El grupo Armas Trasmediterránea está a punto de culminar las obras de su nueva terminal, una infraestructura con la que aspira a modernizar el sistema de gestión y atención a pasajeros hasta ahora existente en el Puerto de La Luz al separar su flujo del de mercancías y carga rodada. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, recorrió este jueves el edificio que el grupo marítimo canario ultima en la dársena de África del Puerto de La Luz y conoció los últimos detalles sobre su edificación.

Flanqueado por el vicepresidente autonómico, Román Rodríguez, y el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, el jefe del ejecutivo fue recibido junto a la entrada al edificio por el presidente del grupo naviero canario, el empresario Antonio Armas Fernández, que se encargó de explicarle los detalles de la estación marítima, cuya construcción está prácticamente completada a falta de la pasarela que conectará el edificio terminal con los buques atracados en los pantalanes de la compañía.

"Es impresionante", comentaba Torres ante los periodistas durante el paseo por las instalaciones de la planta superior del inmueble, que una vez en funcionamiento hará las veces de zona de embarque para los pasajeros que viajen sin vehículo. En un espacio diáfano rodeado por grandes cristaleras desde las que se contempla tanto la dársena de África como buena parte de la bahía capitalina, el presidente canario destacó el papel que va a desempeñar a su juicio la terminal en la consolidación del transporte marítimo entre las Islas.

Más viajeros

"Estamos hablando de cinco millones de personas al año", recordó Torres en referencia al número de viajeros interinsulares anuales. Solo durante 2019, el trasiego de pasajeros ha aumentado un 6,96% en el Puerto de La Luz con respecto al mismo periodo de 2018, que ya había supuesto un récord. Estas magnitudes, abundó el presidente, significan "que se ha colectivizado trasladarnos de un sitio a otro" no solo por necesidad, sino también "por ocio o por trabajo".

En la misma línea se manifestó el responsable de Relaciones Institucionales del grupo naviero canario, Paulino Rivero, quien subrayó la apuesta realizada por Armas en el Puerto de La Luz. "Es una inversión muy importante, alrededor de 30 millones de euros", lo que de acuerdo con fuentes oficiales de la compañía la convierte en el mayor proyecto privado destinado a la atención a pasajeros y carga en una zona de dominio público que se ejecuta en estos momentos en los puertos españoles.

La terminal está orientada, en palabras de Rivero, "a mejorar el bienestar de los pasajeros que utilizan el transporte de Armas-Trasmediterránea", aunque la línea con Cádiz que gestiona la naviera adquirida por Armas hace un año continuará operando desde el arranque del muelle León y Castillo hasta que se resuelva el trámite de concesión de suelo público que la compañía ha solicitado en la parcela contigua a sus nuevas instalaciones de La Esfinge, espacio que resulta imprescindible para gestionar el gran volumen de carga rodada que viaja en estos trayectos entre Andalucía y Canarias.

Agitación de las aguas

La segunda parcela completará los 130.000 metros cuadrados que ocupa la nueva terminal entre el edificio, la zona de operaciones y los tres pantalanes construidos para el atraque simultáneo de los catamaranes y ferris de la compañía. Con ellos, Armas culminará un traslado a La Esfinge que comenzó hace ya algunos años y que aún tiene pendiente las obras marítimas de mejora de la agitación de las aguas, un asunto que complica las maniobras en la zona en los días con mala mar del sur.

La Autoridad Portuaria ya ha adjudicado varios proyectos relacionados con esta problemática, como la extracción de varios pecios que reducen el calado en la zona o la elaboración de un modelo matemático que arroje luz sobre las mejores soluciones a la situación. A este respecto, Rivero señaló que durante la visita a la terminal planteó el tema tanto al presidente saliente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan José Cardona, como al próximo, Luis Ibarra. "La voluntad de todos es poder aportar lo mejor de cada uno para resolver ese problema y por lo tanto favorecer todos los tráficos desde este muelle", detalló.

En cualquier caso, el traslado de Armas a La Esfinge ya ha permitido a la compañía acortar los tiempos de trayecto en algunas de sus rutas principales, como la que conecta Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife en unos 90 minutos de trayecto sin contar las maniobras de atraque. De hecho, la visita de Torres, Rodríguez y Franquis se completó con un recorrido por el buque que se encarga de cubrirla cada día, el catamarán Volcán de Tagoro.

El buque, cuyo nombre hace homenaje al volcán surgido a raíz de la erupción submarina de El Hierro, llegó a Canarias hace escasas semanas tras recorrer medio planeta desde su astillero de construcción en la isla australiana de Tasmania. El buque, que de acuerdo con la naviera es "el más rápido en su clase a nivel mundial", tiene 111 metros de eslora y capacidad para 1.184 pasajeros. Con él, la naviera ofrece entre cuatro y cinco trayectos diarios entre las dos capitales canarias.