otra mujer revela que vino a Las Palmas de Gran Canaria buscando un futuro mejor

Entrevista a Desireé Valladares, víctima de un intento de asesinato por celos

Entrevista a Desireé Valladares, víctima de un intento de asesinato por celos

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Entrevista a Desireé Valladares, víctima de un intento de asesinato por celos Mary Carmen Suárez

Desirée Valladares sostiene que se vino a Las Palmas de Gran Canaria buscando un futuro mejor, pues Honduras, su lugar de origen, es uno de los países más peligrosos de Latinoamérica."Hui de la violencia, la situación en mi país es muy difícil, pero la tragedia me encontró aquí", destaca. Otra mujer le asestó numerosas puñaladas y la dejó hemipléjica y ciega de un ojo. Su meta era independizarse y esperaba conseguirlo en el Archipiélago. "Yo quería demostrarle a mis padres que podía salir adelante y además ayudarlos", apunta.

"No es fácil verme al espejo y saber que las cosas ya no serán como antes", resalta la joven, que casi entre lagrimas confiesa que aún siente miedo, que los recuerdos de lo sucedido la persiguen. También explica que nadie se le puede acercar por el lado derecho, pues debido a su falta de visión, le produce pánico.

El juicio celebrado el 5 y el 6 de febrero provocó que Desirée tuviese pesadillas constantes sobre lo que le sucedió aquel 30 de abril de 2017, cuando su coterránea Rosa Angélica E. R. la esperó en la entrada de su lugar de trabajo y la acuchilló en la cara, los ojos, el tórax y el cuello. Las heridas le provocaron una hemiplejía derecha que la ha dejado incapacitada para realizar tareas cotidianas, además de ceguera en el ojo derecho y la pérdida parcial de visión en el izquierdo.

"Tenía una imagen borrosa de ella, pero después del juicio quedó más viva en mi mente que antes", explica la joven. Además señala que casi no sale de su casa desde que compareció en la Audiencia Provincial de Las Palmas, pues se siente deprimida.

La acusada de dejar incapacitada a Desirée afirmó que lo hizo por culpa de su expareja, quien constantemente le decía lo guapa que esta era. La víctima conoció a este señor -que actualmente tiene 60 años- en una entrevista de trabajo, pues le ofrecía ser empleada del hogar y atender a su madre. Así lo hizo desde 2016, cuidándola de lunes a viernes y algunos fines de semana. "Un día él me comentó que había conocido a una chica, y me preguntó si era normal que una mujer de 22 años le quisiera", afirma, destacando que le respondió que ella solo podría considerar a un hombre de su edad como su padre.

El acoso comenzó pronto. Un miércoles Desirée atendió una llamada en la casa donde trabajaba y era Rosa Angélica quien le reclamaba por interponerse en su relación sentimental. "Me dijo que yo le estaba quitando al marido", indica. En ese momento decidió hablar con su jefe sobre lo que estaba sucediendo, debido a que no entendía qué pasaba. Unos meses después, Rosa volvió a comunicarse con ella pero a través de mensajes que le envió a su móvil. "Me escribió que me habían empleado porque me tenían lástima y que yo era una muerta de hambre", expresa.

Los mensajes continuaron, y fue cuando la atacante de Desireé le comentó que su pareja le habló de ella. "Me dijo que hablaron mucho de mí, incluso de mis padres, lo que me preocupó mucho, pues me di cuenta de que me estaba investigando. Me sentí acosada y me asusté mucho" sentencia. La joven quiso finalizar la relación laboral, pero su empleador y las hermanas de este le pidieron que se quedara. "Yo necesitaba el trabajo, ya me estaba estableciendo, así que decidí seguir trabajando en esa casa".

Rosa durante unos meses dejó de comunicarse con Desirée, su empleador le pidió disculpas por lo que estaba sucediendo y le comentó que quería darle celos a su pareja diciéndole que contrató a una chica más guapa que ella. "Yo le dije que eso podía traerme problemas, porque no sabíamos qué podía pasar por la cabeza de ella", manifiesta.

Un día cuando Desirée salió de su trabajo, observó a una mujer y se le pareció a la novia de sujefe, pues él le había enseñado fotos. "Allí empecé a sentir terror, pues estuvo en el portal y luego cuando yo caminé a la parada de Guaguas se me puso de frente", asevera. Al día siguiente, le pidió a su empleador que denunciara a Rosa, pero él le dijo que si lo hacía se podía meter en problemas, además avisó a su novia que Desireé planeaba dar parte a las autoridades.

La joven, que estuvo 138 días en coma y 407 días hospitalizada por la gravedad de las heridas. Apenas pudo se fue a Honduras y revela que cuando regresó a Las Palmas volvió a revivir toda la tragedia. "Ha sido muy difícil regresar a la isla, pero se acercaba el juicio y tenía que ir", apunta.

En cuanto a la condena, la joven señala que no está de acuerdo. "No me parece justo que alguien que haya cometido un delito de esta magnitud, salga después de diez años como si nada", sin embargo, no siente odio por su atacante. "Yo no siento rencor hacía Rosa, si me enfoco en odiarla no voy a superar nunca lo que me pasó, me hizo daño y me marcó para siempre, pero por ella no siento nada", sentencia."Que Dios la perdone por lo que me hizo", apunta.

El abogado Ibán Uriarte afirma que el jefe de Desireé hostigó a su pareja expresándole diariamente que su empleada era más guapa que ella, teniendo como consecuencia que Rosa actuara de esa manera Desirée actualmente asiste a un psicólogo para tratar de rehacer su vida. "Ya no quiero vivir con miedo", señala. Ahora necesita rehabilitación y lucha por conseguir la ayuda necesaria para salir adelante. "Yo necesito a alguien que me ayude en todo, que esté conmigo 24 horas, porque ya no puedo ni cargar un litro de agua", concluye con tristeza.

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