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El lujo pasa por el Puerto

Los cruceros exclusivos aprovechan el cambio de temporada entre los polos para realizar reparaciones en La Luz l Decenas de empresas aprovechan la oportunidad

El MS Expedition está atracado junto al astillero de Astican. QUIQUE CURBELO

Como dice el refrán, 'las mejores esencias se guardan en frascos pequeños'. Algo parecido ocurre con los cruceros. Aquellos que tienen menos eslora suelen albergar en su interior detalles de lujo. Y el Puerto se convierte en estas semanas en punto de paso para algunos de los barcos más exclusivos que hacen su tradicional 'operación salida' del Polo Sur para dirigirse al Polo Norte para navegar por allí durante la época estival. Decenas de empresas portuaria aprovechan la localización de la ciudad, a medio paso entre ambos extremos del planeta, para atraer a las navieras que utilizan las instalaciones para llevar a cabo pequeños reparaciones que, en algunos casos, suponen semanas de trabajo.

Barcos como el MS Expedition, de la naviera canadiense G Adventures; el Ocean Atlantic y el Ocean Endeavour, ambos de la estadounidense SunStone Ship, se encuentran atracados en las instalaciones de Astican desde hace ya varios días realizando operaciones de mantenimiento, según indicaron fuentes portuarias. La principal diferencia con respecto a los grandes buques de pasajero que casi a diario atracan en el muelle de Santa Catalina es su tamaño. Y es que quienes buscan una experiencia única se decantan por estos navíos, que nunca superan los 300 pasajeros de capacidad máxima, frente a los más de mil que albergan el Marella Dream o el AIDAstella, que han pasado este fin de semana por la capital grancanaria.

Viajes por las Macaronesias

Su reducido tamaño también permite atracar en pequeños puerto. Es en este punto donde los diferentes puertos canarios pueden convertirse en un atractivo para las navieras que cuentan entre su flota con estos cruceros de lujos, como señalan las mismas fuentes portuarias. Estos pequeños muelles pueden incorporarse a una hipótetica oferta de viajes por las islas Macaronesias, que recorran archipiélagos como Cabo Verde, Madeira o Azores evitando así las grandes urbes que con la llegada de los grandes cruceros se ven 'conquistados' de turistas.

Estos trayectos, sin embargo, tienen un pero: el precio no está al alcance de todos. El MS Expedition, por ejemplo, saldrá el próximo 7 de mayo de Edimburgo (Gran Bretaña) en dirección a Tromson (Noruega) para hacer una travesía por los fiordos que tendrá una duración de 13 días. El precio del viaje empieza desde los 3.349 dólares (2.977 euros), una cantidad que aumenta ostensiblemente en el caso de los trayectos por la Antártida que en algunos casos empiezan desde los 12.799 dólares (11.380 euros) por un periplo de 21 días que tiene como punto de salida y llegada el fin del mundo, o lo que es lo mismo, el puerto argentino de Ushuaia.

Pese al elevado coste de estas experiencias únicas, la tónica del sector va hacia la proliferación de estos viajes a la par con los megacruceros, que aún mantienen una amplia cartera de clientes. Existen navieras como Sunstone Ship, uno de los principales clientes del Puerto de La Luz -es propietaria del Ocean Atlantic y Ocean Endeavour, en la actualidad atracados en el muelle Reina Sofía-, que cuenta con ocho cruceros. Esta compañía tiene previsto recibir entre agosto de este año y 2022 hasta seis nuevas unidades gemelas, cuyo coste asciende a 65 millones de dólares por cada uno de los barcos, que cuentan con una capacidad para 160 pasajeros.

Las previsiones con las que trabajan las empresas portuarias es que durante los próximos años, al menos el 20% de los buques para viajes de cruceros que se construyan estarán destinados a los viajes de expediciones o tambi´´en denominados de 'boutique'. La proliferación de este tipo de viajes se refleja también en la compra por parte de la multinacional Royal Caribbian -una de las principales navieras de cruceros- del 66,7% de la naviera Silversea -empresa puntera en los viajes de ultra lujo- por unos dos mil millones de dólares. A ello se une la apuesta por parte de la cadena de hoteles Ritz-Carlton -perteneciente a Marriott International-, con su filial marítima The Ritz-Carlton Yacht Collection que construye en el astillero gallego Hijos de J. Barrera el primero de sus tres yates de lujo destinados al sector de cruceros exclusivos y que estará operativo en 2020. Con un coste total de 245 millones de euros, la fabricación del que será bautizado como Ritz-Carlton Azora aportará más de un millón de horas de trabajo al puerto de Vigo. Tendrá 190 metros de eslora y contará con una capacidad para 298 huéspedes. Entre sus exquisiteces contará con un restaurante de tres estrellas Michelin, el Sven Elverfeld of Aqua de la ciudad alemana de Wolfburgo, así como tratamientos spa y actividades acuáticas desde una plata

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