Los nazarenos de la Cofradía del Cristo de la Salud y la Virgen de la Esperanza rindieron culto ayer a Jesucristo con la procesión que les llevó de Santo Domingo de Guzmán a la Catedral de Santa Ana por las calles de Vegueta.

Cientos de fieles se apostaban junto a la parroquia de Santo Domingo de Guzmán horas antes de la salida de los pasos. Cuando las puertas del templo se abrieron y pudieron observar a las tallas, se llenaron de emoción y lágrimas.

El Cristo de la Salud fue cargado por 30 costaleros que llevaban dos meses preparándose para este momento lleno de tradición y devoción cristiana. "Somos la única cofradía con nazarenos, cuya historia data desde el siglo XIV", reveló el capataz del Cristo, Jorge González.

La Virgen de la Esperanza fue llevada por 40 feligreses, incluyendo mujeres. "La cofradía de la Virgen de la Esperanza es la única en todo el Archipiélago que tiene como costaleros a hombres y mujeres debajo del paso", señaló el capataz Francisco Martín.

La procesión tuvo una duración de cuatro horas y media, pero una larga preparación. "Durante el año somos una hermandad pero este domingo nos convertimos en una cofradía cuyo único objetivo es rendirle culto al Santísimo", destacó Martín.

La estación de penitencia, a pesar de tener pasos de origen sevillano, cuenta con la tradición canaria. "Es una mal llamada cofradía de los andaluces, pues a pesar de ser fundada por ellos, fueron muchos los canarios que participaron en su creación. Además, nosotros recuperamos la tradición canaria de llevar los pasos por costaleros y no con ruedas", explicó José Rocataliata, quien asiste cada año con su hija Alba a la procesión de la Virgen de la Esperanza.

Padre e hija forman parte de la hermandad y cofradía de Nazarenos, algo que para ellos es más que una tradición. "Es una devoción, algo muy emocionante poder ser parte de esto y llevar a la Virgen", reveló Rocataliata.

"La cofradía de Semana Santa no es solo una procesión, es hacer labor social y nosotros la llevamos a cabo en la comunidad, por ello tenemos un comedor social para los más necesitados. El día de hoy no tendría sentido si no hiciéramos estos actos benéficos", afirmó el costalero.

"Cada cristiano tiene su advocación y la nuestra es la Virgen de la Esperanza", reseñó Rocataliata. A su lado, su hija Alba contaba que desde pequeña veía como su padre asistía a la hermandad y no pudo evitar compartir con él la devoción a la Virgen. "Por ahora no quiero ir como costalera, pues como celadora de Cristo puedo ver los pasos y eso me llena de emoción", enfatizó.

El paso de Cristo de la Salud fue custodiado por la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas y contó con la agrupación musical La Salle. Por su parte, la Virgen de la Esperanza de Vegueta estuvo acompañada por la escuadra de gastadores del Regimiento de Infantería Ligera Canarias número 50 y por la Banda Municipal de Música de Ingenio.

La estación de penitencia llegó a la Catedral de Santa Ana, donde los fieles rindieron culto al Santísimo antes de regresar a la plaza Santo Domingo de Guzmán para finalizar la procesión.