El área de Cohesión Social del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha favorecido la inserción social que se encontraban en situación de exclusión social severa, gracias al piso tutelado para personas sin hogar que puso en marcha el Consistorio en un barrio de la ciudad.

El espacio de acogida, que abrió sus puertas en el año 2016, ha conseguido que cerca de medio centenar de vecinos de la capital, que han sido acogidos en el inmueble, hayan finalizado sus itinerarios de inserción, pasando a encontrarse de una situación sin hogar a conseguir un trabajo y una autonomía plena.

La vivienda, que cuenta con siete plazas, divididas en tres habitaciones individuales y dos compartidas, funciona como un espacio de residencia temporal, que sirve de transición entre los centros municipales de atención a personas sin hogar y la consecución de una vivienda propia. Así se ha indicado en una nota remitida por la concejalía de Cohesión Social a los medios de comunicación.

Este dispositivo, que se integra en la línea cinco del Plan de Rescate Social, tiene como objetivo favorecer la autonomía y la integración social de personas que, habiendo finalizado el itinerario de inserción en un centro social, no disponen de la autonomía suficiente ni de los recursos necesarios para acceder a una vivienda propia.

El inmueble suele ofrecer acogida prioritariamente a hombres, ya que constituyen el segmento predominante del colectivo de personas sin hogar, que son escogidos por los técnicos de la Unidad Técnica de Inclusión Social después de realizar un proceso de baremación.

Los escogidos, cuya edad oscila entre 18 y 65 años, deben de haber pasado por los dispositivos municipales de acogida, disponer de cierta autonomía o encontrarse en un proceso avanzado de inserción social.

El Ayuntamiento ofrece a los residentes la posibilidad de convivir en el piso durante un período de cuatro meses, con la posibilidad de prorrogarlo dos más, firmando un contrato programa en el que se establece un período de prueba, y se recogen los derechos, y deberes de los beneficiarios, así como las normas de convivencia.

Los gastos de la vivienda los asume el Consistorio, los residentes solo tienen que hacerse cargo de la manutención y de comprar los productos de limpieza. Un equipo multidisciplinar de técnicos municipales del área de Cohesión Social, se encarga de ofrecer atención social y psicológica a los residentes, así como hacer un seguimiento de los procesos de inserción laboral de las personas acogidas en el hogar.