Ilocalizable. Así se mostró Carmen Guerra en los últimos días, según sus compañeros del Partido Popular. La causa, dicen, es que la edil quería presionar para que se le diera uno de los sueldos a los que tienen derecho los conservadores en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria durante este mandato. Al parecer, el pasado sábado se negó a firmar el acta como adscrita y, desde ese momento, no contestó a las llamadas y mensajes de sus colegas. Finalmente, y tras publicarse en los medios de comunicación su amago para irse a los no adscritos, firmó hoy, miércoles 19 de junio, ante la secretaria, su pertenencia al grupo del Partido Popular.

En esta ocasión, el PP dispone de la posibilidad de asignar tres sueldos. Uno al 100% y dos al 75%. Pepa Luzardo, portavoz del grupo, y Ángel Sabroso, viceportavoz, tendrán su asignación, pero queda otro puesto, que es al que aspiraba Carmen Guerra. No ha trascendido quién será la persona que obtendrá este monto, pero todo apunta a que será Rosa Viera, número tres en la lista en las pasadas elecciones, y que no obtuvo escaño como senadora en los comicios generales del 28 A.

Luzardo eludió ayer hacer declaraciones sobre la actitud de Guerra. Y desde el grupo municipal, se limitaron a señalar que la estuvieron llamando desde el pasado lunes sin respuesta. El acta fue llevada el pasado sábado al Auditorio, donde tomó posesión la nueva corporación, para que los concejales firmaran su adscripción al grupo, pues a la secretaria del pleno le urgía crear los grupos políticos, de cara a constituir las comisiones. Guerra indicó que lo haría el lunes, pero no apareció. Fue ayer cuando accedió a firmar, como se ha dicho.

La secretaria del pleno estuvo requiriendo a Guerra estos días para que lo hiciera, porque mañana jueves está previsto que se celebre un pleno extraordinario, una sesión de puro trámite, para constituir los grupos políticos de la corporación, dar de alta al personal de confianza de dichos grupos que fue cesado el pasado viernes y establecer qué ediles tienen la dedicación exclusiva y cobrarán como liberados. Guerra tenía aún dos o tres días para adscribirse. En caso contrario, la dirección del partido advirtió de que iba a adoptar medidas que podían concluir en la expulsión de Guerra de la formación, en la que entró a formar parte en 1995, cuando el exalcalde y expresidente de la organización, José Manuel Soria, la fichó como una de sus concejales de confianza.

Fuentes del partido indicaron que Guerra amagó, durante la campaña, con irse Unidos por Gran Canaria, según explicaron, para intentar lograr una mejor colocación en la plancha electoral, en la que concurrió a las pasadas elecciones municipales en el número cinco.

Aún queda otro escenario posible, pues se habla de que Pepa Luzardo quizá se vaya al Senado, ya que su partido baraja proponerla para que la Cámara regional la designe como tal. De marcharse Luzardo al Senado, correría la lista y sería Ignacio Guerra quien obtendría el salario, ya que fue el número cuatro en las listas, aunque sería el partido el que decidiría el destino de ese sueldo. Preguntada sobre la posibilidad de marcharse a Madrid, Luzardo se limitó a decir que de momento es portavoz del PP en el Ayuntamiento capitalino.

El desencuentro entre Luzardo y Guerra se remonta al mandato en el que la exalcaldesa gobernó la ciudad, aunque el comportamiento de la edil de Tamaraceite fue "muy correcto" durante la pasada campaña electoral, según señaló la exregidora. De hecho, en el pleno de constitución de la corporación del sábado los siete ediles votaron a una la candidatura de Luzardo.

Guerra, que entonces compartía su puesto de senadora con el de concejala, abandonó el Ayuntamiento en enero de 2006, siendo alcaldesa Luzardo, después de que esta le quitase las delegaciones de Vivienda y Servicios Sociales, que tuvo con José Manuel Soria, y la hasta entonces súperconcejala pasase a ser mera coordinadora de ediles.

Famosa por su talante visceral, Carmen Guerra se dio a conocer a principios de los años 90 del pasado siglo como líder vecinal de Lomo los Frailes. Como tal, registró en el Ayuntamiento un saco de piedras, para denunciar la construcción que timidamente arrancaba por entonces. Exdiputada y exsenadora fue conocida a nivel nacional por espetarle al PSOE en la Carrera de San Jerónimo que a ella nadie le daba "lecciones de corrupción".

"A lo mejor pensó que era mejor estar fuera que dentro", aventuraron ayer en su grupo. Esta redacción intentó, sin éxito, localizar a Guerra para conocer su versión de lo ocurrido.