Pocas embarcaciones tan noveleras han surcado las aguas de Canarias. Esta lancha -denominada precisamente así, Novelero- se ha convertido en una de las primeras estrella de la Feria Internacional del Mar que se celebra estos días en la capital gracias a su estilizada forma y sus llamativos colores. Ayer por la mañana, con la feria recién inaugurada, muchos curiosos se acercaban a su stand para observar con detalle sus prestaciones, y se quedaban asombrados al conocer que es la nave más rápida que hay en la actualidad en las Islas.

"Puede coger los 120 nudos [aproximadamente, 220 kilómetros por hora] cuando el mar está muy tranquilo, e incluso con malas condiciones se defiende muy bien también", comenta con orgullo su propietario, Jorge González, mientras se recrea en las especificaciones técnicas de su tesoro, como los 1.075 caballos que le permiten alcanzar esas velocidades.

Novelero nació para participar en competiciones de esquí náutico de velocidad. "El fabricante es belga y cuando se baja su tapa sale una cuerda de unos 70 metros a la que se agarra un deportista con un esquí", explica González. "Cuanto más pueda ir, mejor", explica.

Uno de los más impresionados por el barco era el pequeño Jairo Almoguera, que a sus seis años se apunta a todas las aventuras que tiene delante y acaba de llegar de probar las gafas de realidad virtual que hay el stand del Ayuntamiento (también en otras carpas, como la de la Autoridad Portuaria y la de la Armada). "Le preguntaron si quería vivir la experiencia y se apuntó, porque le gusta todo del mar", comentaba con orgullo su abuela.

En sus 155 carpas, la feria ofrece hasta el domingo un completo 'menú' de actividades náuticas o relacionadas con el mar. Están presentes, por ejemplo, las escuelas de piragüismo que hay en Las Alcaravaneras, tres centros que en los últimos años han conseguido posicionar a la Isla como uno de los referentes mundiales de este tipo de deporte en aguas abiertas. "Las Alcaravaneras es perfecto para el piragüismo o el surfski, porque la iniciación la puedes hacer en la bahía y cuando empiezas a manejar ya empiezas a salir y hasta el Aeropuerto puedes llegar para entrenar", destacaba Sara Marti, directora del aula universitaria de piragüismo junto a Esteban Medina.

La ULPGC es precisamente uno de los principales expositores, con carpas dedicadas a varios de sus centros universitarios y vicerrectorados. Entre ellos está el Instituto de Sanidad Animal, que se encarga de realizar las necropsias de los cetáceos que cada vez con mayor frecuencia varan en aguas canarias. A la feria han traído algunas piezas fascinantes, como un fragmento de más de dos metros de longitud de la mandíbula de un rorcual joven o el cráneo de un calderón tropical.

No es el único centro formativo, ya que en Fimar también está presente el Instituto Marítimo-Pesquero de Las Palmas, que muestra a sus potenciales alumnos parte de la maquinaria que podrán aprender a manejar. En su carpa es posible también probar a entrar en un traje de supervivencia en alta mar, una pieza compuesta por un neopreno que permite controlar la temperatura corporal y evitar una hipotermia que en alta mar podría resultar fatal.

También está presente la Armada, que trata de captar a los jóvenes de la Isla a través de simuladores como el que permite comandar un barco virtual desde su puente de mando hasta atracarlo en uno de los muelles del Puerto de La Luz. Es uno de los cinco que la Marina tiene repartidos por toda España y siempre llama la atención: "No es lo mismo un simulador que en la vida real, pero impresiona", comentaban Brian Domínguez y Joaquín Vadillo poco después de probarlo.

Dentro de la oferta náutica, la feria también descubre a sus visitantes elaboraciones peculiares como las que realizan los alumnos del PFAE Mogán y la restauración de Arguineguín. Ayer, jóvenes como Ceila Mariano servían pinchos de atún rojo marinado con sal y azúcar y en salsa de aguacate, algo que continuarán hasta que el domingo a las 16.00 horas los stands de Fimar digan adiós hasta el próximo año.