Inyectar silicona líquida en el organismo humano puede acarrear severos problemas de salud y, en última instancia, llegar a provocar la muerte del paciente en caso de cantidades excesivas o en ciertas partes del cuerpo. El cirujano estético Julián José Castillo Lorenzo, quien ejerce en la clínica Perpetuo Socorro de Las Palmas de Gran Canaria, así lo recalca. Este profesional sanitario se encuentra estos días "muy indignado" por el caso de la mujer de 69 años que supuestamente se hacía pasar por doctora y pinchaba esta sustancia en sus pacientes en su propia vivienda del barrio de Escaleritas de la capital grancanaria. Algunas de las jóvenes afectadas calculan que ha tratado a más de 60 mujeres.

La silicona se encuentra en estos momentos "proscrita" en el mundo de la cirugía estética, recuerda el doctor Castillo. Este tipo de producto en contacto con los tejidos del cuerpo humano puede acarrear severos problemas de salud: reacciones epidérmicas, nódulos subcutáneos y, en general, deformidades. "Los síntomas pueden aparecer en cualquiera de las zonas del cuerpo donde se inyecte", señala el médico, es decir, ya sea en glúteos, mamas o cara, entre otros lugares menos habituales.

Lo cierto es que este producto sintético, derivado del petróleo, lleva prohibido con fines cosméticos y sanitarios en su forma líquida desde hace varias décadas en todos los países de la Unión Europea. La silicona solo puede aplicarse en la cirugía estética a modo de implantes en forma de gel, pues de esa manera no puede expandirse.

Precisamente, Castillo señala que uno de los mayores peligros de la silicona líquida viene derivado de su capacidad para expandirse. "Esta migra, fluye por los tejidos del cuerpo", recalca con insistencia. Este producto, al circular por dentro del organismo, suele provocar insuficiencias renales y respiratorias, además de dañar el hígado. Síntomas que pueden desencadenar la muerte, indica tajante el cirujano.

Las afectadas que han sido infiltradas con silicona en un piso de Escaleritas presentan dolores agudos y bultos en la zona de los labios, lugar donde la investigada por la Policía Nacional les inyectaba el producto. Según el relato de las jóvenes, estas acudían a la particular "consulta" en busca de un tratamiento de ácido hialurónico, un componente natural en el organismo humano que se utiliza para hidratar la piel, rejuvenecerla y darle volumen.

La mayor parte de estas jóvenes aseguran tener deformaciones en las zonas donde les aplicaron la silicona. No obstante, Kimberly Bordón, quien recibió el primer tratamiento por parte de la supuesta doctora en septiembre, afirma tenerlos en el lado interior de los labios, dentro de la boca. "Estéticamente por fuera no se ven, pero están ahí, duele mucho cuando me muerdo", señala.

Dolor agudo con la mínima presión, ardor, deshidratación, rigidez, tirantez. La mayor parte de estos síntomas que padecen las chicas se asocian con la hipersensibilidad, una reacción natural del organismo a aquellos elementos ajenos que intenta expulsar de sus tejidos. Castillo Lorenzo señala que los biopolímeros, nombre técnico de la silicona, provocan daños en el organismo "en cualquier caso". "Todo depende de las dosis aplicadas para determinar si estos son o no irreversibles", señala el cirujano.

Varias de estas chicas han tenido que ser atendidas quirúrgicamente para poder extirparles el producto que la vecina de Escaleritas les inyectó de manera fraudulenta. Dalila Ortega López, a quien pinchó hasta en tres ocasiones, se ha sometido ya a tres operaciones en los labios, la última esta semana. Probablemente tendrá que volver a ponerse en manos de los médicos por cuarta vez, "pues el producto ha sido infiltrado en gran cantidad". Además, estos temen que la silicona pueda afectarle a varios músculos de la zona.

Según el doctor Castillo Lorenzo es muy importante valorar "si el daño es mayor extirpando la silicona o si puede tratarse". La idea que tienen siempre en mente es sacar el "máximo posible" de biopolímero del organismo. Pero el cirujano recalca que es primordial saber ver entre "lo que se debe y lo que se puede hacer" con el paciente que se encuentra ante sus manos.

Este cirujano, quien lleva una trayectoria 25 años al frente de su profesión, se encuentra con casos de este tipo muy a menudo. "Es un problema muy grave al margen de la sanidad", asegura. Uno de los colectivos que más ha tratado por silicona a lo largo de su carrera ha sido el de las mujeres de países sudamericanos como Colombia o Venezuela. "Lugares donde este producto está muy presente", apunta.

La vecina de Escaleritas es, precisamente, de origen colombiano. "Ella asegura que lleva muchos años en esto y que inyectaba en su país", señala Yazmina Ramírez González, otra de las chicas que acudió al domicilio de la falsa médica para infiltrarse ácido de hialurónico y quien también padece los efectos secundarios de la silicona en su organismo, aunque, por el momento, no dispone de dinero para costearse una cirugía extractiva.

No obstante, el Archipiélago vivió un caso similar a este hace casi dos décadas. En aquella época, Ruth Socorro, una transexual de la capital grancanaria, fue denunciada por una veintena de mujeres de Gran Canaria y Lanzarote por infiltrarles silicona. Este episodio ha quedado en la retina de numerosos canarios, hasta tal punto que en Escaleritas era inevitable evocar el caso cuando se dio a conocer el pasado martes la detención de su vecina por parte de la Policía Nacional.

El uso de la silicona en la cirugía estética entró en auge en los años 70. Una época en la que reinaba el "desconocimiento" de sus efectos en el cuerpo, señala el doctor Castillo Lorenzo. El cirujano señala que desde entonces la medicina ha avanzado mucho y compara el hecho de inyectarse silicona con "comprarse un televisor en blanco y negro".

"La silicona crea cuerpos totalmente artificiales y unos volúmenes que traspasan el umbral de lo antiestético", indica. "Lo que han hecho estas chicas se puede calificar casi de locura", señala, pues recalca que siempre que una persona decida recurrir a este tipo de tratamiento lo más importante es corroborar el nivel de formación de quien vaya a atenderles, además de buscar centros homologados. "Es lamentable que la gente no tenga unos conocimientos médicos básicos, las viviendas o las peluquerías no son lugares donde impartir tratamientos de cirugía estética", apunta.

Para verificar si un médico tiene el currículum adecuado y este es quien dice ser, el cirujano señala que basta con hacer una llamada al Colegio de Médicos de Las Palmas y preguntar con nombres y apellidos por el doctor. Precisamente, esta entidad se ha personado contra la vecina de Escaleritas por intrusismo laboral. Por el momento hay siete casos de supuestas víctimas en manos de la Justicia, denuncias que valora el Juzgado de Instrucción número 5 de Las Palmas de Gran Canaria. La magistrada instructora se encuentra a la espera de los resultados del Instituto de Medicina Legal, cuyos médicos forenses están evaluando las posibles lesiones que padecen las implicadas. Estos tendrán que determinar si se trata de un delito leve o grave contra la salud pública.

Una octava denuncia se encuentra en fase de tramitación, según señala una de las jóvenes afectadas. Unas 30 mujeres se han organizado en redes sociales para sacar adelante el caso pues todas recibieron tratamientos de la falsa doctora. Tal y como afirma una de ellas, los agentes instan a que realicen las denuncias en la Jefatura Superior de Policía de Canarias para agilizar los trámites. En el caso de Ruth Socorro, quien fue juzgada hace una década, la Justicia le impuso una pena de cárcel.