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Los vecinos de Ladera Cuyás reclaman seguridad en sus casas por las noches

Los desalojados por el derrumbe en Paseo de Chil temen robos en sus casas y piden que agentes de bomberos les acompañen a recoger medicamentos y otros enseres

Vista aérea del desprendimiento en Chil

Vista aérea del desprendimiento en Chil

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Vista aérea del desprendimiento en Chil Adzubenam Villullas

Los vecinos desalojados de Ladera Cuyás, a causa del derrumbe sobre Paseo de Chil del pasado jueves, reclaman mayor seguridad en la zona por las noches ante el temor de robos y la llegada de ocupas. "Sentimos que han dejado desprotegidas nuestras casas, pueden meterse a hacer a saber qué", señala Elena Vázquez, quien tuvo que abandonar de madrugada su casa la semana pasada junto a su hermana y su hijo. Precisamente, este último, Román Martel, denuncia que todavía tienen en el interior de la vivienda un aparato de respiración asistida, vital para la salud de su madre, por lo que pide a los cuerpos de seguridad y emergencias nuevas visitas a la zona afectada para que estos puedan recoger aquellas pertenencias que les son esenciales para poder soportar en un hotel el tiempo que duren las obras de reparación del muro de Paseo de Chil.

Según Martel, hay días en los que ha notado la "ausencia" de seguridad en la zona. Aunque le han informado que la noche del domingo al lunes sí hubo presencia de agentes de la Policía Local en el callejón. "Pero, como quien dice, la picardía le gana a la norma", señala, "es una cosa que nos preocupa mucho". No obstante, los Bomberos tuvieron que romper las paredes traseras de dos de las cinco viviendas desalojadas la semana pasada, pues entrar por la puerta principal es sumamente peligroso, dejando "boquetes" por los que poder acceder al interior de ambos inmuebles.

Su madre, una de las dos hermanas Vázquez, recuerda que aquella madrugada todo "ocurrió muy rápido, con mucho nerviosismo en el cuerpo". Instantes en los que salieron con lo puesto. Quien sí pudo acercarse hasta la Ladera Cuyás en la tarde de ayer fue Esther Medina junto a su familia, con la intención de recoger la medicación de su nieto de seis años. Perdieron el viaje, pues en la zona no había ningún agente de bomberos con el que pudieran entrar. No obstante, para hacerlo tiene que ser con un arnés puesto para garantizar su seguridad.

Medina señala que la vez anterior pudieron entrar junto a un agente durante unos diez minutos, aproximadamente, "pero siempre se te olvida algo con las carreras". Residente en la zona desde niña, asegura que también teme por la seguridad de las viviendas por las noches, "no sabemos bien cómo están si no podemos entrar". Por otro lado, su vecino Martel indica que con ese tiempo pueden coger "un par de mudas" para unos días, no para un desalojo prolongado.

Los vecinos de Ladera Cuyás podrán volver en unos tres meses a sus viviendas, según ha desvelado Inmaculada Medina, concejala de Fomentos y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La edil asegura que los trabajos se realizarán de tal manera que los residentes en la zona puedan "regresar con todas las garantías de seguridad posibles". La obra no solo contempla la reparación del gutinado, una mezcla de hormigón a presión que recubre la ladera. También levantarán un muro de contención para reforzar la estructura y así evitar nuevos colapsos como el del jueves, además Medina resalta que se trata de un elemento que era inexistente hasta ahora.

Por otro lado, fuentes municipales de la Concejalía de Cohesión Social aseguran que el Ayuntamiento correrá con los gastos de hospedaje y manutención de los afectados por el derrumbe hasta que estos puedan volver a sus casas. Además, se les ha tramitado ayudas de emergencia de mil euros ante la situación de "vulnerabilidad" en la que se encuentran. "Lo importante es la seguridad ante todo, pero de momento ya todo se va tranquilizando", señala Dunia Álamo, representante de los vecinos.

Mientras, los residentes en Ladera Cuyás que no han sido desalojados sufren otras preocupaciones. Una de estas es la falta de suministro de telefonía fija y banda ancha de internet. Asimismo, los vecinos de la urbanización número 29 de Paseo de Chil, quienes en parte también fueron evacuados la semana pasada pero pudieron volver a sus casas el viernes, también sufren este último inconveniente. De esta manera, las viviendas afectadas superan de largo la veintena.

"Trabajo en un empresa con internet desde casa, por lo que esto me está perjudicando totalmente", señaló ayer Javier Díaz, vecino del 29 de Paseo de Chil y quien tuvo que ser desalojado la noche del jueves junto a su esposa y sus dos hijos, aunque ya desde el viernes pudieron regresar a su vivienda. "Precisamente, la noche aquella estaba terminando de trabajar", apunta. Esta situación se ve agravada en el caso de los residentes en Ladera Cuyás, pues en buena parte son personas mayores que no entienden de telefonía móvil como alternativa para poder comunicarse.

La vía permanecerá abierta al tráfico momentáneamente, en función de los trabajos de reparación de la cubierta de la ladera, informan fuentes municipales.

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