Fue el primer rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Realmente el camino hacia la consecución de la ULPGC es una historia larga que empezó, por lo menos que yo recuerde, a mediados de los 70 en el Gabinete Literario. Ya en esa época, siendo Lorenzo Olarte presidente del Cabildo se dio para la futura universidad unos terrenos para lo que ahora es el campus de Tafira. También a finales de los 70 se crea la Universidad Politécnica de Las Palmas que pasa a llamarse Universidad Politécnica de Canarias y que en el 82 se abrió a carreras nuevas. Por fin en el 89 es cuando hubo la gran manifestación que tiene a sus grandes agentes en la comisión promotora de la universidad, presidida por don Juan Díaz, el colegio de economistas, los centros de la Universidad de La Laguna en Las Palmas y otras personas que fueron muy importantes como Octavio Llinás, Lisardo Mateo, Antonio Marrero, así como las ampas.
Aunque continúa como docente, ¿cómo valoraría su paso por la ULPGC?
Este curso académico culmina mi vinculación formal con la ULPGC como profesor emérito. Yo lo que puedo decir es que seguiré a disposición en cuanto a todo lo que necesite de mí la propia universidad y la sociedad porque tengo agradecimiento y ganas de seguir trabajando mientras pueda. Todos mis recuerdos son positivos y magníficos y los que no lo fueron tanto desaparecieron en el olvido.
El Consejo Social ha propuesto que una calle del Campus lleve su nombre, ¿sería el culmen a su trayectoria?
Creo que por mi carácter y mi personalidad nunca culmina nada, simplemente hay un camino que hacer y seguir luchando, trabajando con ilusión, con gente con la que te encuentres a gusto en proyectos. Me ha hecho mucho bien y estoy muy agradecido, en primer lugar, al presidente del Consejo Social, Ángel Tristán, que fue un gran luchador por conseguir la universidad cuando era redactor y jefe de sección de La Provincia. También se lo agradezco al resto de las personas que forman aparte el Consejo Social porque todas apoyaron su propuesta con todo entusiasmo. Estoy muy agradecido y tengo un gran reconocimiento para todos ellos. Ahora queda esperar la ratificación por parte del Ayuntamiento. Además, me gusta mucho que sea un lugar en el campus porque a raíz de la donación de Olarte nosotros fuimos con nuestro equipo de colaboradores los que iniciamos la construcción del Campus con la Escuela de Arquitectura.
¿Qué le parecería que los profesores de universidad fichasen como los de secundaria?
Yo creo que el tema no está en fichar o no fichar, creo que está en que cada vez se formen mejor y sepan cuál es la razón de que ellos sean los responsables de la formación de los jóvenes para lo cual tienen que motivarlos, tienen que ponerlos al día de cómo están las cosas y, sobre todo, del futuro al cual se enfrentarán. Eso exige una gran dedicación y, al mismo tiempo, exige una gran preparación y compromiso. En cuanto a fichar, a mí nunca me ha molestado, antes no se fichaba pero se daban todas las clases.
Y las becas, ¿deberían ser para las personas que tienen menos recursos o para los que sacan las mejores notas?
Vamos a ver, creo que una cosa es la teoría y otra es la práctica. Porque indudablemente las becas no pueden ser solo para los más dotados, pero sí quizá para los que más se esfuerzan y responsabilizan de acuerdo con el talento que cada persona tiene y que es diferente del coeficiente de inteligencia general. Por lo tanto, creo que una tarea de un profesor es también descubrir el talento que tienen sus alumnos. Y eso, desde mi experiencia, se puede descubrir aunque las clases sean de más de 20 alumnos. Todo depende del contacto y de cómo llegues tu a ellos. Creo que el que un alumno progrese desde que entra a la universidad hasta que sale ya es un logro muy importante, sobre todo, para una sociedades que han tenido que hacer un enorme esfuerzo en el tema educativo porque partían de principios muy bajos. Es el caso de Canarias.
Además de su labor docente, usted también coordinó el Plan Estratégico de la ciudad durante el mandato de Jerónimo Saavedra. ¿Se han cumplido algunas de las expectativas?
El concepto de plan estratégico en el mundo actual es un poco diferente al sentido clásico porque estamos en un cambio de época y estamos un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Por lo tanto, el plan estratégico te indica una especie de mapa desde donde estás hasta donde quieres llegar y a partir de ahí los caminos los construye cada quién. En este sentido, para mí fue una gran experiencia el equipo que elaboró el plan estratégico porque lo hicimos escuchando mucho a la ciudadanía, a los distintos sectores económicos, sociales y culturales de la ciudad y se trazaron cuatro pilares de los cuales se ha avanzado mucho en uno por lo menos en el sentido Ciudad de Mar. Por ciudad de culturas. Porque además fue muy importante que la persona que sucedió en la alcaldía a Jerónimo Saavedra, que fue Juan José Cardona, siguió junto a su equipo muchas de las indicaciones que estaban en el plan estratégico. Y eso es maravilloso cuando se plantean cosas y se siguen por encima de intereses de partidos porque se percibe que es un bien común y para todos.
Desde su punto de vista ¿tiene alguna asignatura pendiente la ciudad?
Eso ya no lo sé. Creo que en la ciudad, en Canarias y en la sociedad en general la gran asignatura pendiente es una que no está en los planes de estudios y es cómo nosotros preparamos a las personas para que aprendan a aprender desarrollando sobre todo pensamiento crítico y creativo. Ese creo que es un gran reto que debía ser transversal a toda la época de formación formal. Porque cada vez va a ser más importante la formación no formal. Quiere decir que el conocimiento ahora no solo se encuentra dentro de la universidad ni dentro de entidades que antes tenían el patrimonio. Ahora el conocimiento, la innovación está mucho en el pensamiento colectivo.
