La rehabilitación del nuevo Archivo Histórico Provincial de Las Palmas respeta los materiales originales del siglo XVIII en el patio de estilo tradicional canario del inmueble, situado entre las calles Espíritu Santo y Doctor Chil. A falta de dotar de mobiliario al centro, la restauración está prácticamente terminada después de seis años de trabajos de la mano de los arquitectos María José Aranguren López y José González Gallegos. El edificio albergará previsiblemente ocho kilómetros de documentos y, además, tendrá zonas abiertas a exposiciones y eventos.
La nueva sede, situada en el corazón de Vegueta, estaba en un pésimo estado de conservación en el momento en el que el Ministerio de Cultura inició la rehabilitación. El edificio cuenta con un grado de protección ambiental dentro del Plan Especial de Protección (PEP) de Triana y Vegueta, un hecho que provocó varios escollos a la hora de sacar adelante el proyecto. La ficha del inmueble destaca como elementos a proteger la galería de madera del patio y la escalera de acceso a la segunda planta.
El reportaje fotográfico publicado por la cartera que dirige José Guirao desvela un espacio central en el que los arquitectos han conjugado los elementos históricos con otros más vanguardistas en la techumbre del edificio. La carta de presentación del proyecto señala que han intentado "aprovechar el mayor volumen posible entre los muros perimetrales para ofrecer un espacio muy luminoso y versátil". Todo con la intención de posibilitar en el patio un lugar destinado para exposiciones y eventos, abierto al público general.
El estudio destaca las labores de preservación de los materiales del patio. En el transcurso de los trabajos han liberado el cerramiento de las ventanas y "potenciado" las balaustradas, columnas y capiteles originales. La escalera, uno de los elementos más destacables del inmueble, también ha sido objeto de un proceso de restauración íntegra, "incluida la barandilla de madera", especifican los arquitectos. Además, los pavimentos de piedra han vuelto a ser recolocados en todos los espacios.
Los autores de la reforma señalan que estas actuaciones se han realizado "sin desvirtuar" la tipología original del espacio central de un edificio que hasta hace poco estaba en ruinas. "Aumentan sus posibilidades de aprovechamiento al estar cubierto para así convertirlo en un nuevo salón y lugar de encuentro y reunión", apuntan.
El inmueble cuenta con dos accesos, uno por la calle Espíritu Santo 49, y otro que servirá de puerta principal en Doctor Chil 26, precisamente por ser esta entrada la que da directamente al patio. La actuación ha contemplado la inclusión de nuevos forjados para soportar el peso del almacenamiento de los libros, según recoge el proyecto. Este espacio destinado al archivo girará entorno al patio central.
Con la reforma, el edificio ha ganado una tercera planta. Esta se encuentra 50 centímetros retranqueada con respecto a la fachada original. No obstante, está protegida, por lo que se ha respetado y restaurado según las líneas originales. Además, la altura del edificio no sobrepasa la de los otros colindantes, también protegidos por el Ayuntamiento.
El material utilizado para la cubierta es un policarbonato traslúcido, similar al vidrio. "Para así garantizar la no competencia del nuevo volumen al disolverse su presencia", indica la pareja de arquitectos en su página web. Además, este permitirá dar luz natural al patio, el cual originalmente era descubierto.
De esta manera, el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas hará realidad una ampliación que lleva esperando desde hace dos décadas. Esta institución abrió sus puertas en 1948 en la calle Murga, aunque pronto se trasladó a la Casa de Colón. El reducido espacio hizo que se llevara su sede a un inmueble del siglo XVIII en la plaza Santa Ana en 1987. Pero este lugar también se ha visto desbordado. No en vano, sus fondos superan los 10,5 kilómetros entre documentos y libros con una antigüedad que se remonta cinco siglos atrás.
Por el momento se desconoce cuándo el Ministerio de Cultura traspasará el inmueble recién reformado al Gobierno de Canarias, que es quien gestiona el Archivo hoy día. Además, esta nueva sede se encuentra todavía sin amueblar. Los trabajos de rehabilitación han supuesto al Estado una inversión superior a los 2,6 millones de euros.
