La mujer acusada de tentativa asesinato tras apuñalar a su marido la madrugada del 27 de junio de 2018, mientras este dormía, sostuvo este jueves ante el juez que reconocía los hechos, pero que no se acordaba de nada.

En el juicio llevado a cabo en la Audiencia Provincial de Las Palmas contra M. E. V., por intentar matar a su esposo, la acusada reveló que, en el momento de los hechos, padecía una enfermedad psiquiátrica grave y, por tanto, no sabe qué sucedió esa madrugada. "Si mi marido dice que yo lo apuñalé, yo le creo", sentenció la mujer a preguntas del juez Emilio Moya.

Los testigos policiales relataron en la sala que fue la víctima quien se comunicó con el 112 para pedir ayuda, tras despertarse por el dolor y ver a su mujer con un cuchillo en la mano. El hombre pidió en un principio socorro a sus hijos, quienes posteriormente entregaron el arma blanca a los agentes de la Policía Nacional. "Cuando llegamos la casa estaba desordenada y hallamos una toalla ensangrentada que utilizó la víctima para taponar la herida", manifestó uno de los policías.

Por su parte, la médico forense, Eva Bajo, afirmó que la herida estaba muy cerca del corazón, por lo cual, pudo causar la muerte del agredido, de no ser atendido de inmediato. En cuanto a la acusada, la forense afirmó que M. E.V. no recuerda lo sucedido ya que padece de un trastorno psiquiátrico para el cual deberá estar medicada de por vida.

"En el momento de los hechos, la acusada se encontraba sufriendo un brote de la patología que presenta, la cual le hace alterar la realidad. Además, estuvo internada días antes del suceso y no se estaba medicando", apuntó la especialista.

A preguntas de la defensa, la forense indicó que la mujer tiene un trastorno de la personalidad de tipo paranoide que, aunque no está claramente definida, entiende que la procesada tiene psicosis histérica o disociativa. "Ella se aparta de la realidad, ahora está compensada porque sigue un tratamiento en el centro penitenciario", aseguró la médico forense.

Tanto la víctima, como los hijos de ambos, se negaron a testificar en contra de la acusada, ya que manifestaron que actuó producto de su enfermedad. Asimismo, el afectado no reclamó ningún tipo de indemnización por las heridas causadas.

Los hechos

El fiscal Miguel Pallarés relató en sus calificaciones que el 27 de junio de 2018, sobre las 2.00 horas, M. E. V., de 52 años de edad en el momento de los hechos, cuando estaba acostada en su cama junto a su esposo, cogió un cuchillo y se acercó a él y "con el objeto de quitarle la vida" lo apuñaló en el pecho mientras este dormía, por lo que no podía defenderse del ataque.

El esposo de la agresora se despertó al sentir un fuerte dolor en el pecho y al ver que su mujer tenía un cuchillo, "se abalanzó sobre ella" y le quitó el arma blanca. Después, cogió un pantalón y se tapó la herida con este, ya que "manaba bastante sangre".

A consecuencia de la puñalada, la víctima sufrió un traumatismo torácico penetrante con hematoma en mediastino, que se extendió desde la pared del tórax y atravesó los cartílagos costales izquierdos. Por ello, ocasionó un pequeño derrame pleural bilateral y una obstrucción subsegmentaria en el lóbulo inferior derecho del pulmón.

Debido a estas lesiones, el agredido necesitó permanecer en la unidad de cuidados críticos durante 12 horas. Además, requirió de tratamiento médico quirúrgico, por lo que quedó incapacitado para realizar sus ocupaciones habituales durante 45 días, de los cuales nueve estuvo hospitalizado. A su vez, la víctima quedó con una mancha en la zona de la herida de 1.5 centímetros aproximadamente.

La lesión afectó, afirmó el fiscal, una zona donde se encuentran órganos vitales como el corazón, grandes arterias, hilios pulmonares y pulmón. "Si bien la herida penetrante no afectó dichos órganos, el perjudicado requirió de tratamiento especializado, que de no haber recibido, pudo complicarse la evolución cínica hasta causar la muerte".

El ministerio público también reseñó que la agresora padece de un trastorno de ideas delirantes versus psicosis histérica, por lo que, concurre en ella la atenuante de alteración psíquica. Además, tras un acuerdo entre las partes, el fiscal rebajó la solicitud de internamiento para tratamiento médico adecuado a su alteración psíquica, de diez a ocho años. La mujer, que ha estado en prisión provisional desde el 29 de junio de 2018, deberá cumplir el internamiento en la península, al carecer de este tipo de centros en Gran Canaria.