"Me pedía que le recomendara chicas para ella seguir trabajando; como incentivo nos decía que nos daría un porcentaje de lo que le pagaran si le llevábamos a varias". Dalila Ortega López acudió hasta en tres ocasiones a la mujer de Escaleritas que infiltraba silicona en su propia vivienda haciéndose pasar por médica retirada. Un tiempo en el que la investigada por la Policía Nacional le sugirió que la ayudara a captar a nuevas clientas a cambio de gratificaciones económicas. El relato de varias jóvenes tratadas por esta supuesta impostora coincide en este sentido. A unas les ofrecía descuentos en futuras sesiones y a otras un plus, como en el caso de Ortega, aunque finalmente no llegó a darse esa situación en su caso.

Según los relatos de las víctimas, la vecina de Escaleritas trató a varias decenas de chicas en los últimos años. Es más, han formado un grupo de WhatsApp de afectadas en el que ha llegado a haber más de treinta chicas, aunque por el momento solo han denunciado ocho ante la Policía Nacional y los juzgados solo han admitido siete. En la mayoría de los casos, estas jóvenes acudían a la vivienda de la supuesta doctora retirada por recomendación de amigas y conocidas.

Victoria, en adelante nombre ficticio de la investigada, llegó a ser muy conocida en ciertos entornos. "Un día estaba haciéndome las uñas en una peluquería, no conocía a la esteticista de nada, y de pronto, sin venir a cuento, me preguntó que si los labios me los había hecho 'en Victoria'", relata Yazmina Ramírez González, otra de las afectadas.

Esta chica de Vecindario acudió a la casa de Escaleritas por recomentación de una excompañera de trabajo; "a esta chica le hizo un descuento en otra sesión", señala. Tal y como asegura, la supuesta médica preguntaba siempre en cada sesión "de parte de quién vienes" para tener controladas a sus clientas.

La joven reconoce que "veía que allí iba tanta gente, pero tantas conocidas" que terminó por confiarse. "Por eso pensé que, dentro de la ilegalidad de hacerlo en un piso, era legal como persona", reconoce la joven, admitiendo su error. Lo cierto es que afirmaciones similares se repiten en la mayoría de los casos. Chicas en la veintena que confiaron en los resultados "aparentemente satisfactorios" de sus conocidas.

"Sinceramente, no fui por el precio, sino por las recomendaciones de muchas conocidas", señala Ortega. Según esta joven militar, la investigada le afirmó que contaba con una "cabina específica" para los tratamientos y, además, que era una médica estética retirada de las clínicas profesionales. Argumentos que, en principio, daban seguridad a las mujeres que acudían hasta la vivienda de Escaleritas.

Cabe recordar que, por lo general, la investigada reclamaba 150 euros por sesión por inyectar lo que, en teoría, era ácido hialurónico en los labios de sus clientas. Análisis clínicos posteriores han demostrado que esa sustancia era silicona, un producto cuyo empleo en la cirugía estética es ilegal en España. Además, las chicas relatan que por el mismo precio ofrecía pinchar el sobrante de la dosis en otras partes de la cara o, incluso, en las nalgas.

La supuesta doctora también le comentó a Ortega que contaba con una vivienda en el sur donde podía hacerle allí los tratamientos. Y, aunque a ella nunca le habló de la peluquería de Escaleritas que está bajo el punto de mira, sí conoce a varias amigas que aseguran haberse tratado allí. No obstante, la dueña de dicho centro de belleza aseguró esta semana a este periódico que "ella nunca pinchó aquí, eso lo hacía en su casa". La estilista reconoce conocer a la sospechosa pero afirma que ambas no han mantenido negocio alguno.

La supuesta médica de la silicona es investigada por un presunto delito contra la salud pública y otro por intrusismo laboral. Los forenses se encuentran en estos momentos evaluando a las afectadas para observar sus lesiones y poder así determinar la gravedad del posible delito. Las chicas alegan tener bultos.

Demanda de tratamientos

Al preguntar en diferentes peluquerías de Las Palmas de Gran Canaria, y en especial en Ciudad Alta, las estilistas responden lo mismo, ''hay demanda de tratamientos en los labios y muchas chicas vienen aquí a preguntar''. El desconocimiento las lleva en algunas ocasiones a preguntar por terapias como la inyección de ácido hialurónico a centros de belleza sin certificación médica, un grave error. ''Siempre remito a profesionales clínicos, apedir credenciales,que se informen sobre qué productos van a ponerles'', afirma Maru, peluquera en Escaleritas. ''Lo más importante es que busquen mucha información y se lo piensen, no se puede jugar con la salud'', señalan en un salón de belleza de Altavista.