La Provincia - Diario de Las Palmas

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Fiestas Fundacionales | Medalla de Oro

Objetivo: autonomía e integración social

Adepsi, dedicada a la atención de adultos con discapacidad intelectual, recibe la medalla de oro de la ciudad por su trabajo con este colectivo

Natacha García y Eugenia Palmés, en el centro de la imagen, junto a usuarios y trabajadores, ayer en su sede de Siete Palmas. QUIQUE CURBELO

Por primera vez en España, 100.000 personas con discapacidad intelectual tuvieron la oportunidad de ejercer su derecho al voto en las pasadas elecciones generales tras un cambio en la ley electoral. Un gran paso en la integración de este colectivo que fue posible gracias al trabajo que desde hace décadas realizan diversas entidades por su inclusión social y bienestar personal. Adepsi es una de las entidades que viene desde 1982 desarrollando esta importante labor en Canarias y, en reconocimiento a ello, la ciudad le otorgará la medalla de oro la víspera de San Juan en el Teatro Pérez Galdós con motivo de las Fies -tas Fundacionales.

El galardón ha supuesto para los responsables, trabajadores, usuarios y familias "una alegría". Así lo reconocía ayer la presidenta de la asociación Eugenia Palmás, gerente durante 34 años y socia fundadora. "Ha sido como una palmada en el hombro, como decir que lo hemos hecho bien".

La entidad siempre tuvo claro que lo importante es que las personas adultas con discapacidad intelectual tuvieran autonomía y que estuvieran integradas socialmente. Y con esa filosofía comenzaron a trabajar en un piso de alquiler en Altavista, que funcionaba como centro de día a principios de los 80, al amparo también de la Ley de Integración Social de Minusválidos (Lismi), que supuso un gran progreso al reconocer el derecho de estas personas a tener prestaciones asistenciales, económicas y sociales.

Los primeros usuarios fueron cinco mujeres a las que les enseñaron tareas cotidianas como ir a comprar al mercado, hacer la comida, y, a los pocos años, ya atendían a un grupo de 47, incluidos ya chicos, a los que les daban también formación ocupacional para integrarlos en el mundo laboral. "Entonces las chicas salían de los centros educativos y se quedaban en sus casas. La discapacidad era vista como una vergüenza y se ocultaba. Empezamos a trabajar en un piso y hubo un proceso de concienciación con los puesteros de Altavista para que les atendieran cuando iban a la compra. Siempre les hemos abierto la puerta al exterior", cuenta la presidenta.

En la década de los 90, Adepsi se consolidaría como entidad de interés general. Abrieron el primer centro de día con 12 personas, un hogar para que ocho individuos vivieran independientemente con personal de apoyo y un centro ocupacional para 59 personas. Y con la llegada del siglo XXI, inaugurarían su nueva sede en Siete Palmas (2001) y constituirían la primera fundación tutelar de Canarias (2002), sin dejar con ello de ampliar sus servicios e innovar para mejorar la atención y, en definitiva, la vida de sus asociados.

En la actualidad, Adepsi atiende a 824 personas ofreciéndoles diversos servicios como los de formación, empleo, ocio y ayuda a las familias y al entorno. Bien a través de su sede, que funciona como un centro de día -130 usuarios-, los hogares que disponen para que las personas vivan autónomos con apoyo -10 personas- y la atención domiciliaria especializada que prestan a algunos usuarios -39-.

El camino, sin embargo, no ha sido fácil dado que cuando comenzaron a trabajar la sociedad estigmatizaba a las personas con discapacidad intelectual y las familias eran reacias y "tenían miedos"' a que sus hijos hicieran vida social.

Afortunadamente se han roto muchas barreras gracias a la lucha de asociaciones como Adepsi, que batallaron desde los comienzos porque las personas con discapacidad estuvieran en igualdad de derechos con el resto de los ciudadanos, y con la sensibilidad de administraciones, empresas, particulares, socios y voluntarios que han atendido sus demandas pese a las dificultades para lograr, en ocasiones, subvenciones o ayudas para que un proyecto salga adelante. "Cuando no te dan una subvención hay que pensar que detrás de ello está la vida de una persona", explica la presidenta que un 'no' es frustrar muchos proyectos de vida.

Pero ¿qué caracteriza a Adepsi de otras instituciones que trabajan con el mismo colectivo?. Según su gerente, Natacha García: "el trabajo directo con las persona". Es decir, un apoyo integral. No solo formativo y ocupacional en el propio centro de día, sino también ofreciendo ayuda en el domicilio si así lo necesitan y fomentando las redes y la autonomía en su entorno natural. "Y que tengan un rol activo dentro de la comunidad", subraya.

"No solo que reciban servicios, sino que tengan una actividad. Ayer mismo [el miércoles], por ejemplo, estuvieron colaborando con el Banco de Sangre, en una actividad promovida por nosotros, en la que estuvieron informando a los vecinos sobre cómo donar sangre, para que la sociedad los vea como ciudadanos de pleno derecho", añade, mientras apunta que "lo importante no es la discapacidad, sino el talento que hay detrás de cada una de estas personas" y lo que pueden aportar a la sociedad.

El reto de la entidad es hacer ahora frente al envejecimiento de sus usuarios porque, como la sociedad, sus miembros también cumplen años. Bien programando actividades para un envejecimiento activo y ofreciendo alternativas a las residencias para vivir dado que muchos padres ya están siendo mayores para hacerse cargo de ellos. Y, como el resto de los mortales, tampoco quieren vivir en una residencia, sino en su vivienda o en pisos compartidos para continuar siendo autónomos, contando con apoyos profesionales en función de sus necesidades sin perder su entorno social.

Otro de los objetivos es desarrollar en Canarias un modelo de formación ocupacional y empleo, que ya existe en otras comunidades, que permita a las personas con discapacidad intelectual incorporarse rápidamente al trabajo en caso de perderlo para que todo lo aprendido no caiga en saco roto.

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