Visita naval
El Puerto de La Luz, despensa del 'Cuauhtémoc'
El comandante del buque escuela mexicano destaca las ventajas de La Luz

22-09-19 LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. MUELLE SANAPU . LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Visita al Buque Escuela Mexicano Cuauhtemoc atracado en el Muelle de Sanapú. Fotos: Juan Castro. | 22/09/2019 | Fotógrafo: Juan Carlos Castro /
J.C.G.
Lleva dos días descansando en la Isla, la actividad no cesa en la cubierta del velero Cuauhtémoc. El buque escuela de la Armada de México, de escala una vez más en Las Palmas de Gran Canaria, era sometido este lunes por la mañana a todo tipo de labores de mantenimiento mientras en otro punto del barco la tripulación se encargaba de estibar las provisiones con las que afrontarán a partir de este miércoles la travesía del océano Atlántico.
"Necesitamos aprovisionamiento en preparación para 25 días de navegación y el resto del viaje, que nos quedan 45 días", explica junto al timón del Cuauhtémoc su comandante, Carlos Gorraez Meraz. Este capitán de navío con 27 años de experiencia en la Armada de México desde que ingresó en la Escuela Naval Militar destaca el principal motivo que le lleva a pasar por La Luz antes de surcar el océano: "Es un Puerto conocido y que tiene las facilidades para nuestras necesidades, podemos solventarlas todas".
El paso del Cuauhtémoc por Las Palmas de Gran Canaria tiene lugar en la recta final del trigésimo séptimo crucero de instrucción del buque, un periplo que desde finales del mes de marzo le ha llevado por 15 puertos de 11 países, la mayoría de ellos al norte de Europa. Además de hacer las funciones de escuela flotante, el conocido como 'Embajador y caballero de los mares' también ha participado en esta ocasión en varias competiciones y festivales náuticos, el Titanic Maritime Festival de Belfast (Irlanda del Norte), el festival de la Armada y la Libertad de Ruan (Francia), la Tall Ships Regatta o el Hanse Sail Rostock. También ha probado suerte con la Tetera de Boston, una prueba de distancia en 124 horas que ya consiguió vencer en una ocasión. "Logramos un buen tiempo, aunque vamos a esperar a los resultados", apunta Gorraez.
Miles de visitantes
La escala del velero en el muelle Sanapú no solo tiene como objetivo llenar el barco de víveres: también sirve para que la población grancanaria se acerque una vez más a conocer una nave que ya había visitado la Isla en otras 11 ocasiones, entre ellas durante la conocida como 'Regata del V Centenario' en el año 1992. A pesar de no tratarse de una novedad en aguas capitalinas, unas 2.000 personas recorrieron las dependencias del buque entre el sábado y el domingo y quienes todavía no lo hayan hecho tienen una última oportunidad este martes entre las 10.00 y las 20.00 horas.
Además de recorrer las dependencias del barco, quienes se acercaron hasta el Puerto el sábado -o los que lo hagan este miércoles cuando zarpe- pudieron contemplar también una de las acciones más espectaculares que los cadetes llevan a cabo a bordo del Cuauhtémoc: una disposición de honores por la cual se reparten por toda la arboladura del buque. La acción, más propia de trapecistas que de marineros, impresiona a quien la ve desde tierra, aunque en realidad a quien más sobrecoge es a sus protagonistas: "Nosotros decimos que de abajo arriba son 27 metros, pero de arriba abajo parecen 200", bromea el comandante.
Gorraez reconoce que la vista desde esas alturas impresiona, pero quita hierro a la congoja que pueden llegar a sentir quienes se suben por primera vez: "Este es un buque escuela y el desarrollo que se fomenta para los cadetes es muy importante", explica. Una vez queda superada la inseguridad inicial, "se les va generando un sentido de autoestima y de autorrealización que es muy importante", añade. Todo en el viaje está pensado para fomentar tres elementos: el desarrollo personal, el desarrollo social y las habilidades marineras. Al respecto, el comandante cita otras tres capacidades que a su juicio forman parte del aprendizaje que reciben los grumetes a bordo del Cuauhtémoc: convivencia, resiliencia y tolerancia.
Meteorología
A un solo día de su partida, los oficiales del Cuauhtémoc revisan con atención las previsiones meteorológicas. Esta suele ser una buena época del año para atravesar el océano desde estas latitudes -"Estamos simplemente siguiendo lo que los viejos marinos ya sabían", recuerda el capitán- aunque en el buque no se deja nada al azar. Las condiciones que se encontrarán a lo largo del viaje pueden empeorar de forma súbita, porque "es temporada de huracanes en ciertas áreas", advierte en referencia al Caribe. Los responsables del buque descargan cada día la previsión meteorológica y por el momento esperan buenas condiciones, sobre todo para la navegación a vela, pero no pierden de vista la posibilidad de que todo cambie.
El miércoles, al zarpar, tomará rumbo a Cartagena de Indias. La perla del Caribe colombiano, donde tiene previsto recalar entre el 20 y el 25 de octubre, será su última escala antes de regresar a México a través del canal de Panamá. Tras sus esclusas le esperan las aguas de Acapulco: a partir del ocho de noviembre, cuando las reservas cargadas en Las Palmas de Gran Canaria ya comiencen a escasear, el Cuauhtémoc se tomará un descanso en su labor de representar ese "pueblo ameno, hospitalario, honesto y trabajador", como lo describe Gorraez.
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