Si bien el problema que se suscita debió resolverse en nuestra institución, el Real Club Náutico de Gran Canaria, nos vemos obligados los exdirectivos de la última etapa del periodo 2016 a 2019 a informar de lo que ha venido ocurriendo con quien hoy tristemente dirige los rumbos del club.

No tuvo más feliz idea que tres días antes de la toma de posesión alardear de que "inicia su mandato con una auditoría financiera". No contento con ello días más tarde manifiesta: "estamos tomando ahora conciencia de la situación económica, con una situación no tan boyante como podríamos pensar y con muchos gastos que no teníamos previstos". Parecen no serle suficiente, y es la primera vez en los 111 años de historia, los saldos positivos entregados superiores a l.600.000 euros el haber logrado una recuperación de socios superior a los 1.100.

Ante las graves manifestaciones vertidas por la presidenta, María del Carmen López, de las que podrán imaginarse el malestar e indignación que nos causaron, dirigí un escrito en nombre y representación de mis compañeros de junta y en el mío propio, haciéndole ver nuestro sentir. En dos ocasiones y sin fundamento estaba transmitiendo a la calle y no a los socios del Club Náutico, como debió ser, su vulgar y basto proceder para degradar nuestra imagen y honorabilidad a través de falsas y tendenciosas manifestaciones.

En aquel escrito de fecha 31 de mayo se le pedía que publicara en los tablones del club nuestra queja para general conocimiento, que remitiera vía email a los socios el escrito y que lo publicara en la página web de la entidad junto a la auditoría que dijo realizar, y, por supuesto, que rectificara las declaraciones difamatorias.

Entenderán que hechos como estos no se deben permitir y que como directivos que fuimos del Real Club Náutico de Gran Canaria y como personas no los consentiremos nunca. Eso de el dicho de que "difama que algo queda" a ninguno de nosotros ni nos roza.

La presidenta había asistido a la Junta General donde se presentaron las cuentas, por cierto, perfectamente auditadas y explicadas punto por punto por el auditor. Este había manifestado, como queda constancia en la documentación, que no había salvedad alguna que hacer y que era absolutamente limpia. La actual presidenta, socia entonces, tuvo pues oportunidad de preguntar, cuestionar, reprobar cualquier capítulo o partida del ejercicio de 2018 y, sin embargo, no lo hizo. La Junta General de la liquidación del ejercicio de 2018 fue aprobada por más de 130 votos a favor, ninguno en contra y 11 abstenciones -las de su equipo-. Cuando se trata de abstenciones y no hay votos en contra estas abstenciones se suman a las de aprobación siendo pues por unanimidad.

Sus actuaciones y afán de protagonismo han redundado en una falta de respeto. Primero, al Club Náutico al dar a entender que en este y en Junta General se han aprobado unas cuentas auditadas que pudieran entenderse como falsas, con su propia presencia en esa reunión. Segundo, falta de respeto al auditor, una persona de prestigio personal y profesional que no sale de su asombro. Tercero, a los más de 130 socios que aprobaron las cuentas. Y cuarto, a la Junta Directiva que me honró en lograr los resultados mostrados y avalados.

Los logros que la señora López pregona ahora con bombo platillos y fotos en los medios del club y en la prensa local son fruto de la Junta Directiva anterior. Debe saberse que cuando se celebra un campeonato nacional o internacional los trámites para la concesión por la Federación Española de Vela han de hacerse con uno o dos años de antelación. Los que se celebran y celebrarán durante este año y parte del próximo son gestiones y logros de la anterior Junta Directiva.

Cuando tomamos posesión en abril 2016 se celebraban en el club numerosos campeonatos con relevantes éxitos de nuestros deportistas. Las gestiones para llevar a cabo aquellos campeonatos se realizaron en la época de Óscar Bergasa al que nunca le hemos quitado méritos.

En resumen, nada nuevo fruto de su gestión. Salvo los despilfarros que vienen sucediéndose y valga como ejemplo el que a una reunión en La Palma de los clubes Náuticos de Canarias hayan acudido cuatro miembros de la Junta Directiva. Claro, como no saben y menos administrar... El día que haya una Junta de la Federación Española de Vela habrán de ir los catorce directivos, porque ya uno dimitió.

Otras actuaciones suyas y de su equipo vienen enturbiando la convivencia puesto que los estatutos están para cumplirlos, los reglamentos están para cumplirlos y los acuerdos de juntas directivas anteriores están para cumplirlos. Ha estado mezclándonos con la política por primera vez en 111 años, con directivos usando al club para darse a conocer en la política.

En fin, no parece que tengamos los socios la mar serena con estas gentes puesto que lo que están haciendo es pagar favores y votos e incluso, presuntamente, contratar a unas personas nada cualificadas para tener que tragárnoslas. Igual tampoco saben que ello afortunadamente debe tener la aprobación anterior de la Junta General.

Sepan que de nuestro escrito de 31 de mayo no hemos tenido la menor contestación y ya dice mucho que a una ex Junta Directiva y un expresidente no se le conteste.

Fernando del Castillo. Expresidente del Real Club Náutico de Gran Canaria