La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó ayer a diez años de prisión a una joven por el delito de tentativa de asesinato. La autora confesa acuchilló a su víctima reiteradamente en cara, el cuello y la espalda. Los hechos ocurrieron el 30 de abril de 2017 cuando Rosa Angélica Espinoza esperaba a Desirée Valladares en el portal de su lugar de trabajo, ubicada en la calle Prudencio Morales, número 13, de Las Palmas de Gran Canaria.

La sentencia recoge que la agredida entró al edificio y cuando subía las escaleras para llegar a la casa de la señora a la que cuidaba se topó "de manera sorpresiva con la acusada". La procesada le dijo: "a ti te estaba esperando", mientras la agarraba por el pelo y le giraba la cabeza.

Cuando ya la tenía en una posición dominante, y sin que la víctima pudiese tener tiempo de reaccionar, Rosa Angélica comenzó a clavarle el cuchillo de 21 centímetros en reiteradas oportunidades. "Primero en la zona del cuello, lo que dejó a la agredida paralizada del lado derecho".

Seguidamente, la procesada, que tenía celos de la víctima, supuestamente instigada por su pareja, jefe de la agredida, le asestó una puñalada en la espalda, lo que ocasionó que la víctima cayera al suelo. Con el fin de "continuar con su vil agresión" y mientras la agredida "se arrastraba por el suelo y le decía que la estaba matando", Rosa volvió a acuhillarla, está vez, de forma rápida y suscesiva en los ojos, la cara y el cuello. Debido a la gravedad de las heridas, la víctima quedó ciega de su ojo derecho de forma inmediata y le causó visión borrosa en el izquierdo.

Asimismo, la sentencia recoge que la agresora actuó "con la idea de ocasionar el máximo dolor posible", siendo consciente de que lo que hacía podía acabar con la vida de la joven, "aunque finalmente no logró este último propósito". Debido a que la víctima "quedó malherida y expuesta a la muerte", lo cual se evitó gracias a que un vecino del edificio la consiguió tirada en el suelo y llamó inmediatamente a la Policía, siendo atendida rápidamente.

Durante el ataque, Rosa Angélica también resultó herida en los dedos de su mano derecha las cuales requirieron sutura.

Una vez que la agresora culminara su ataque, escondió el cuchillo "debajo de un felpudo" de uno de los pisos del inmueble. Acto seguido, se alejó del lugar con dirección a la calle Faro.

Días después "siguiendo en parte" las indicaciones de Rosa Angélica, los efectivos policiales pudieron dar con la ubicación del arma utilizada por la agresora.

Entre las heridas "incisopunzantes" que la joven recibió se encuentran: la salida del humor vítreo en ojo derecho, fractura en pared anterior de seno maxilar derecho y laceración pulmonar de lóbulo superior izquierdo.

Así como también heridas en la cara anterior y lateral izquierda del cuello, supraclavicular derecha que afecta la vena yugular superficial. Otras a nivel cervical posterior -a nivel de la nuca- ocasionando un traumatismo raquimedular. Todo ha provocado que la joven precisara, además de una primera asistencia, un posterior tratamiento médico-quirúrguico, una intervención urgente con tratamiento de expansores y transfusiones y cirugía de toracotomia, drenaje, cervicotomia con reparación y sutura de arterias tiroidea inferior izquierda y yugular interna izquierda.

A nivel neurológico, la víctima tiene una hemiplejía derecha fláccida, hematoma preliminar y sección medular. Igualmente, con motivo del ataque, presenta un cuadro de trastorno adaptativo, ansioso depresivo y estré postraumático, necesitando tratamiento farmacológico y psicoterapia Para su suración y estabilización lesional requirió 407 "siendo de cáracter impeditivo todos ellos"estando hospitalizada durante 138 días. A su vez presenta varias secuelas, siendo estas motoras y sensitivas de origen medular, debido a que tiene el sindrome de Brown Sequard. La ceguera del ojo derecho, visión borrosa en el izquierdo, cicatrices postraumáticas y postquirurgícas. Todas estas secuelas "incapacitan a la lesionada no solo para realizar cualquier tipo de trabajo remunerado", sino que necesita de la ayuda de una tercera persona para poder realizar tareas básicas cotidianas. Además se encuentra recibiendo actualmente tratamiento psicológico y de rehabilitación.

La procesada "examinó vía internet" sobre cómo abrir puertas con un arma blanca y "cómo podía matar a una persona con las manos". La sala también señala que la tentativa pudo terminar en asesinato consumado, debido a que "las graves lesiones sufridas, de no haberse tratado a tiempo, hubiesen derivado sin duda alguna en la muerte de la víctima". Por todo lo ocurrido el juez sostiene que debe condenar a Rosa Angélica como "autora responsable de un delito de tentativa de asesinato, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal", teniendo una pena de diez años de prisión, la cual deberá ejecutarse en su totalidad.

Además de la prohibición de comunicarse y acercarse por cualquier vía a la agredida a una distancia de 500 metros durante 20 años. En cuanto a la indemnización, la procesada deberá pagarle la cantidad de 681.144,04 euros por daños "de muy diversa índole"sufridos.