Una cocina digna de Masterchef, azulejos con referencias a la vestimenta típica canaria y flora y fauna de la Isla y la recuperación de un patio interior, así como la conexión con el parque Doramas que diseñaron los hermanos Néstor y Miguel Martín Fernández de la Torre en el Pueblo Canario. Son algunas de las novedades del Bodegón Canario, tras la rehabilitación emprendida por el Ayuntamiento a las instalaciones y que ha sido realizada por la empresa Pérez Moreno S.A.U.

El restaurante, que será explotado por Altamar (Central de Servicios Hoteleros de Puerto Rico) tras la decisión el 24 de abril del consejo de administración de la sociedad municipal Hotel Santa Catalina S.A; única empresa que se presentó al concurso público que dos vueltas porque la primera quedó desierta, aún no tiene fecha de apertura.

El concejal de Turismo y presidente de la sociedad municipal, Pedro Quevedo; que ayer abrió las puertas del restaurante a los medios de comunicación, confía en que esté abierto en un mes, en cuanto la empresa instale el mobiliario y los enseres de cocina.

"La gente no lo va a reconocer", explicó vía telefónica a este periódico sobre el cambio que ha experimentado el restaurante tras la rehabilitación, que no reforma ya que está inmerso dentro del complejo del Pueblo Canario y Bien de Interés Cultural que desde finales de 2017 se restaura en su totalidad, en relación a la situación "dramática en la que se encontraba; con elementos estructurales que incluso se venían abajo".

Según el concejal, "se recupera la idea original del proyecto de los hermanos de integrar el parque Doramas dentro del Pueblo Canario" con la apertura del restaurante hacia el espacio verde. El edil comentó que en el estado de abandono en el que estaba la instalación era tal que incluso la tierra del parque se colaba por las ventanas de la cocina ya que estaba casi al mismo nivel que el zócalo.

El presidente de la sociedad Santa Catalina, que estuvo acompañado por las concejalas Mercedes Sanz y Angeles Batista, miembros también de la sociedad Santa Catalina, aseguró que

lo único que ha puesto el municipio ha sido la cocina para evitar que ninguna concesionaria modifique nada aprovechando la necesidad de instalar algo. "Estamos muy satisfechos con la concesión; es gente muy bien asesorada, que conocía el alma de este espacio de Miguel Martín Fernández de la Torre", añadió.

El arriendo se hace por 90.000 euros anuales y una vigencia de siete año, prorrogable a diez como máximo, según consta en el pliego de condiciones, donde se valoró en un 60% la propuesta económica y en un 40% la técnica. Altamar contará además con una reducción de la cuota del 30% el primer año, con un 20% el segundo y con un 10% el tercer año de adjudicación. A partir del cuarto año deberá pagará el 100% de la renta.

La apertura del Bodegón del Pueblo Canario permitirá también atraer de nuevo las actuaciones folclóricas de los domingos, así como de otras actividades musicales aprovechando la recuperación del patio interno y del "espacio espléndido".

En relación a los tres locales comerciales que existen en el Pueblo Canario, Quevedo afirmó que habrá que esperar a que el espacio "coja vida, y ver cómo funciona" para ver su uso. Uno de ellos será utilizado de momento como almacén del restaurante.