El emblemático hotel Santa Catalina de la capital grancanaria prevé abrir sus puertas en el puente de Todos los Santos. La compañía Barceló, empresa que gestionará el establecimiento de titularidad municipal los próximos 34 años, y los principales portales de alojamientos turísticos tienen disponibles las reservas en sus habitaciones a partir del festivo uno de noviembre, que en esta ocasión caerá en viernes. Los precios para esa primera noche oscilan entre los 144 euros y los 660 euros de la royal suite. La reforma del histórico edificio entrará ahora en su recta final, después de que la multinacional mallorquina haya invertido 24,5 millones de euros en modernizar sus instalaciones.

El Santa Catalina a Royal Hideaway Hotel, tal y como será conocido a partir de ahora, contará tras esta reforma con 195 habitaciones en lugar de las 205 que albergaba antes de comenzar los trabajos. Una noche para dos personas para dicho fin de semana, según los precios publicados por Barceló en su página web, varían en función de si se escoge solo desayuno, si se incluye desayuno o si se prefiere media pensión. De esta manera, las habitaciones sencillas variarán entre los 144 y los 257 euros, mientras que la suite más costosa de este establecimiento de cinco estrellas oscilará entre los 660 y los 786 euros.

Obra del arquitecto isleño Miguel Martín Fernández de la Torre en la década de 1950 en base a una estructura anterior del siglo XIX, se trata de uno de los pocos establecimientos con dicha categoría en Las Palmas de Gran Canaria. El hotel cerró sus puertas en mayo del año pasado de cara a una profunda reforma, después de que Barceló fuera el adjudicatario escogido por el Ayuntamiento en 2017. La intervención millonaria en el edificio ha traído cambios en los patios interiores, en la piscina, la cubierta del edificio y en las habitaciones.

Entre las novedades que podrán presenciar los nuevos huéspedes a partir de noviembre destaca la intervención en la cubierta. La compañía ha reconvertido este espacio en una zona chill out para uso de sus clientes, aunque se podrán realizar pequeños eventos con aforo limitado, según explicaron fuentes de la multinacional a comienzos del proyecto. La azotea contará así con un pequeño gimnasio, varias piscinas y una coctelería, además de pérgolas y vegetación.

Otro de los espacios donde más se ha intervenido ha sido el entorno de la piscina y el spa. Pedro Quevedo, concejal de Turismo del Ayuntamiento capitalino, aseguró hace unos meses que esta modificación se ha llevado a cabo para dotar a la pileta de mayores dimensiones, acordes a las de un establecimiento cinco estrellas. Bajo ella caerá el agua en forma de cascada hasta una poceta en un nivel inferior, donde está situado el balneario.

Por otro lado, el proyecto también ha contemplado eliminar una serie de elementos en los patios interiores, tales como techumbres. Estos fueron añadidos en intervenciones posteriores a la construcción del edificio y no formaban parte de la idea original de Fernández de la Torre.

También las obras se han centrado en unir el establecimiento con el Doramas al suprimir la cerca que los dividía. Además, el parque ganará metros cuadrados al desaparecer la piscina de 25 metros del Julio Navarro. A cambio, los mallorquines han construido una nueva pileta en la zona alta del club de natación, junto a la calle Pío XII.

Por último, el hotel intentará tras la reforma abastecerse mediante energías renovables. Para ello han instalado placas fotovoltaicas en las cubiertas y un sistema de hidrotermia. Todos estas modificaciones, además de la propia historia que lleva a sus espaldas, le han valido al Santa Catalina para optar a tres nominaciones en los World Luxury Hotel Awards; concretamente en las categorías de Luxury Cultural Hotel, Luxury Heritage Hotel y Luxury Historical Hotel. Incluso, ya en enero recibió el premio Re Think, como uno de los mejores proyectos de sostenibilidad y rehabilitación hotelera de España.