La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Aún no puedo creer que Antonio y Nicolás estén muertos"

Los vecinos de los hermanos hallados muertos en La Isleta aseguran que uno de ellos era dependiente del otro y temen que haya muerto por falta de cuidados sin que le pudieran escuchar pedir auxilio

4

Sorpresa entre los vecinos de los hermanos hallados muertos en La Isleta

Los dos hermanos hallados muertos el pasado 21 de junio en el interior de la vivienda donde ambos residían en la calle Angostura de La Isleta llevaban varias semanas muertos, tal y como revela el informe forense realizado por el Instituto de Medicina Legal. Los médicos forenses explican además que no encontraron signos de violencia en los cadáveres de los fallecidos.

Los vecinos todavía se encuentran consternados tras el hallazgo de los cuerpos sin vida de Antonio y Nicolás, que residían en la casa número 43 de la calle Angostura del barrio capitalino. Los residentes aseguran que sobre las 20.00 horas del pasado viernes 21 de junio comenzaron a llamar a la Policía Local y Nacional, que llegaron dos horas después. Todo gracias a la voz de alarma de una mujer que vive a un par de casas y que mientras comía comenzó a sentir un "desagradable olor" que provenía de la vivienda de los fallecidos.

Un hedor que sigue presente en el domicilio de los hermanos y que evita que los vecinos puedan olvidar el trago amargo que pasaron al percatarse de la muerte de los dos hombres.

"Aún siento el olor, no se va. Era tan fuerte que decidí llamar a la Policía Local porque supe que algo no estaba bien", apunta Inmaculada Carmona, que también reseña que siempre veía caminar a sus vecinos cuando llegaban de hacer la compra.

Por su parte, Santiago Llarena Lemes cuenta que todos pensaban que era Nicolás el que estaba muerto y temían por la vida de Antonio, por eso "llamaron tan insistentemente a la Policía" ya que este último no podía valerse por sí mismo, según resaltan los vecinos.

"Cuando llegaron los agentes les pedí que derribaran la puerta porque el olor era muy fuerte, les dije que dentro de esa casa había un muerto, lo que no pensé es que fuesen los dos", explica Llarena Lemes.

Otro residente caminó el día del hallazgo por esa calle sin percibir el hedor que el resto de los vecinos describen. "Yo en la mañana salí y estuve esperando a una vecina porque nos íbamos a Fuerteventura, pasé varias veces por la casa y no sentí el olor", destaca Manuel Domínguez Coello.

En lo que sí coinciden varios habitantes del barrio portuario es que el hermano menor, Nicolás, era callado y no solía hablar con los vecinos mientras que Antonio saludaba a quienes se encontraba a su paso.

"Él salía sobre las 9.00 horas todas las mañanas y me saludaba, después regresaba sobre las 14.00 horas con la compra", lamenta otra habitante del barrio.

Los vecinos cuentan también que Nicolás tenía 70 años y que se dedicó a cuidar primero a su madre cuando cayó enferma. Al tiempo se encargó de una hermana que sufrió cáncer y posteriormente a su hermano Antonio de 74 años, con el que vivía. "Ellos no se metían con nadie, me llena de tristeza que hayan muerto", relata Manuel Domínguez. Según subrayan los vecinos, ambos estaban enfermos. "Antonio de un año para acá se puso malo, siempre lo veíamos activo y de pronto le costaba caminar", explica Llarena.

El mayor de los dos hermanos se dedicó a trabajar en el silo del millo en el Puerto, aseguran los vecinos. Al jubilarse comenzó a jugar dominó todos los días. Hasta que un día lo vieron decaído y comenzó a quedarse en su casa.

Cuidados

Santiago Llarena revela que lo visitó en dos oportunidades y vio el cariño y la dedicación con la que su hermano Nicolás lo cuidaba. Además, los vecinos coinciden en que este debía atar a Antonio a la cama o a una silla mientras iba a hacer la compra porque cuando lo dejaba solo intentaba levantarse y al hacerlo se lastimaba. "Lo vi con unos puntos en la cabeza y una venda porque al levantarse de la cama se cayó y se golpeó", relata Llarena.

Los residentes de la zona también manifestaron que Nicolás no encontraba quién cuidase a su hermano y por eso tomó la decisión de amarrarlo para poder salir a comprar la comida, algo que hacía rápido para evitar dejarle solo mucho tiempo.

En cuanto a recibir ayuda de los Servicios Sociales, no consta si en algún momento la solicitaron y los habitantes del barrio tampoco vieron que alguien ayudase al hermano menor con el cuidado del mayor.

La Policía Nacional baraja la hipótesis de que uno de los dos falleció primero, una tesis que apoyan los vecinos pero que les produce tristeza porque temen que haya sido Nicolás el primero en morir.

"Antonio pudo estar días dentro de la casa y nosotros sin saber nada, sin escucharle. Quizá falleció de tristeza, de inanición sin que pudiéramos hacer nada por él", lamenta Llarena.

Mientras, otro vecino explica que de haber solicitado ayuda a gritos era difícil que lo escucharan. "La casa solo tiene una ventana y es muy pequeña, pudo pedir auxilio sin que nos diéramos cuenta", informa Manuel Domínguez Coello.

Los vecinos no creyeron que algo malo les había ocurrido a pesar de llevar varios días sin verle. Uno de ellos observó por última vez a Nicolás cuando iba de camino a casa con la compra. "Recuerdo que llevaba leche, no pensé que esa sería la última vez que lo vería", sostuvo Domínguez Coello. "Aún no me lo puedo creer, los recuerdo siempre juntos caminando a la casa", relata por su parte Llarena.

Tal es la consternación y la tristeza que embarga al barrio de La Isleta que uno de sus residentes asegura que planea reunirse con los demás vecinos para realizarle una misa a los hermanos fallecidos. "Es lo menos que podemos hacer, me siento mal con esta situación", asevera Domínguez Coello.

La Policía Nacional cree que primero falleció el hermano menor (Nicolás) y después el mayor, ya que era totalmente dependiente de su cuidador. Una hipótesis que concuerda con los temores de los vecinos y con el informe forense del Instituto de Medicina Legal.

Por tanto, entienden que uno de ellos murió por causas naturales mientras que el otro no pudo hacer nada por salvar la vida de ambos ya que según destacan los vecinos "no podía ni levantarse de la cama".

También revelan que cuando realizaron el hallazgo de los cadáveres, se percataron de que estaban en avanzado estado de descomposición y que no presentaban signos de violencia, lo que impidió que en un primer momento pudieran identificar los cuerpos y que ha dificultado dar con la fecha exacta de la muerte a pesar de tener claro que uno falleció primero.

Una de las vecinas, que prefirió no identificarse, denunció que ha visto entrar y salir personas de la vivienda de los hermanos fallecidos por lo que espera que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tape completamente la casa ya que su mayor temor es que lo utilicen para realizar negocios ilícitos y que además invadan la privacidad de los fallecidos. "Allí todavía están sus cosas, nadie que no sea de su familia debería tener acceso al domicilio", exige la mujer.

Compartir el artículo

stats